CAPITULO 11

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Una vez el pelinegro ingreso por completo al lugar fruncío el ceño al notar la presencia de su hermana, aún así se acercó a ella y sin pronunciar palabras dejo un beso sobre su cabeza y luego fue hasta su esposa para hacer lo mismo.

- Kanna te trajo algo- informa el hombre mientras sube las escaleras.

De inmediato la niña se acerca con una sonrisa en su rostro y deja un beso en la mejilla de su madre y tía, para luego extenderle una bolsa de regalo a su madre.

- Que es esto mi vida- pregunta la mujer.

- Un obsequio que papá y yo quisimos darte- responde la pequeña con una sonrisa.

La pelinegro abrió la pequeña bolsa y se encontró con un pequeño cofre de color rojo, al abrirlo se encontró con un cadenita de color dorado junto con un relicario que en su interior contenía una pequeña foto de su familia, es decir Kanna, ella y Naraku... Para ella fue inevitable no llenarse de emociones así que dejó salir algunas lágrimas y tomo a su pequeña en brazos.

- Es hermoso mi amor- susurra mientras la abraza.

- Sabía que te gustaría- asegura la niña.

Luego de varios segundos se separaron y como de costumbre la niña salió corriendo hacia el jardín, dónde se encontraba su casa de muñecas y en dónde pasaba casi la mayor parte del día.

- Está muy lindo...- susurra Rin con una suave sonrisa.

- Se que lo dicho mucha veces pero... Nara y mi niña son todo lo que necesito para ser feliz- confiesa la mayor en medio de un susurro.

- Creeme que no necesitas decirlo para saberlo- le responde Rin en medio de una risilla. - Gracias por llegar a la vida de mi hermano, no se que seria de el sin ti- responde la castaña en medio de un suspiro.

- Quizás pasaría amargado las veinticuatro horas del día- continua la pelinegra en medio de una risa.

- Las escuche- informa el hombre mientras baja las escaleras con tranquilidad.

- Yo mejor me voy a mi casita- dice en tono picaron la menor mientras que con una sonrisa camina hasta la salida.

- Espera Rin, déjame empacarte algunas moras... Tu hermano trajo muchas- informa la mujer.

Rin solo se mantiene en silencio y junto a la puerta esperando a que su cuñada regresará con la fruta, pero minutos antes de que está volviera el timbre sonó, y la castaña al estar junto a la puerta no le quedó más opción que darle paso a la persona que insistía con entrar a la vivienda, pero al abrir la puerta y levantar la vista noto que se trataba del albino.

- Hola- saluda Rin con efusión mientras da varios pasos hacia atrás para que el hombre salga.

- Quien es- Inquiere el pelinegro desde el living.

- Debe ser Sesshomaru, teníamos varios asuntos de los que platicar- responde Kagura mientras sale de la cocina con una bolsa de papel entre sus manos.

- Así es- confirma Rin mientras se acerca a ella y el albino hace lo mismo.

- Buenas tardes Naraku- habla el Taisho por primera vez.

- Buenas tardes- responde el pelinegro a secas.

En aquel momento un sonoro estruendo de escucha desde el jardín y todos, incluyendo a Rin quien ya había tomado la bolsa para irse, salieron corriendo hasta el lugar, al llegar se encontraron con la pequeña Kanna en el suelo y un  raspón en su rodilla izquierda, la peliplata lloraba a mares y aquello provocó que en cuestión de segundos su madre la tomara en brazos para intentar apaciguar su dolor, mientras que Rin corrió hasta el pequeño cajón de primeros auxilios que había preparado Kagura para ese tipo de situaciones, mientras que la pelinegra intentaba calmar a la niña, la castaña limpiaba su herida con agua oxigenada, mientras que el albino y el pelinegro solo miraban de forma expectante aquella escena, Naraku con el ceño fruncido se encontraba a unos cuantos pasos de las mujeres mientras que el Taisho estaba más alejado del lugar.
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- Ya... Viste que no dolió tanto- susurra Rin mientras que guarda los algodones sucios dentro de los guantes y lo tira al bote de basura.

- Como es que sabes tantas cosas...- se sorprende la pelinegra mientras toma a la niña en brazos y comienza a subir las escaleras.

- Ser maestra requiere de muchos conocimientos- responde Rin con sorna.

Mientras que Rin lavaba sus manos escucho varios susurros en el living pero no les presto atención, al menos no hasta que escucho la voz de su hermano pasar de un susurro a un grito de impaciencia.

- ¡Estás advertido! Y agradecerle a tu hermana que estoy tratando de llevar el asunto lo más serenamente posible, así que vete antes de que pierda la paciencia- dice el pelinegro casi gritando.

Inmediatamente Rin camina hasta el living, pero al llegar solo encontro a su hermano con los brazos cruzados y el celo fruncido.

- Que sucedió, por qué le gritabas a Sesshomaru- inquiere la mujer.

Sin embargo el pelinegro solo se limita a dedicarle una mirada de desaprobación para que luego de varios segundos y un suspiro de resignación hablar nuevamente.

- No te incumbe, pero de una vez te digo que no quiero verte cerca de el... Ese hombre es una mala influencia para ti, entendido- dice el mayor en forma de advertencia. - ¿¡Entendido!?- repite con exasperacion al no escuchar respuesta por parte de su hermana.

- No se porque piensas eso, pero ya no soy una niña Naraku... Se perfectamente  elegir a mis amistades- responde Rin con el ceño fruncido para tomar sus cosas.
- Me voy Kag, llamaré mas tarde cuando Kanna de calme para hablar con ella- dice la joven para salir de la casa.
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Rin salio enojada del hogar de su hermano y no dudo en caminar rápido para poder llegar a casa antes de lo estimado, necesitaba sacar su frustración de alguna manera y por ello comenzó a susurrar insultos en voz baja mientras caminaba por la acera, llevaba el ceño fruncido y su mano izquierda la llevaba cerrada en un puño, se concentro tanto en aquella impotencia que albergaba en su interior que ni si quiera noto como su nombre había sido pronunciado con insistencia desde una cuadra antes de llegar a la avenida, tanto fue así que solo noto la presencia de aquella persona cuando intencionalmente se puso en su camino para poder chocar con ella.
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- Estás bien...- inquiere el albino mientras la toma de lo hombros.

- Pensé que ya te habías ido- responde Rin reincorporándose.

- Ahh si... Es que pase a comprar unas cosas y te ví de paso- responde el hombre.

- Que te sucede- inquiere el Taisho.

- Nada, más bien tu deberías decirme porque discutias con mi hermano- responde Rin con seguridad.

- No es nada importante- se excusa el mayor.

- Como que no lo es, si Naraku parecía muy enojado- dice Rin con recelo.

- Enserio no es nada... Tuvimos un conflicto de intereses pero eso es todo- responde el peliplata. - Mejor acompañame, puedo llevarte a casa- habla nuevamente Sesshomaru.

- No es necesario, puedo tomar el transporte público- habla Rin para dar unos pasos atrás.

- Claro que no- finaliza con seguridad el hombre para tomarla nuevamente de los hombros y guiarla hasta su auto.

A Rin no le quedó más opción que subirse, sin embargo aquella duda sobre la discusión que había tenido el peliplata con su hermano aún estaba intacta y necesitaba disipar aquella duda lo antes posible ya que por alguna razón sentía que aquello que el albino le dijo era una mentira total... Y muy en el fondo, presentía que algo muy malo se avecinaba.
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CONTINUARA...

Si llegaste hasta aquí gracias, por leer preciosuraaa. ♥️♥️♥️








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