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——¡¿Pero que carajos?! -grupo molesto, hiba a levantarse pero aquella arma lo apuntaba, fruncio el seño aún más molesto.
——¿Quien eres? -volvió a repetir el usando la voz de mando, acercando la punta de la katana en la garganta del contrario. ——No deberias estar en este lugar.
El silencio permaneció y antes que el alfa pudiera rozar contra el cuello del contrario.
El alemán le pateo una el tobillo y se dio vuelta para comenzar a correr, rápidamente ignorando a la gente del pasillo los cuales al ver al militar se alejaron, no podían intervenir, aquel alfa era muy respeto y si hiba a matar a alguien sin razón, nadie intervenía incluso si eso se trabaja de alguien de otro país.
Aunque apenas era el segundo día, por ello, no todos sabían la importancia de aquel extranjero.
——¡¿Por que corres?! ¡¿POR QUE ESTAS CORRIENDO?! -grito el militar, corriendo tras el “Beta”, paracortar una canasta la cuello le fue tirada, gruño molesto, guardado la espada para concentrarse en cazar al contrario.
Ambos siguieron corriendo de un lado a otro.
——¡AYUDAAAAAAaaaAaaaaahhhhh! -grito, para tomar a un beta y empujarlo para atrás y seguir corriendo, asta el gran capatio, donde acabó cayendo al lago.
El silencio permaneció una rato, mierda era más profundo que lo que imagina, miraba a los peces, para escuchar como alguien también se tiró, rápidamente comenzo a nadar, para luego iniciar una pelea entre ambos dentro del agua.
Un grito ahogado se escuchó para luego ver cómo la el agua se teñia de rojo, las burbujas salían, asta un momento de tenerse y la agua quedar quieta.
El alemán salió primero, escupiendo con enojo el pedazo de carne que arrancó del alfa, respirando de manera agitada, levanto su vista notando al cual era el emperador antes de poder decir algo, escucho el sonido metálico y rápidamente se movió para irse detrás del alfa de rostro cubierto.
——¡Alejate que te arrancó otra cosa y será más doloroso! -amenazó.
——¡Tu maldito beta te voy a matar! -grito con notan enojo el alfa, apretando la arena de su antebrazo con dolor, siendo que no paraba de bajar sangre de aquella área.
El coreano se acercó preocupado pero un manotazo lo Alejo, aquel alfa le gruño con total furia, asustado al contrario el cual se alejó temblando, el aroma era amargó y dominante.
——Teikoku Rikugun, calmate. -la voz domina te del japonés hizo reaccionar al militar, el cual al ver a su Emperador, sintió vergüenza al dejarse llevar por sus emociones negativas.
——Emperador, ese beta trato de entrar a su habitación y cuando le preguntó quien era, comenzó a irse corriendo, me eh de aver preocupado que tratará algo contra usted.
