CAPITULO 22

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Aquellos besos suaves que el hombre había estado dejando en el cuello de la castaña se habían convertido en besos toscos, que a su paso dejaban leves marcas que quizás al día siguiente se desvanecerian, sin embargo la furia de aquel deseo fue cesando con los segundos, y fue reemplazada nuevamente por la delicadeza de los labios del hombre chocando con la piel de la mujer.

-Cómo fue que tú... Te diste cuenta de que sentías atracción por mi- inquiere Rin cuando nota como los labios del hombre se separan de su piel.

- Bueno... Si te soy completamente honesto, lo mio no puede estar más alejado de lo tuyo- confiesa el hombre.

- Porqué- insiste con curiosidad la mujer mientras se gira entre aquel abrazo y lo observa con atención.

- Porque digamos que todo comenzó hace un año... Se que te estarás preguntando ¿Cuando? Así que estoy dispuesto a satisfacer tu curiosidad- comienza el albino con sorna. - Todo se desató un día que estaba con Izayoi... Me pidió que la acompañará a comprar algunas golosinas para el cumpleaños de Kanna y claramente yo accedí, el detonante fue que escogí varios dulces por inercia y ella me preguntó porque lo hice, resulta que ni respuesta no fue acordé a lo que estábamos haciendo- confiesa el Taisho.

- Y que fue lo que respondiste- inquiere la mujer.

- Pues que a ti te gustaban... Y de inmediato Izayoi me reprocho que a Kanna no le gustaban los dulces con almendras, luego de varios minutos analizando mi respuesta caí en cuenta que lo sabía... Y que por alguna razón desconocida mi subconsciente pensaba en ti cuánto hacia ciertas cosas, cómo comer helado, ir con Kanna a los parques de diversiones entre otras cosas... Al principio fue algo regular, pero con los días mis pensamientos se intensificaron y Kagura se dió cuenta... Y pues, aquí estamos- finaliza el albino.

- Y mi hermano lo sabía- pregunta por última vez la mujer.

- No diría que lo sabe con certeza pero... Me escucho hablar con Kagura sobre ti, y quizás lo dedujo porque desde entonces me exigió que me alejará de ti- Confiesa.

- Asi que por eso quería prohibirme que me acercara a ti...- suelta con preocupación la menor.

- Si nos viera así de seguro no dudaria en asesinarme- asegura con sorna el mayor.

- ¡Por Kami! No digas tonterías- reporcha con preocupación la castaña.

El hombre solo logra ahogar una gran carcajada para no preocupar más a la mujer, pues sabía de sobra que a Rin ese asunto le preocupaba y sus buenas no harían más que aumentar aquel conflicto, así que se mantuvo en silencio por unos segundos hasta que ella nuevamente se giró y quedó frente a el.

- Entonces, tu y yo que vendriamos siendo - pregunta la mujer mientras lo mira.

- Que te gustaría que seamos- responde el hombre con otra pregunta.

- Lo que tú quieras- susurra Rin mientras que se acerca lentamente hasta los labios  del albino y le planta un beso.

Un beso que el hombre no dudo en corresponder y que en poco tiempo paso a llenarse de aquel deseo que habían estado reteniendo durante aquella noche, el albino aprovecho la cercanía de sus cuerpos y sin ningún pudor tomo los muslos de la mujer entre sus manos, los acaricio con delicadeza hasta que llegó a aquel lugar, al inicio de la tela de su vestido... Se apartó un poco de ella y la miro aplicándole el permiso para acceder a aquella zona que aún era prohibida para el, permiso que le fue concedido luego de que Rin nuevamente acortará la distancia que los separaba con un nuevo beso, un beso que quizás podía pasar desapercibido entre aquel conjunto de emociones que habían comenzado a experimentar aquella noche; con algo de brusquedad Rin se sentó a horcajadas sobre el y tomo algo de aire para retomar aquella melodía que formaban sus labios cuando estaban juntos, mientras que le Taisho ya estando completamente exitado dió un leve aprenton al trasero de la mujer para acercarla aún más a él, separó sus labios de los de ella y sin previo aviso bajo un poco la manga del vestido de la castaña para comenzar a repartir besos húmedos sobre su hombro, ganandose así más de un suspiro por parte de la mujer quien comenzó a sentir placer entre aquellas caricias que el hombre había comenzado a dar a su cuerpo.

Al cabo de varios minutos ambos ya estaban tan extasiados con lo que estaba sucediendo que dejar correr un minuto más sin dejar rienda suelta aquellos sentimientos sería quizás un sacrilegio, así que sin más el hombre ejerciendo un agarre en la cintura de la mujer y se levantó del sofá y aún con ella en brazos subió hasta la segunda planta en dónde se dirigió hasta su habitación para dejarla reposar sobre la cama. Comenzó a repartir besos en la parte baja de sus piernas hasta llegar a los muslos, dejando leves caricias detrás de sí. La excitación que ambos sentían en aquel momento crecía de sobremanera, sin embargo un vez llegó a la zona íntima de la mujer, Rin recupero la cordura y se sobresalto al darse cuenta de lo que estaban haciendo, de inmediato el hombre se dió cuenta y paro su repartición de besos para acercarse a ella, con preocupación la miro y luego varios segundos de percatarse si estaba bien por fin hablo.

- Que sucede- pregunta en un tono agitado.

- Yo... Yo nunca he hecho esto- confiesa la castaña en medio de un susurro que a duras penas logro escuchar el hombre.

- Sabes perfectamente que si no haré nada que no desees... Así que no te preocupes- asegura el hombre mientras se levanta y se reincorpora.

- No es eso- suelta con rapidez la menor.  - Si quiero... Quiero que sea contigo... Es solo que me da algo de miedo- confíes la castaña mientras se levanta y rodea el cuerpo del hombre con sus brazos.

- Si no quieres que sea hoy está bien... Yo puedo esperar el tiempo que sea- inisite el albino dejando un beso sobre su cabeza.

- Si quiero, pero por favor se amable conmigo... - susurra la chica mientras lo mira con una sonrisa.

Palabras que dejaron paralizado al hombre, pero no por mucho tiempo... Pues una vez recupero la compostura no dudo en tomar nuevamente a la mujer en brazos para dejarla en la cama y continuar con aquella repartición de besos que quedó incompleta, mientras que con delicadeza fue deslizando poco a poco el vestido por el cuerpo de la castaña, quien se comenzó a dejar llevar nuevamente por aquellas caricias, a medida que los besos aumentaban dejaba salir leves gemidos de su boca, y cuando el hombre llegó nuevamente a aquel lugar se relajo por completo, lo ayudo a deshacerse de su camisa y sus pantalones para luego reposar otra vez en la cama y dejar que sus bragas bajarán por sus piernas, asi mismo se deshizo del brasier y en poco tiempo ya se encontraba completamente desnuda, si nada que cubriera su cuerpo... Sin embargo no se sentía avergonzada ni mucho menos, aquel placer le nublo la mente, se sentía dispuesta a disfrutar, sin embargo en un pequeño momento de lucidez logro ver cómo el hombre saco un anticonceptivo del cajon a su izquierda y aquello quizás le brindo aún más tranquilidad así que simplemente se dedicó a vivir aquel momento... Cada roce, cada caricia hasta que llegó ese momento, en dónde el hombre poco a poco y con delicadeza comenzó a moverse dentro de ella. Al principio sintió molestia y se aferró a su espalda y cadera pero con el pasar de los segundos, comenzó a disfrutar de aquel va y ven de sensaciónes, se dejó llevar por aquel momento...

Y justo ahi, justo en ese momento se sintió completamente suya, suya y de nadie más...
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Cuando llegaron al éxtasis, aún estando agitados por aquel acto el hombre incito a la mujer a qué se recostara en su pecho, petición que ella no dudo en corresponder al hacer lo que le pidieron.

- Deberás hacerte responsable de mi a partir de hoy- suelta con picardía su mujer.

"Su mujer"...
Muy en el fondo resonó aquel apodo y hasta lo considero, pero lo dejo ir cuando noto lo posesivo que sonaba y recordó que no deseaba hacer sentir a Rin más comprometida con el de lo que debería.

- Para mí será todo un placer- asegura el mayor mientras se inclina y deja un pequeño beso sobre los labios de ella.

"Duerme sin preocupaciones, yo me encargaré de todo..."

Fue lo último que escuchó la castaña antes de quedarse completamente dormida en el pecho de el.
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CONTINUARA...

Si llegaste hasta aquí, gracias por leer preciosuraaa.♥️♥️♥️

Tu dulce presencia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora