Capítulo 06

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Damián.

—¿Estás bien? —pregunta la pelirosa, se lanza hacia mí con demasiada desesperación.

Busca una respuesta mirándome fijamente. Sus ojos verdes son tan hermosos.

—¿Lo dices por esto? —cuestiono, fijando la mirada en mí hombro izquierdo—. Claro, estoy bien.

Hago un poco de presión sobre mi hombro con la mano, veo que alza las manos intentando hacer algo para ayudar pero parece no saber qué o estar a punto de llorar. No sé porque en seguida aparecen Emile y Ewen acercándose a mi, impidiendo mi campo de visión hacia ella.

—¿Qué le sucedió Lord Damián? —pregunta Emile.

—Algo me atacó. Pero no sé qué eran esas cosas —respondo, sinceramente.

—Iré por el botiquín de primeros auxilios —dice Ewen.

—Nosotros inspeccionaremos el área —informa Bill.

—No, es muy peligroso —espeto.

—Tranquilo mayor. Lo que haya sido, se arrepentirá de haberse metido con usted.

—Te ordeno que no vayas.

—Usted siempre nos ha dado la libertad de seguir o no órdenes señor, se lo recuerdo.

—¡Bill!

—Déjelo ir —interviene Emile—. Recuerde que es alguien muy fuerte, creo que lo que sea que lo haya atacado se arrepentirá de haberse metido con nosotros.

—Detesto que desobedezcan mis órdenes —gruño, observando hacia otro lado.

—Sabemos que quiere protegernos señor, pero confíe en ellos.

—¿Qué más puedo hacer? —cuestiono, doy un suspiro y me quito la chaqueta de color azul. Noto que está muy ensangrentada.

Me quedo únicamente con una camisa blanca, la cuál está más manchada.

—Ewen tarda demasiado —dice Emile—. Lo mejor será regresar a la unidad móvil, ahí estará más seguro.

—No voy a abandonarlos aquí —murmuro.

—Tiene que hacerlo —se escucha que dice Ewen. No trae con él el botiquín—. Su hermano se ha enterado del percance que sufrió y está volviendo hacia acá.

—Ah —farfullo, chasqueando la lengua—. Lo que faltaba.

—Déjenos ayudarlo —me dice Emile, ambos me ayudan a ponerme de pie.

Al pasar por el lado donde se encuentra la pelirosa veo que no levanta la mirada. Doy un suspiro y aparto la mirada de ella.

—Vamos, tenemos que irnos de aquí.

Veo por sobre mi hombro, obedece al levantarse y venir tras de nosotros, eso me deja más tranquilo. No ha sufrido daños, eso es lo más importante para mí.

Debe ser por que no soporto que nadie de mi equipo sea lastimado, menos si se trata de una mujer. No me lo hubiera perdonado.

Al llegar a la unidad móvil me siento en uno de los asientos. Me quito la camisa blanca dejándola por un lado. Ewen se toma el trabajo de limpiar la herida y desinfectarla.

—Parecen las garras de un verdadero lobo —opina, haciendo presión.

—¿Ya volvió Bill? —cuestiono.

—Aún no, deben estar inspeccionando —responde Emile—. Estaré afuera y le avisaré sobre cualquier cosa.

—Gracias.

Por ahorrarme un te quiero (Damianya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora