X Damián.
Pensé que ya había acabado con todo lo que podía impactarme. Había descubierto que la boda no había sido más que una mentira. Pero que equivocado estaba.
La boda solo era la cereza del pastel, había muchas más cosas debajo. Y lo supe porque si papá había sido capaz de hacer una cosa así ¿De qué me podría serlo? Porque es el único con acceso a este lugar, no puedo equivocarme de culpable.
Lo que descubrí después, fué la gota que derramó el vaso. De hecho, sigo sin poder creerlo. Si es verdad que se han cometido muchos fraudes con personalidades políticas y aún del gobierno actual pero nadie cercano a mi, excepto algo... Encontré una fotografía de Anya cuando era niña. Eso me llevó a abrir la carpeta de información, si es verdad que fue tratada como un experimento científico y nada más, la crueldad de eso me hizo no querer seguir viendo, así que me centré en la carpeta de la par. Resulta que se trata de una mujer muy parecida a Anya. Sin duda alguna debe tratarse de su madre. Hay demasiadas fotografías de ella. También hay cartas escritas a mano suplicando por que le dé atención. Pero ninguna de respuesta. Desearía no haber reconocido la letra, pero la conozco demasiado bien.
¿Acaso por esto dijiste que entendías mis sentimientos por Anya padre?
¿Qué fue de la madre de ella?
Volví a dejar todo en su sitio, excepto la papelería acerca de la boda de Anya y mi hermano. También la carpeta de fraudes de ese licenciado y salí tan rápido como pude de ese lugar.
Aún no era momento de mostrar las demás pruebas y encarar a mi padre no sé qué causaría. Entregar pruebas contra un Desmond nos hará parecer poco confiables, y se abrirá una investigación en la que puedo terminar en la cárcel. Eso mientras se demuestra mi inocencia y no pienso dejar sola a Anya.
Quizás fue eso lo que me impulsó a ir hacia un lugar que no hubiera imaginado, menos después de lo de esta tarde. Pero no tengo muchas personas en quien confiar y si tengo que creer en alguien, creo que es la persona más indicada para esto.
—¿Damián-san? —cuestiona Yor, una vez que abre la puerta.
Si, entiendo su expresión de sorpresa, ya casi oscurece.
—Hola.
—¿Pasó algo?
—No, bueno si, ¿puedo pasar?
—Ah si claro.
—Gracias —le digo, a tiempo que abre más la puerta—. ¿Se encuentra el señor Forger?
La pregunta fue contestada por si misma cuando lo ví sentado en la sala. Esta situación es extraña, por mucho tiempo deseé que tanto él como Anya estuvieran vivos, pero ahora ¿Por que siento cierto rencor? ¿Por que crecí en una mentira? ¿Porque voy a confiar en él como ellos no lo hicieron en mi? No lo sé.
—Damián que sorpresa, toma asiento.
—Asi estoy bien, seré breve. —Dejo caer cuidadosamente los documentos que sostenía sobre la mesa—: son documentos en contra de una personalidad de la política y algo respecto a la madre biológica de Anya. No es seguro que yo los tenga, confío en que ustedes sabrán qué hacer. Es información que puede hundir el honor de mi padre. Pero entregar esto a las autoridades actuales sería una tontería. Uselas en el momento adecuado.
—¿Cómo conseguiste esto Damián?
—Eso no importa pero no me fue fácil. Lo que quiero saber es ¿Puedo confiar en usted sí o no?
—Si.
—Es todo lo que quería escuchar. —Guardo las manos en mis bolsillos, esto es a lo único que vine. Poder convivir con él normalmente me tomará mas tiempo. Pero tampoco puedo ser descordial—. Que tengan una agradable noche. Tengo otros asuntos que resolver.