Capítulo 21

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Damián.

Bien la situación va de la siguiente manera. Solo faltan tres ciudades por derrocar. Son las que están poniendo mayor resistencia.

Señalo con un círculo rojo los lugares en un mapa. Si no me equivoco hay una persona clave manteniendo la resistencia. Pero ¿Quién tendría ese poder para lograr tal cosa? Los anteriores alcaldes de las ciudades se han rendido en paz, pero esto es diferente. Sólo puedo pensar en una persona ¿Loid Forger?

—¡Damián! —grita Becky, entrando rápidamente en la oficina.

—Se toca antes de entrar —le recuerdo.

—Eso no me interesa ahora.

—Estoy un poco ocupado, hablamos más tarde. —Le señalo la puerta, ella sólo voltea los ojos cruzándose de brazos.

Avanza más hasta llegar frente a mí escritorio. Se queda observando a los círculos que hice en el mapa. Y ah cierto, es Becky y a ella nadie le dice qué hacer o no.

—No creo que esos circulitos sean más importantes que lo que vengo a decirte —observa con desaprobación el mapa, como si le molestara cuánto se han extendido nuestros dominios—. Además, vine hasta la mansión apenas abrí el sobre. ¿Ya lo sabes?

—¿Saber qué? —cuestiono, fijando la mirada en ella.

No responde nada, únicamente deja caer sobre el escritorio una tarjeta de invitación. Al principio se me hace confuso hasta que leo lo que dice en ella. Todo mi mundo se cae a mis pies, sobretodo por la fecha. ¿Anya y Demetrius se van a casar en una semana?

Quedo en shock por un largo momento. Incluso siento mis manos temblar. Me pregunto ¿por qué tan pronto?

—Tenemos que impedir esa boda como sea —espeta, dejándose caer en el aciento de enfrente—. He estado pensando en alguna idea, pero necesito de tu colaboración.

–Becky...

—He visto muchos dramas de televisión, llegar e impedir la boda no creo que resulte oportuno. Sería un gran escándalo. Pero ¿qué tal secuestrar la novia antes de la boda? Puedo ayudarte con eso.

Se encoge de hombros, por un momento intento sonreír pero no lo consigo, termino suspirando pesadamente. En verdad aprecio su ayuda y se que es una locura lo que voy a decir pero...

—No podemos, esas cosas no salen bien. Debemos respetar lo que ella quiere.

—Te quiere a ti, se que es así. ¿Acaso tu no la quieres?

¿Que si no la quiero? ¿Qué clase de pregunta es esa? Sería capaz de dar hasta mi vida por ella, pero ella no lo acepta y cuando amas a alguien tanto y esa persona no quiere recibir ese amor, lo único que queda es guardar todo y buscar donde almacenarlo, porque aunque ella no me acepte yo simplemente no puedo dejar de amarla. El amor no es así, no desaparece de un día para otro aunque queramos.

—Sí la quiero, justo por eso no pienso imponerle nada. Además, ya no tengo derecho, sería hasta egoísta de mi parte.

—¿Cómo que no tienes derecho? ¿A qué te refieres?

—Yo la alejé de mí —confieso, dando un suspiro—. Soy el único culpable de todo lo que está pasando y ahora que quiero arreglar las cosas ya no puedo.

—¿Qué hiciste Damián?

—No creí en ella, me decía que me amaba y pensé que se trataba de un plan, y sentí tanta rabia que no supe como actuar, estaba confundido. Pensé que no le sería útil en lo que ella quería o que solo me usaría, al mismo tiempo solo quería que ella tuviera una vida como cualquier chica de su edad sin la necesidad de estar involucrada en planes, guerras o personas que acabarían con su paz mental. Lo arruiné y esa es la verdad.

Por ahorrarme un te quiero (Damianya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora