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——Hola. -soltó con simpleza.
El Omega de rasgos asiáticos al notar al niño, rápidamente se puso recto, para relajar su expresión y sonreír de manera dulce, aunque forzada.
——Buenas tardes jóven Nippon, por favor, perdóneme aver gritado de aquella manera, espero no aver le molestado. -agachó la cabeza, ante el niño el cual sólo suspiro con fastidio.
——Tu sola presencia es molestia. -miro con cierta molestia al contrario para luego mostrar una sonrisa suave al alemán. ——¿Podemos pasear? -extendió su mano de manera animada. ——Claro, si usted quiere.
Podía negar y irse, pero tenía curiosidad, ¿Por que hablaba con tanto disgusto, incluso odio con el coreano?
Simplemente asintió tomando la mano del niño, para ser guiado por este.
——Joven Nippon, ¿Puedo ir con ustedes?, su padre me ordenó que cuidara del invitado. -susurro nervioso.
——Si, pero deja de ser molesto, tu voz es irritante y desagradable como tu aroma. -miro con disgusto al adulto, para seguir su camino.
¿Y se supone que el le va enseñar modales?
El coreano literalmente era muy sumiso, si fuera el ya le hubiera dado un tremendo golpe si le llegará a hablar de aquella manera, además, ¿No debería tener más poder?
Era el amante de una de las cabezas en aquel hogar, cosa que significaba que podría dar órdenes, literalmente el como “estudiante”, debía de obedecer lo.
Ahora sólo podía ver con cierto disgusto al Omega de aroma durazno.
——¡Mira ese es mi hermano! -hablo alegre el pequeño.
——Oh, que bo ¡¿Que hace jugando con una espada?! ¡Se va a matar! -soltó al pequeño para correr y quitarle aquella arma del pequeño pero este solo le apuntó con aquello. ——¿Que? -fruncio el ceño.
——No me toques sucio Omega -hablo el niño, con asco y enojo.
El alemán, estuvo en silencio unos segundo, ¿Como le acabo de llamar esa mierdecilla?
¡¿Como mierdas le acabo de llamar?!
——¡Ahhhhhhh!
Sin darse cuenta ya tenía al niño rodeado del cuello por su brazo y con su mano libre echa un puño con el dedo medio levemente sobre saliente, daba aquel movimiento de un lado a otro como si estuviera taladrandole la cabeza, mientras se escuchaba el gritillo del niño, el cual trataba de liberarse.
——¡Sueltame Omega demente! ¡Ay! ¡Le diré a mi padReAaaahgg! ¡Duele! ¡Bruja! ¡AyudaaAAahh! -comenzó a chillar.
——No te soltarte asta que te disculpes niño. -gruño asustando al pequeño.
——¡No me pienAhhhh! -trato de liberarse pero no podía, luego de un rato más se rindió. ——¡Lo siento! ¡Lo siento!
El alemán soltó al niño, este cayendo al piso con leves lágrimas del dolor y una cara de enojó.