______Holaaa aquí tienen otro capítulo como regalo, muchísimas gracias por seguir capítulo a capítulo esta historia, estar al pendiente, comentar y apoyarme en las historias que escribo, l@s quiero mucho, saludos A.E_________
Anya.
Una vez que los chicos se marcharon el departamento quedó hecho un desastre, uno de los policías se acercó para ofrecerme una disculpa. Realmente no pensé que las cosas fueran a llegar a tanto. Lo peor de todo es que quizás de ahora en adelante las cosas.
En verdad lo siento por Damián, a pesar de lo mucho que lo he lastimado emocionalmente se veía que se sigue preocupando por mi, no debería pero lo hace. ¿Qué clase de amor es ese?
Bueno, mi plan era seguir recogiendo todas las cosas pero mientras avanzaba me topé con algo que no esperaba, unos tacones brillantes, tan elegantes y costosos que solo podían llegar a ser de una persona. En cuánto alcé la vista Li comprobé, se trata de nada más y nada menos que Becky Blackbell.
Tan elegante como esta noche, luce un vestido negro que se pega perfecto a las curvas de su cuerpo, tiene los brazos cruzados y su largo cabello recae con gracia sobre ellos, luce tan perfectamente maquillada que es como estar viendo a una actriz de holliwood lista para una escena en la que saldrá perfecta. Si así es Becky en la actualidad, una chica hermosa, el sueño de cualquier chico.
Al verla a ella y a mi al lado realmente me siento inferior en todos los sentidos de belleza, no entiendo como Damián teniendo a alguien como ella se le ocurre aparecerse aquí a formar tal escándalo.
—¿Ni siquiera piensas saludarme? —cuestiona.
Sigue teniendo un tono de voz exigente y su rostro angelical se ha transformado en uno lleno de rabia y resentimiento.
—Lo siento —digo, poniéndome en pie—. ¿Cómo estás?
—Terrible, intenté hablar contigo durante la cena y no se dió la oportunidad. —Camina de un lado a otro, con un tono de voz irónico—. Ah, pero no se trate de Demetrius porque ahi si te vas en contra de mi y Damián al mismo tiempo.
—Es que el es mi...
—¿Tú prometido? —cuestiona, deteniéndose y observándome como si hubiera perdido la razón—. ¿Qué haces con un tipo como él? Es guapo si, pero tiene un carácter del asco, preferiría salir con un sapo que con él, ¿qué le viste?
Intento responderle, pero no me da tiempo de eso, vuelve a hablar, al parecer ha venido a regañarme no ha obtener respuestas.
—No sabes qué —continúa hablando—, no me expliques. Quiero saber otra cosa, ¿acaso ya no somos más amigas? Me ignoraste por completo.
Bajó el tono de voz, de forma agraciada se sentó en el sofá, la manera en que lo dijo fue tan dolida que por un momento me siento la persona más egoísta de este mundo.
—Lo siento, en verdad. Es que pensé que las cosas habían cambiado con el tiempo y nuestra amistad con ello —intento mentir, hago lo único que sé.
Lo único que me permitiría avanzar en mis planes, mi mente intenta maquinar a toda prisa toda una historia en la cuál tenga justificación mi ausencia, y lo sé, se lo que estás pensqndo las chicas buenas no mienten, no engañan a sus mejores amigas, no necesitan usar justificaciones, solo decir la verdad, el problema es que quizás yo no sea una chica buena sino una bruja cruel dispuesta a todo por lograr un objetivo.
—Pensaste mal, no sabes cuánto tiempo te esperamos. Anhelabamos que llegara este día pero es completamente diferente a lo que había pensado. ¿Dónde estuviste todo este tiempo?