X Damián.
¿La verdadera Anya? Tenia que ser una broma.
No podía creer que la tenía frente a mí, pero entonces ¿quién era la otra persona que se parecía tanto a ella?
Tengo una mezcla de sentimientos que se cruzan entre sí, por un lado ¿tengo que creerle que es ella realmente? ¿Y si no lo es? Por otro ¿por qué me ocultó desde un principio ser ella? Que objetivo tenía todo esto, es ridículo. ¿Acaso se estaba burlando de mí? Supo cuánto estaba sufriendo por encontrarla y ¿esperó hasta este momento para decirme quién es en realidad? ¿No le importó como ella me importaba a mi?
Mis sentimientos hacia ella siguen intactos, la amo y lo único que quiero ahora es abrazarla, pero ¿puedo hacer eso? ¿Después de todo lo que hay detrás?
—¿Por qué razón no me lo dijiste antes? —es lo primero que sale de mis labios. No, si esperaba un abrazo y un té extrañé tanto no ocurrirá.
—Hay muchas razones.
—Entonces explícame, porque honestamente ya no entiendo nada. ¿Acaso los rumores sobre tu padre eran ciertos?
—Sí, quizás ahora no lo comprendas pero todo lo hicimos por el bien de la paz mundial.
—¡¿Cuál paz?! Por si no lo notas esta guerra se encamina a una mundial.
—Por eso volví, debemos encontrar una manera de...
—¿Debemos? —pregunto, interrumpiendola—. Me necesitas, por eso es que volviste ¿no es así?
—Sí, pero Damián escúchame yo...
—¿Hubieras vuelto de no necesitarme? —le cuestiono, interrumpiéndola de nuevo—. ¿Alguna vez pasó por tu mente buscarme? No lo sé, ¿quizás decirme que seguías viva para no cargar con todo el remordimiento en que vivía?
—Sí lo pensé, pero no podía. No podía volver a decir "hola estoy viva" después de haber sido declarada muerta.
—No era necesario revelarlo a todo mundo, ¿por qué no me lo dijiste a mí únicamente?
—A ti principalmente no podía decírtelo.
Vaya, eso me hizo sentir una punzada en el pecho, ¿Es en serio?
—¿Por qué no?
—Porque tu padre y el mío buscaban cosas completamente diferentes, estábamos en bandos diferentes siendo hijos de padres que se puede decir que son enemigos.
—¿Por mi padre? ¿Ahora me estás juzgando por ser hijo de él? —Niego con la cabeza, dándole una mirada de extrañeza.
—Cuándo éramos pequeños sólo querías agradable en todo lo que fuera posible, no sabía si seguías siendo igual.
—Pues ya ves que no, soy completamente diferente a él.
—Lo sé. —Da un profundo suspiro, viéndo hacia otro lado—, por eso quiero pedirte que me ayudes, debemos detener la guerra.
Sonrío con un poco de tristeza, soy un tonto. Ella nunca estuvo ni está interesada en mí, para lo único que me necesita es para llevar a cabo su plan y el de su padre, ese hombre que ni siquiera sé si está vivo o no.
—Creo que te estás equivocando de persona —le digo, haciendo que vuelva la mirada a mí—. Yo no decido cuando acaba o no esta guerra, no estoy al mando de Ostania, solo soy el segundo hijo, no el primero.
—Damián no te subestimes, puedes hacer un gran cambio si te lo propones, se que eres capaz de eso.
¿Es una manera de intentar manipularme? Creo que no se está dando cuenta lo odiosa que está siendo, sólo tiene a la vista cumplir el plan de su padre, sin importarle lo miserable que me está haciendo sentir, no soy un objeto.