Varios minutos después la castaña y el albino llegaron a una cafetería casi a las afueras, en todo el camino ninguno pronuncio palabras y el ambiente se había puesto tensó desde entonces.
- Llegamos- informa el Taisho.
Rin no responde nada ante el anuncio hecho por el hombre simplemente toma su bolsa y baja del auto, camina hasta la entrada y ahí espera a que el albino iguales su paso.
- Que deseas tomar- pregunta el amor mientras se sienta en una mesa cerca de la ventana.
- Un Americano Ice por favor- responde la mujer en cuestión de segundos.
En ese momento llegó la mesera y el peli plata dió la orden, en tan solo minutos llegaron sus pedidos sin embargo ninguno de los dos habia pronunciado palabra, era una ambiente completamente tenso que nunca se había formado entre ellos en todos esos años, pero aunque ninguno lo dijera ambos sabían cual era la razón y eso hacia que el momento fuera quizás aún más incómodo.
- Como te va- inquiere Rin mientras toma un sorbo de su bebida.
- Excelente... Eso creo- responde el hombre con seguridad pero susurrando lo último. - Y a ti- finaliza su respuesta mientras la mira expectante.
- Muy bien, eso creo también- responde la chica dando a entender que había escuchado aquella frase que segundos atrás se escapó de los labios del peli plata. - Te ves, extraño... - confiesa la castaña en medio de un suspiro y tratando de ver mas allá de lo que sus ojos podían.
- Pues me siento completamente bien, quizás alguno que otro problema pero nada que no se pueda solucionar- le responde el Taisho con una sonrisa.
- Más bien tu hoy andas más curiosa de lo normal- anuncia el mayor con sorna.- La última vez sugeriste que te tratara con más confianza... Eso hago- responde la mujer con evidente recelo. - Aunque no creo que me contarás aquí para hablar de eso, cuéntame con te va con esa chica de la que me hablaste- suelta la castaña tratando de evitar aquel tema que ella misma había incluído a la conversación.
- No quiero hablar de ella...- suelta con seguridad el mayor.
- Porque, si se puede saber- insiste Rin.
- Porqué no deseó hacerlo está noche- responde nuevamente mientras analiza el rostro de Rin, quien lo miraba expectante.
Sin embargo a pesar de la casi insistente mirada del hombre Rin no movió ni un solo músculo y se mantuvo serena y en silencio tomando su café, hasta que casi diez minutos, y un carraspeó de garganta después por fin hablo.
- Ya te cansaste de ella y ahora irás por otra- cuestiona la mujer mientras lo mira incrédula.
- Que?- inquiere casi sorprendido el peli plata.
- Lo que escuchaste- repite con seguridad la castaña.
- Eso no fue lo que quise decir- aclara el mayor.
- Eso es lo que siempre quieres decir...- susurra para ella mismas. - Por su puesto que no- dice en voz alta para que está vez si escuché el hombre.
Luego de eso nuevamente se mantuvieron en silencio, aquello no era común... Siempre encontraban algo de que hablar pero justo en ese momento parecía no existir nada capaz de sacarlos de aquel bucle de incomodidad que no sabían en qué momento se había formado pero que sin duda los mantenía observándose con una evidente reproche hacia en otro con la mirada.
- Visitaste a tu hermano hoy - inquiere el albino.
- Si... Fui a desearles un feliz año y a visitar a Kanna- confiesa la joven.
- Kanna te adora... Te quiere inclusive más que a mi- recalca con sorna el Taisho.
- A veces eres muy tosco con ella- le recuerda la menor.
- No es cierto- suelta rápidamente el hombre.
- ¡Claro que si! Te quiere pero yo la consiento más- se excusa la castaña.
- Quizás demasiado- refunfuña el hombre por lo bajo.
- ¡Ja! Ya quisieras tu que alguien fuera así contigo- le reprocha la mujer.
- ¡Ja! Más bien quisieras ser tu así conmigo- responde por inercia el hombre sin notar la imprudencia de sus palabras.
Cuando se quedó en silencio y se percató de lo dicho anteriormente no pudo ocultar su vergüenza y de inmediato pensó que Rin no contestaría nada respecto a lo dicho, sin embargo quedó completamente anonadado cuando ella pronuncio aquellas palabras.
- Ya quisieras tu que lo hiciera... Pero te voy a dejar con las ganas- suelta con sorna la mujer en medio de una carcajada.
Acción que dejó sorprendida hasta a la misma Rin, porque ni ella misma esperaba que aquellas palabras salieran de su boca y luego de hacerlo quizás se sintió un poco más liberada de aquella recates que había mantenido por años con el hombre, pero ahora lo entendía por completo...
Dejo ir todo ese peso que cargaba en su espalda, y todo ese prejuicio que la mantuvo encerrada en su mente durante muchos años, quizás ahora no estaba completamente interesada en el hombre pero era inevitable no sentirse atraída por él, es decir, Sesshomaru era un hombre muy guapo y quizás tenía algunos defectos pero aquella sencillez de su alma y la manera tan amable en la que solía tratar a las personas incluyendola a ella la atraian de manera significativa y por más que lo negara era imposible evitarlo.
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...- Ya está tarde- anuncia el hombre en medio de un carraspeó.
- Tienes razón- responde Rin.
Ambos se levantaron y el albino pago la cuenta, luego fueron hasta el estacionamiento y ambos subieron al coche, una vez salieron del estacionamiento Rin encendió la radio y para su sorpresa estaba sonando una canción de Taylor Swift "The Way I Loved You" , quiso subirle el volumen pero una vez se percató de la presencia del hombre dejo que sus manos reposarán en sus piernas, mientras que suavemente comenzó a tararear mientras miraba por la ventana.
- Si te gusta puedes subirle el volumen- aclara el hombre mientras sube el volumen.
Rin no le respondió, tan solo le dedicó una sonrisa y continuo tarareando pero está vez un poco más alto... Aquella aura de paz había vuelto y quizás se debía a qué ya no se sentía insegura estando junto a el, aún habían ciertos aspectos que le provocaban nervios sin embargo habían comenzado nuevamente con el pie derecho, pero está vez Rin tan solo iba en busca de una amistad... Después de mucho tiempo al fin desistió de la idea de tener el amor del Taisho para ella.
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...CONTINUARA...
Si llegaste hasta aquí, gracias por leer preciosuraaa.♥️♥️
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Tu dulce presencia.
Fiksi PenggemarDesde que era una niña sus padres le dijeron que lograría grandes cosas, le insinuaban lo maravillosa y creativa que era, sin embargo, nunca le advirtieron sobre el complicado proceso de crecer, sobre aceptar tu cuerpo tal y como es, y valorar su op...