Capítulo 22

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Damián.

Bien, ese balanceado equilibrio entre mi orgullo o lo que era capaz de hacer por amor estaba a punto de romperse.

Lo supe en el momento que una de mis rodillas tocó el suelo, la otra se mantuvo alzada. Eso sería suficiente para él, tan solo verme en un nivel inferior al de él lo sería. Sé como son las cosas entre nosotros.

—Deja a Anya, por favor —pronuncio.

En la atmósfera se forma un extraño y pesado silencio, de esos desconcertantes como cuando ves algo que no esperabas o no imaginabas que sucedería. Se extendió mas cuando Demetrius se puso de cuclillas frente a mí. Creí que no diría nada pero me equivoqué.

—Haces todo por tus seres queridos. Esa es la diferencia entre tu y yo. Soy capaz de sacrificarlos o humillarlos a causa de mi propio beneficio pero tu no. Ni siquiera eres capaz de negarte a algo tan humillante.

Al escucharlo decir eso me pongo en pie. El también lo hace pero de manera más lenta.

—No lo entenderías. Cuando amas a alguien eres capaz de hacer todo por esa persona.

—¿Tú crees que todo el mundo es de color verdad? ¿Nunca has analizado el comportamiento de nuestros padres? Somos la peor familia que pudo existir y aunque pareces diferente te empeñas en ser igual a ellos... nunca voy a entenderte.

—Quiero hacer las cosas bien —reitero, aunque sus palabras me han dejado mucho en que pensar.

—Sí sigues así, nunca serás digno de tomar un puesto importante como yo.

—No necesito eso, sólo que cumplas tu palabra.

—Lo haré, voy a dejarla —afirma, guardando las manos en sus bolsillos, por alguna razón eso me hace sentir un poco más tranquilo. Hasta que vuelve a hablar—. Pero, no dije cuando la dejaré ¿o sí?

Su sonrisa se ensancha, no es una sonrisa genuina sino una llena de maldad.

—¡No me vengas con estas tonterías Demetrius! —exclamo. Él solo se encoge de hombros restandole importancia.

—Sí tan fuerte es el amor que dices sentir por ella ¿no se va morir conforme pase el tiempo no?

—¡Demetrius! —escucho que grita Becky—. Eres un completo idiota, ¿por qué lo hiciste humillarse así por nada? ¿Acaso no te importa? Es tu hermano.

¿Aún le quedaban dudas? La respuesta es que a mi hermano no le interesa nadie más que él, debí suponer que era una trampa, ¿por qué no lo pensé antes? Por el contrario estaba allí, enmedio de la sala, siendo derrotado por mi hermano. Vaya cosa...

Aunque bueno, la cosa hubiera ido con más tranquilidad si Becky no se hubiera acercado a pasos agigantados hasta darle una bofetada.

—Maldito miserable —dijo, una vez que le había dejado el rostro volteado hacia un lado.

Me acerqué lo más rapido que pude hacia ellos dos, si él intentaba hacerle algo la defendería pero eso no ocurrió, mi hermano ignoró a Becky. Estuvo a punto de darse la vuelta e irse pero entonces alguien tocó el timbre.

Todos nos quedamos observando hacia la puerta, entonces ella apareció. Nada más y nada menos que Anya. La chica que he amado desde que tengo memoria.

—¿Qué pasa? —cuestiona, al ver que todos nos quedamos en silencio.

—Anya, tengo que decirte algo —interviene Becky, en ese momento coloco una mano sobre su hombro al estar tras de ella.

—No Becky.

Por ahorrarme un te quiero (Damianya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora