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Su vida nunca tuvo un buen comienzo, a ser sincero nunca tuvo una buena relación con su padre y su madre siempre fue un hombre tan sumiso y delicado, constantemente enfermando ante el estrés

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Su vida nunca tuvo un buen comienzo, a ser sincero nunca tuvo una buena relación con su padre y su madre siempre fue un hombre tan sumiso y delicado, constantemente enfermando ante el estrés.

Podía mentir que era feliz en algún momento en su hogar, pero era mentira, por ello escapó de su hogar. Un alfa debe ser dominante, con la enseñanza que su padre implementó, ser el proveedor y demostrar su fortaleza, en su caso, usar armas, entrar al ejército como también tener parejas a elección, los cuales deberían estar en el hogar para complacer lo en todo sentido.

A diferencia de todo lo aprendido por obligación, su madre siempre buscaba darle lo mejor, intrirlo por el respecto mutuo y cariño hacia el mundo, que no todo debía ser como era dictado en las normas no escritas de un alfa, que más allá de lo qué debía ser, existía la relación adecuada con respecto mutuo.

¿De que sirve hablar de ello cuando la vivencia es otra?

Suspiro con fastidio mirando las cartas del emperador del Sol, estas dirigía das al Omega el cual tenía que cuidar, poseía dedicada con dulce palabras las cuales a sus ojos eran más que desagradables, era consiente que Tercero no acostumbraba a aquello, esas cartas que escondía evitando que lleguen a su gobernante.

Algunas no consiguió salvar de ser descubiertas, pero el mismo Alfa al poder, simplemente las quemó, dictando que esas palabras solo traerían un peor comportamiento al rebelde representante.

Desvío la mirada, volviendo a esconder aquellas notas, consiente que eran más similares a falso amor, probablemente aquel japonés buscaría con ello además de establecer una mejor relación, también luego de tomar parte del territorio, al menos llegó en esa conclusión, el mismo sabia entendí que nadie se enamoraría en tan poco tiempo, aunque las cartas seguían llegando incluso con el tiempo que ambos se vieron por última vez.

Decidió guardar todo, para salir alistarse y finalmente salir de su hogar, pasando por las calles, donde deseaba visitar al Omega el cual podía  tener una cercanía, ignorar las miradas a su alrededor.

Decidió dar una parada rápida, comprar algo de comida, talvez una rebanada de pastel y con café con leche, entró al local favorito del esvástica, notando las miradas, sabiendo que probablemente sea a causa de llevar prendas tan comunes, era su día libre.

——¿Tiene pastel de chocolate con fresas y café con leche?

——Si, en seguía le traernos su orden. -hablo con calma el Omega, sonriendo dulemente, para anotar lo pedido. ——Puede esperar, en unos tres ou cuatro minutos se le entregara, ¿Para llevar cierto?

El militar asintió, para sentarse en su lugar, lejano al restó.

¿Que estará haciendo? ¿Habra desayunado? ¿Habra salido a pasear en el bosque?, la primeras dudas comenzaron a pasar por su mente, di vagando en que podría hacer el de esvástica, sonrió levemente, probablemente seguiría durmiendo, apenas eran las siete de la mañana, sabiendo que lo el Omega odia despertar temprano los sábados y peor aún los domingos.

Omega imperfecto. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora