CAPITULO 33

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Los rayos de sol se colaban por los espacios que habían entre una persiana y otra, y aquella brillante luz resaltaba el tenue espacio en dónde aún reposaban los cuerpos de la pareja, Rin estaba de lado con sus manos sobre la almohada mientras que el Taisho tenía un brazo rodeando la cintura de su novia y otro estirado hacia la cabecera de la cama, aquel cálido sueño que habían estado teniendo luego de aquella apasionada noche fue interrumpido por el sonido de paso fuertes por el pasillo, la primera en recobrar la conciencia fue Rin quien al prestarse de aquel sonido alertó sus sentidos y se levantó de la cama para correr hasta la puerta y colocarle pestillo, a los segundos debido a la brusquedad del movimiento de la mujer el hombre despertó.

Con pesadez se recostó en la cabecera y en un susurro débil hablo.

- Que sucede... Aún es temprano- anuncia mientras frita sus ojos.

- Viene alguien- alerta la mujer mientras corre por su ropa y entra al baño.

De inmediato el albino se despabila y se levanta para hacer exactamente lo mismo, recogió el pantalón y se lo coloco acercarse hasta la puerta, pego su oido en el marco y logro escuchar aquellos pasos acercarse cada vez más, a los segundos resonó aquella voz que poco de agradaba escuchar en las mañanas.

- ¡Sesshomaru, levántate que no tengo todo el día!- grita con fastidio el albino mientras da dos golpes a la puerta.

De mientras el peliplata se alertó, no podía permitir que su padre viera a Rin antes de tiempo, si tan solo llegaba a notar el rastro de una mujer en su habitación le cuestionaría quien era y honestamente no estaba dispuesto a exponer a Rin a aquello, al menos todavía no; de inmediato dió dos paso hacia atrás.

- ¡Bajo en quince minutos!- responde fingiendo tener voz adormilada.

Luego de aquello corrió hasta el baño, Rin estaba cepillandose los dientes pero una vez noto la expresión en la cara del hombre noto que algo no estaba bien.

- Es mi padre- susurra mientras se acerca a ella.

- ¡¿Que?! Pero como...- responde la castaña mientras sea apresura en abotonar su camisa.

- No te puede ver, así que espera aquí hasta que nos vayamos- le pide el peliplata mientras deposita un beso en su frente.

De inmediato Rin dió un leve suspiro de frustración, soñaba despertar en los brazos del hombre sin ningúna preocupación y ahora tenía un que era el doble. Se sentó resignada en el borde de la cama mientras veía como el albino salía de la ducha con una toalla enrollada en su cintura, dejo caer aquella prenda para colocarse la ropa interior y seguido a esto aquel traje de sastre negro que era típico en el, se hizo una media coleta para peinar su abundante cabello albino y se aplicó perfume para caminar en dirección a la mujer.

- Perdón, nos vemos en la noche- susurra mientras deposita un rápido beso en los labios de su novia y se levanta para dar dos paso hacia atrás.

- Está bien, todo va a estar bien- asegura la mujer para imitar la acción del hombre y acercarse nuevamente a el.

Lo tomo de la corbata y le plantó un nuevo beso, un dulce y tranquilo... Un beso que por alguna razón llenaba de paz al revoltoso corazón de Sesshomaru.

- Te prometo que nada ni nadie nos va a separar- susurra el hombre una vez que se separan.

- Te amo- responde la mujer para dar dos pasos hacia atrás.

Rin se escondió en el baño a esperar que el hombre saliera de la habitación, una vez escucho la puerta ser cerrada salió con cuidado y se acercó hasta el marco, las voces eran tan lejanas que no lograba escuchar lo que decían padre e hijo así que sin temor se atrevió a salir silenciosamente de la habitación, camino de puntillas hasta el inicio de las escaleras y se agachó para poder ver a través del cristal, logro observar la figura de Sesshomaru y seguido de este el Taisho mayor caminar hasta la puerta de salida, al parecer estaban teniendo un conversación poco amena pues su novio llevaba el ceño fruncido y Toga llevaba las manos hechas puños, una vez escucho el sonido de la puerta ser azotada relajo sus músculos y se sentó en el primer escalón; realmente se sentía tranquila sabiendo que Izayoi la apreciaba tanto, pero en el fondo aún sentia miedo por la reacción del patriarca, no parecía ser muy condescendiente con su hijo y lo denotaba con aquel carácter hostil que solía tener cuando se trataba de asuntos que involucraran a su primogénito.

Dió un leve suspiro y se levantó para ir en busca de sus cosas, tomo su bolso y se coloco los zapatos para así bajar y salir cerrando la puerta detrás de sí, camino por casi diez minutos hacia la parada de autobuses más cercana, cuando porfin llegó subió y se sento en los primeros puestos, se mantuvo en esa posición los casi veinte minutos de viaje hasta que llegó a la parada cerca de la escuela, aún tenía algo de tiempo así que camino hasta una farmacia cercana y compro aquella dichosa pastilla en la que había estado pensando desde que despertó, la tomo y luego camino de regreso a la escuela; el resto de la mañana su mente estuvo ocupada por aquel nuevo conflictos que estaba por tener, convencer al padre de Sesshomaru quizas sonaba tonto pero ella realmente quería ganarse el respeto de todos, incluído el de su hermano por más obstinado que fuera, realmente no deseaba seguir escondiendo su relación y mucho menos vivir con remordimientos morales, añoraba un amor en dónde pudiera estar con su amadi sin miedo a que los vieran, añoraba no tener miedo de ser descubiertos y aquella mañana había confirmado sus deseos, sintió una punzada en su corazón cuando supo que debía esconderse para no ser descubiertos, le dolió esconderse precisamente ese día... Tan solo unas horas después haber hecho el amor, después de haberse entregado una vez más en cuerpo y alma a su amado albino.
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CONTINUARA...

Si llegaste hasta aquí, gracias por leer preciosuraaa.♥️♥️♥️



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