Capítulo 24

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Damián.

Empezar la vida adulta... no sé, cuándo pensaba en eso de niño sonaba como más emocionante. Quizás porque entonces tenía fijadas las metas. No sabía cuanto esfuerzo me llevaría conseguirlas, pero estaba seguro que lo lograría. Sería el mejor gobernante de Ostania, trataría de seguir los pasos de mi padre en favor de los demás, es sólo que... la realidad, al menos esta parecía un poquito o mucho más diferente de lo que había soñado.

Me había encerrado en una cajita, quizás a eso era lo que se refería Demetrius. Que mi vida estaba siendo un fracaso. Si obedecía lo que querían los demás el resultado siempre era el mismo, uno en el que pierdo todo lo que había querido. En donde mi hermano es el gobernante que yo quería ser y donde la chica que siempre amé será su esposa. Eso era lo que me había motivado a tocar su puerta esta mañana y supe cuando aceptó  salir conmigo que por más pequeña que fuera la oportunidad aún tenia una para convencerla de quedarse a mi lado.

Al menos de eso si me sentía seguro al estar parado en el marco de la puerta, esperando a que ella saliera. Claro que mi soledad no duró tanto como imaginaba pues pronto apareció Yoid, sosteniendo un libro. Es gracioso porque es como estar viendo de nuevo a Loid forger pero en una versión más joven y de menor altura.

—¿Qué haces en la puerta? Pasa.

—Esperaré aquí a tu hermana.

—Que pases te digo —demanda con un tono exigente. Tengo que contener una risa por la ternura que causa intentando parecer serio.

—Está bien, pero eres el responsable de esto.

Guardo las manos en los bolsillos luego de cerrar la puerta, él me señala un sofá para que tome aciento. Decido hacerle caso entonces se queda viéndome de brazos cruzados. Ahora su altura si es superior a la mia, me observa como si analizara  todo de mí, no aparta la vista de mi conforme los minutos en el reloj de pared avanzan. Tampoco trato de hacer conversación pues no parece tener ganas de hablar por la seriedad con que me ve, hasta que rompe el silencio:

—Hablemos acerca de Anya.

—Está bien, ¿sobre qué en específico?

—Yo soy su hermano así que tengo que asegurarme de cuidarla bien. Así que dime ¿cuáles son tus intensiones con ella?

Subo las cejas sorprendido. Parece haber obtenido de un momento a otro el papel de su padre. Pero solo es un chico entrando a la adolescencia, no creo que comprenda a exactitud lo que está pasando.

—Pues la intención era salir a dar un paseo —respondo, él arruga el cejo poco complacido con mi respuesta.

—No es necesario usar el sarcasmo. Me refiero a ¿qué sientes por ella?

—Bueno, es una buena chica que se gana el cariño de todos a su alrededor. Así que lo mío podría definirse como...

—¿Amor? –cuestiona, interrumpiendo—. Pareces babear cada vez que ella está cerca de ti. ¿Lo interpreto de forma correcta?

—Pues... si.

—Bien, me caes mejor que tu hermano. Pero eso no es una aprobación, te mantendré vigilado.

—No es necesario, si yo fuera el novio de tu hermana haría todo lo posible por hacerla infinitamente feliz. Pero... es complicado —agrego dando un suspiro.

No puedo explicarle a un chico de su edad que creo que ella ya no está enamorada de mí, y que solo ha aceptado salir conmigo por la presión al invitarla a salir.

—Parece feliz cuando te ve —dice, tomándome por sorpresa.

Eso despierta un pequeño rayo de esperanza en mi, quiero decir algo más pero entonces Anya aparece rápidamente en la sala.

Por ahorrarme un te quiero (Damianya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora