CAPITULO 40

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DIAS DESPUÉS.
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La castaña despertó con el alba, camino hasta la ducha en dónde tardo casi veinte minutos, al salir noto que el Taisho aún permanecía dormido y aprovecho aquello para colocarse algo cómodo y bajar a preparar el desayuno, era sábado y aunque su novio también trabaja aquel día, solía darse un poco más de tiempo para descansar.
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UNA HORA DESPUÉS.
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El desayuno servido junto con una jarra de jugo recién exprimido y una tetera llena de café recien hecho le daban un aire fresco al lugar y provocaban a cualquier habitante que pasará por el espacio darse un ameno tiempo para poder desayunar; una vez dejo todo debidamente cubierto subió nuevamente a la habitación con la esperanza de encontrar a su querido albino despierto, sin embargo sus ilusiones fueron derrocadas cuando al ingresar al lugar lo encontró durmiendo plácidamente con una almohada cubriendole el rostro, al principio pensó en regresar al comedor pero luego de varios segundos evaluando la situación prefirió llamarlo para que desayunara sin apuros, pues en el tiempo en el que habían estado viviendo juntos la mujer pudo notar como su novio se saltaba comidas para tener más tiempo, cosas que le había comenzado a molestar puesto que para ella ahora la salud de él también era importante.
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Camino de puntillas hasta el borde de la cama y una vez llegó a esta subió cuidadosamente hasta quedar en una posición en dónde se logrará acomodar justo al lado del hombre, al hacerlo reposo su cabeza en la almohada continúa al rostro del albino, con delicadeza retiro la almohada que cubría el rostro de Sesshomaru y poco a poco comenzó a acariciarle el rostro con la punta de sus dedos; no era la primera vez que se disponía a admirar las facciones de su novio sin embargo aquel acto era algo de lo que sentía jamás se cansaría, adora descubrir nuevas facetas del peli plata y así mismo nuevos lugares, puntos que jamás había notado por más que lo observará...  Como aquel tatuaje de una luna nueva que reposaba en la parte baja de su abdomen, casi llegando a la pelvis, que había descubierto varios días atrás una mañana en dónde el hombre se presentó con una toalla rodeando su cintura que que dejaba al descubierto el inicio de la figura, cosa que le causó curiosidad, estado que Sesshomaru no duró en notar, dejando así en descubierto para su novia, aquel tatuaje que se hizo justo antes de ingresar a la universidad en un momento de "rebeldía" como lo llamo su padre, concepto que la mujer negó al decirle que lo hacía ver más sensual... Palabras que como siempre desataron aquellas caricias de más que se había vuelto costumbre.

Luego de varios segundos de acariciarle el rostro se acercó un poco más a él y con suavidad dejo que un cálido beso acaparará la punta de la nariz del Taisho, sensación que el hombre noto de inmediato y que con el pasar de los segundos lo ayudo a despertarse.

- Buenos días dormilón...- susurra la castaña.

- Que hermosa te ves hoy- susurra con voz adormilada para luego plantarle un beso en la frente.

- Levantate, prepare desayuno para ti- le informa mientras se levanta y le acomoda el flequillo antes de reincorporarse por completo.

- En diez minutos estoy abajo- dice en medio de un susurro mientras se levanta.

- Más te vale- le advierte la chica con voz retadora.
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Luego de aquello Rin regreso a la primera planta y el albino la siguió minutos después, ya con el cabello recogido, los dientes lavados y un pantalón como la única prenda que cubría su cuerpo.

- Buenos días- anuncia seductoramente mientras se acerca a su novia y le pnaga un beso en los labios.

- Pero que coqueto amaneciste hoy- suelta con sorna la joven.

Tu dulce presencia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora