Capítulo 05

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—¿Has perdido la cabeza o qué? —cuestiona Sylvia. Loid por su parte parece un poco apestado a medida que pasa sus dedos entre su cabellera rubia.

—Lo siento mercader.

—La edad te ha afectado demasiado, te convertiste en un hombre necio e imprudente.

—Aún así, debemos hacer algo. Ella está en peligro.

—Lo sé, aún así creo haber capacitado bien a Anya —responde, colocando una mano bajo su mentón—. El problema es, ¿cómo justificar que Anya está completamente sana cuándo su salud debería estar deteriorándose?

Voltea a ver a Loid. Este por su parte se sobresalta un poco, como si estuviera cayendo en cuenta de algo.

—¿Qué te pasa? —interroga Sylvia, hablando de nuevo.

—Esa niña dijo algo respecto a otra persona. ¿Y si Anya hubiera sido el primer experimento exitoso?

—Eso significaría que es un ser capaz de leer mentes —contesta Sylvia, con completa serenidad.

—¿Cómo puede estar tan tranquila?

—No lo estoy. Pero hasta no comprobarlo, sólo son palabras dichas por una persona cuya salud física se deteriora. Eso puede significar que también su salud mental lo hace.

—Tiene razón, quizás lo que diga no sea cierto. Quiero creer que no lo es. Como padre no me perdonaría que Anya haya sufrido en manos de científicos que juegan con las vidas de los demás.

[***]
Anya.

—¿Sigues despierta? —cuestiona Damián.

Nos encontramos rumbo a una ciudad en una camioneta de combate. Es cómoda para dormir sí, ya que tiene varios asientos de algodón, al frente se encuentra el aciento de segundo hijo, al lado está el mío. Después siguen Emile y Ewen. Luego los integrantes del pelotón principal, todos están profundamente dormidos. Vamos tras varios tanques de ataque.

—Sí, prefiero no dormir.

—No sé cómo lo logras —susurra, sentándose. Apoya la espalda contra el metal para quedar viéndome de frente.

—Mi deber es cuidarlo.

—No puedo siquiera dormir si siempre estas viéndome.

—No se preocupe, yo lo cuidaré bien.

—Ese no es el punto —intenta explicar, da un suspiro como si reprimiera decir algo pero no lo piensa, sólo cambia de tema—. ¿No te da sueño?

—Un poco —admito

La verdad es que no sé cómo le haré para mantenerme vigilándolo todo el tiempo. Quizás mi clon pudiera, pero yo no. No fui modificada para eso.

—Entonces duerme, es así de simple.

—Pero yo...

—Sin protestas —murmura, quejándose un poco debido a que la carretera parece ser un extravío—. No llegaremos hasta por la mañana. Si puedes dormir aún con lo mal que está la carretera adelante.

Da un suspiro, después desvía la mirada hacia el techo de la camioneta. Se ve sereno, aunque por su mente pasan muchos pensamientos.

(Una ciudad más por conquistar. ¿Ella estará en esta? No lo sé, quizás no sea así. Pero cada vez abarcamos más ciudades de Westallis. Si sobrevivió puede estar en algún lugar de este país, sino tendré que recorrer más el mundo. No me rendiré hasta encontrarla.)

—Señor —le digo, interrumpiendo sus pensamientos. Él vuelve su mirada a mí.

—¿Qué pasa?

—Me preguntaba si ¿no piensa dormir?

Por ahorrarme un te quiero (Damianya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora