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Cuando supo que se alejó, mantuvo en silencio, soltando un profundo suspiro, poso su mano sobre su pecho, el cual se sentía latir con fuerza, su nariz de fruncio, disgustado por el aroma, el cambio drástico de aromas al juntar con su desesperación en buscar al contrario, no le estaba haciendo bien.
Sentido desesperado, buscarlo por todo el lugar, poco a poco apesar de mostrarse serio, impecable, la desesperación se apoderaba sobre su ser, imágenes desagradables donde el joven de ojos azules mar y piel carmín coral, sería lastimado, confundido, desaparecido ou muerto, su mente jugó mal, sentía que podría morir ente la agitación y desesperación, al verlo, quería tomarlo en brazos y apricionarlo contra su ser, para finalmente descargar toda su desesperación.
Al encontrarse en los largos pasillos con su gobernante, saber que estaba bien, fue un alivio, donde duro tan poco al ser reclamado al no ser tan útil en buscar al contrario, solo escuchar en silencio, sintiendo su pecho doler al darse cuenta que fue tan inútil y alguien más logró encontrar lo; ¿Y haci buscaba ayudarlo?
Un inútil que no supo encontrar lo, grupo bajo, apretando sus manos con fuerza, es un Alfa débil.
Verlo, sentir su aroma al compás de otro, más aún de ese Emperador, el cual quería a cortejar lo, probablemente aprovechando que ya tenían un muy pequeño acercamiento, podía sentir todo los aromas y ninguno le agradaba.
Si, podría sonar posesivo, pero lo que menos quería ver era al Omega deprimido, era débil, inocente y hermoso.
No, Tercero, no es esa clase de persona, no es alguien inocente y menos débil, era fuerte, tal vez no al compás de un Alfa, puesto por su naturaleza sería imposible, pero, seguía siendo mucho más que cualquier otro insulso de esa casta.
Apretó sus dientes, nadie era suficiente para merecerlo, lo conocía, sabía lo que valía, incluso el no lo merecía, hizo bien en recharalo en su momento, sus sentimientos solo serían una distracción de su verdadero ser, un Alfa tan estropeado no merece a alguien tan bueno.
Su mirada poso sobre sus manos.
Aun podía ser el aroma a sangre, las feurmonas amargas de los Alfas, Omegas y las minuciosa de los Betas, solo cumplió su trabajo, el que llegará a herir pu molestar al de piel carmín, sería castigado, por algo se construían los campos de exterminio, si este odiaba algo, debía ser eliminado.
——Schutzstaffel (SS), tu labio esta sangrando.
Parpadeo, para posar su dedo sobre la comisura de su labio inferior, no se habría dado cuenta, noto la sonrisa del contrario, aquellos dientes puntiagudos al compás de los caninos más pronunciados que de un Omega normal, los cuales era para forzar y facilidad el desgarro de la carne.