Capítulo 23

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Anya.

¿Qué me va a cortar las alas? Eso en mi pequeño y humilde mundo solo significaba una cosa "no te metas con personas influyentes si no quieres terminar bajo la suela de sus limpios y relucientes zapatos" como una pequeña y frágil mariposa que quedaría muerta sin escapatoria, pero te habías olvidado de algo Desmond, las mariposas son poderosas, y si has buscado en alguna ocasión información sobre el efecto mariposa lo entenderás.

—El asunto —prosiguió, hablando Desmond—. Es que estoy arto de tantas peleas, están dando vueltas en círculos y vuelven a regresar al mismo lugar. No quiero esto para mi familia.

—¿A qué intentas llegar papá? —interroga Damián.

Damián, ¿por qué tiene que ser tan perfecto? Apenas hace unos momentos atrás me defendió. Se que se olvida del pequeño detalle que puedo leerle la mente, me protegió aunque eso lo lastimara por dentro.

—Intento decir que ya han tomado sus propias decisiones —le aclara—, ahora háganse responsables de ello. ¿Quieren pelearse? Adelante, ¿arreglarán las cosas? Háganlo. Vivan sus propias vidas.

Esperen, ¿qué? Eso fue raro saliendo de la boca de él, lo peor es qud no presiento ni una pizca de maldad en sus palabras o dobles intenciones. Sólo un ser de avanzada edad que busca paz mental.

—Entonces ¿estas aceptando mi compromiso? —le cuestiona Damián.

Donovan sólo asiente con la cabeza como respuesta.

—Vive tu vida, tienes el poder para hacerlo. Me complace ver que al menos estás sentando cabeza. Así como Damián lo hará con Becky.

Damián... A pesar de que su padre lo dice con buena intención, yo no puedo evitar sentir un dolorcito que me oprime el pecho. En lugar de estar con él ¿tendré que verlo cómo un cuñado?

—Bueno, aclarado esto —menciona Demetrius, acercándose a mí—. ¿Por qué no vuelves a tu departamento? No me gusta que andes sola por ahí estas horas.

Okey entendí la indirecta, será mejor que me vaya y lo deje hablar a solas con su padre.

—Sí, nos vemos —me despido, alzando la mano. No obstante él coloca ambas manos sobre mis hombros.

Por un instante siento un escalofrío recorriendome la espalda a medida que se acerca a mí, ¿va a besarme?

La realidad es que no, solo me da un beso en la mejilla, aprovecha ese momento para acercarse a mi oído y entonces lo escucho susurrar:

—Ya que he obtenido la aprobación de mi padre, cuidado con traicionarme. Estas pisando terreno peligroso.

Después de eso se aparta, demostrando una brillante sonrisa como la del Grinch, como si me hubiera dicho la cosa más linda del mundo en lugar de amenazarme. Dejándome claro que debía de retirarme de ese lugar.

Al final di terminé por irme, no me despedí de nadie aunque sentía la vista de todos sobre mí. Algo de esas palabras dichas por Demetrius había despertado una chispa de ira dentro de mí.

Al llegar al departamento no hice nada más que quedarme dormida hasta el otro día, estábamos a tan solo cuatro días de la supuesta boda que se llevaría a cabo, digo supuesta porque a pesar de todo voy a acabar rechazando a Demetrius en el altar. Y hablando de él, lo empezó a planear todo lo más rápido que pudo, una modista llegó a mi departamento con muchos vestidos de novia que creía podrían quedarme. Me interesé en el más costoso y no en el más bonito, no se si eso afectaba algo a su bolsillo pero bueno, ya que yo no podría pagar ni siquiera el ramo con los precios que catalogaban.

Por ahorrarme un te quiero (Damianya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora