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Arreglo sus maletas, mientras se hiba a aquel barco, sonrió despidiéndose con la mano, mientras el camino hiba a ser lento y agotador

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Arreglo sus maletas, mientras se hiba a aquel barco, sonrió despidiéndose con la mano, mientras el camino hiba a ser lento y agotador.

El cruel viento, permanece sobre su rostro, mientras entrar a su habitación donde descansars luego del abrumador día, mientras se dedicaba a acostarse en la suave cama, sintiendo como las lágrimas querían desbordar luego del agobio que sentía, rápidamente limpio su rostro.

Es patético.

Al llegar, su camino fue silencioso, a diferencia de la primera vez, a sintiendo a cada palabra, se dio un baño, usando las prendas de su hogar, caminando asta donde lo esperaba aquel Emperador

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Al llegar, su camino fue silencioso, a diferencia de la primera vez, a sintiendo a cada palabra, se dio un baño, usando las prendas de su hogar, caminando asta donde lo esperaba aquel Emperador.

——Es un placer verlo nuevamente Emperador del Sol naciente, al igual que sus hermanos los victoriosos sobre Asia. -hizo una reverencia, sorprendiendo un poco al resto de los presentes ante aquella elegancia. ——Espero cumplir las expectativas y podremos formalizar las relaciones entre nuestros territorios, aprender de su cultura y mostrar sobre Europa.

Volvió a su posición con la cabeza agachada en de manera respetuosa como lo solos hacer con su hermano, esperando alguna respuesta de contrario.

——Es nuestro placer tenerte en nuestras tierras, esperemos que esta visita sea más agradable. -hablo uno de los hermanos, el cual rocio con calma. ——Corea será el que te guiará nuevamente.

——Entendido, gracias por su atención.

Se movió para comenzar a caminar hacia su habitación, miro el largo patio, mientras simplemente se agotaba en la cama con pereza ignorado al coreano el cual mantenía confuso, el desastroso Omega que conocio en su momento.

——Dejame solo, me llamas cuando sea algo importante. -dictó.

El de aroma melocotón, asintió, alejándose.

Escondió su rostro en la suaves sabanas, sintiéndose horrible, consigo mismo, pero no debía llorar, no quería permitirse verse débil, es un alemán.

Escucho la puerta, ser tocada hora de la cena, se alistó, caminando en silencio al compás del coreano el cual seguís sus pasos, se sentó en su respectivo lugar, comiendo con los cubiertos resigandos en silencio, sin dictar palabra amenos que le fuera preguntado algún tema directamente.

Omega imperfecto. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora