La cámara de los secretos

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Debido a la maduración de las mandrágoras y la probable recuperación de los petrificados, predomina la alegría y, en medio de los festejos, Ginny, mostrando un aspecto muy nervioso, se acerca a Harry y Ron en el Gran Salón con la intención de contarles algo. Pero es interrumpida por Percy, que le pide su asiento. Ron se indigna le reprocha a Percy que Ginny podría tener información importante sobre la Cámara de los Secretos, pero Percy se sonroja y asegura que lo que les iba a contar era algo que lo vio hacer a él, y cambia de tema.

Ese mismo día, Lockhart está acompañando a sus alumnos por los pasillos y se queja de las medidas extremas que se han tomado para cuidar a los alumnos, sobre todo ahora que Hagrid ya fue detenido. Harry y Ron le dan la razón y le sugieren amablemente que los deje llegar solos a la siguiente clase y aproveche para ocuparse de sus cosas. Lockhart se alegra y se va, y Harry y Ron corren hacia el baño de Myrtle, pero se encuentran en el camino a la profesora McGonagall y deben mentir, diciendo que iban a visitar a Hermione porque la extrañan. Entonces los chicos deben dirigirse a la enfermería. Al ver de cerca a Hermione, ven que dentro de su puño cerrado hay un trozo de papel. Sin que Pomfrey los vea, extraen el papel y ven que es una hoja arrancada de un viejo libro, que expone información sobre el basilisco, una criatura que pareciera encajar perfectamente con la responsable de los crímenes de Hogwarts: es una serpiente que vive durante cientos de años, habla en pársel, además de poseer colmillos venenosos es capaz de matar con la mirada a quien haga contacto visual con ella, es enemiga de las arañas y el canto del gallo le resulta fatal. Debajo de esta información, ven escrito con la letra de Hermione la palabra "cañerías". En seguida, Harry y Ron se dan cuenta de que su amiga podría estar refiriéndose a las cañerías del baño de Myrtle, como habían pensado.

Los chicos deciden contar sus hallazgos a McGonagall, pero en el camino escuchan que se ha producido otro ataque, y los alumnos están siendo enviados a sus habitaciones, mientras que los profesores deben presentarse en la sala de profesores. Escondidos en un ropero, Harry y Ron escuchan la reunión de profesores y se enteran de que Ginny Weasley ha sido raptada y llevada a la Cámara de los Secretos, y que el heredero dejó las siguientes palabras escritas en la pared: "Su esqueleto yacerá en la Cámara por siempre". Ron se desploma del horror al lado de Harry. McGonagall anuncia entonces que los alumnos deberán ser enviados a sus casas a la mañana siguiente y que ese es el fin de Hogwarts. En ese momento, Lockhart entra en la reunión, sonriendo y disculpándose por haberse quedado dormido. Todo los profesores se vuelven contra él, y lo retan a enfrentar al monstruo él solo, ya que se ha estado jactando frente a todos ellos de su capacidad para hacerlo. Lockhart primero dice que deben haberlo interpretado mal pero luego acepta nervioso y sale de la sala, y entonces McGonagall les dice a sus colegas que ahora que se lo han sacado de encima, podrán cumplir más eficientemente la tarea de evacuar el colegio.

Cuando los profesores salen de la sala, Harry y Ron se dirigen al despacho de Lockhart para ayudarlo, contándole lo que acaban de aprender sobre el monstruo de las tuberías, pero lo encuentran empacando sus cosas y preparándose para huir. Entonces Ron le echa en cara que está dejando a su hermana morir y le dice que él es el profesor encargado de enfrentar las artes oscuras. Pero entonces Lockhart cuenta que nunca en su vida ha luchado contra una criatura de las artes oscuras y sugiere que sus libros han sido malinterpretados. Confiesa que él se apropió de esas historias: entrevistó a las personas que hicieron las hazañas, luego las encantó con un embrujo desmemorizante para que no pudieran recordar nada y escribió esas aventuras como si fueran suyas. A continuación, se dispone a borrar los recuerdos de Ron y Harry, pero Harry es más rápido y, tal como hizo Snape con Lockhart en el club de duelo, le echa un conjuro para desarmarlo y la varita de Lockhart vuela hasta las manos de Harry. Enseguida, él y Ron conducen a Lockhart al cuarto de baño de Myrtle, donde la interrogan sobre su muerte. El fantasma cuenta que se encontraba llorando escondida en un cubículo del baño, cuando escuchó que entraba un chico y se ponía a hablar en una lengua extraña. Entonces Myrtle abrió la puerta y murió, sin saber cómo, aunque solo recuerda que lo último que vio fueron unos grandes ojos amarillos. Ella les señala dónde estaba parado el chico, cerca de un lavatorio. Harry se acerca y ve en él una pequeña serpiente tallada en el grifo. Por sugerencia de Ron, Harry habla en pársel y le pide al grifo que se abra; el lavatorio se hunde y revela una gran tubería por la que Harry, Ron y Lockhart descienden.

Una vez abajo, descubren que están a kilómetros por debajo del colegio. Caminan por un túnel y de pronto se encuentran con una piel de serpiente gigante. Mientras la examinan, Lockhart se abalanza sobre Ron y le quita la varita. Les dice que tomará un trozo de esa piel y volverá al colegio, diciendo que ya era muy tarde para salvar a Ginny y que Ron y Harry perdieron el conocimiento luego de ver su cadáver. Entonces se dispone a destruir los recuerdos de los chicos, pero la varita rota de Ron se le vuelve en contra y destruye la propia memoria de Lockhart, provocando también que el techo del túnel se desplome. Ron y Lockhart quedan de un lado y Harry del otro. Harry entiende que él debe seguir solo, para ver si puede salvar a Ginny, y Ron se ofrece a ir abriendo mientras un hueco en la barrera de piedras que se ha formado. Al final del túnel, Harry se encuentra con una pared en la que dos serpientes brillantes talladas se entrelazan. Harry vuelve a hablar en pársel y el muro se abre.

La hermana melliza de Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora