Capítulo 03

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Damián.

—Emile, ¿qué te pasa? —cuestiono, una vez que logró alcanzarlo.

—Ya estamos bien Lord Damián. No entiendo porqué acepta a alguien más en nuestro equipo, ¿justamente usted?

—Subimos de rango, a partir de ahora es normal tener más personas a cargo.

—Sí. Muchos pelotones más, pero secundarios. ¿Por qué tiene que estar ella en el principal? Sólo estamos personas de confianza.

Puede que Emile tenga razón. Esto podría desatar peleas como esta con los demás. Sin embargo, no puedo negarme tampoco a que ella forme parte de nuestro equipo.

Me prometí a mi mismo que no dejaría atrás nunca más a nadie que necesitará de mí, como ya una vez lo hice con la chica que amé. No puedo volver a cometer el mismo error. No sería un verdadero hombre si lo hiciera.

—Es una decisión tomada Emile. Acéptalo por favor.

—¿Incluso si su padre o hermano la enviaron?

—Sí. Les demostraré que no les tengo miedo y no tengo nada que ocultarles.

—La mantendré vigilada —espeta—. Sin importar si usted se niega lo haré.

—Adelante, pero no la incomodes, se trata de una chica a pesar de todo.

X Anya.

—Discúlpalo —murmura Ewen—. Nos vemos.

Hace el intento por irse de la oficina, pero no puedo permitirlo, cualquier pequeña charla es una fuente de información para saber de los Desmond.

—¿Lo he incomodado?

—Ah no —responde, deteniendo sus pasos—. Es sólo que se preocupa demasiado por nuestro jefe. (En realidad todos. Es demasiado raro incorporar a otra persona. Ni siquiera sabemos cuáles sean sus planes.)

—Yo debo cuidar al coronel Damián con mi vida.

—¿Ah sí? Que bueno. (Ese es el trabajo de todos nosotros. Aunque él no necesita que nadie le cuide las espaldas, puede ingeniárselas sólo.)

—Disculpe, General Ewen. ¿Cree que mi presencia en este equipo moleste al coronel?

—No lo creo. (En realidad es bueno verlo así, nunca lo había visto empeñado en mantener a alguien en nuestro equipo. Casi no se interesa por nada que no sea invadir la mayoría de las ciudades, pero sin causar muertes a diferencia de su hermano. Aún así son intereses para el bien de los demás, nunca se ha interesado por uno propio. Quizás esto también sea por ella, pero algo es un comienzo.)

—Entiendo, disculpe por las preguntas.

Me sonríe brevemente antes de salir de la oficina. He obtenido bastante información leyendo su mente. Entre ellas que Damián no causa daños a diferencia de su hermano. Noto que en realidad nunca ha cambiado, en el fondo sigue siendo un chico bueno.

Es una lástima que no haya sido el hermano mayor. Si hubiera sido de esa manera no tendríamos de que preocuparnos. Algo me dice que no le gusta la guerra y podría detenerla.

Pero bueno, volviendo a estos momentos, no pasa mucho tiempo hasta que la puerta se vuelve a abrir. Es Damián quien está de vuelta.

—Necesito que me acompañes —ordena, yendo directo a su archivo.

—Sí señor.

—Carga esto por favor. —Deja algunos folder sobre el escritorio.

¿Qué serán? ¿Archivos confidenciales? Quizás pueda darles un vistazo si tengo un momento a solas, como lo pienso hacer con todos los archivos que se encuentran en esta oficina.

Por ahorrarme un te quiero (Damianya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora