CAPITULO 39

132 27 8
                                    

UN MES DESPUÉS.
.
.
.
.
...

La opaca luz del sol indicaba que el atardecer había llegado, y con el Sesshomaru regresaba a casa; el horno en temperatura media indicaba que la comida ya estaba a punto de salir y las gotas de agua resonando por toda la habitación solo dejaban en evidencia el acto de la castaña, quien estaba tomando un baño antes de ir a sacar el pavo del horno.

Al salir con la toalla aún enrredada en su cuerpo, busco ropa cómoda y optó por una bata de seda color negro, se ató el cabello en un moño alto y regreso nuevamente a la cocina, cerró el escapé del horno y saco el pavo para que se enfriará un poco, luego acomodo los platos y comenzó a servir la comida; un poco de arroz, una porción de pavo y ensalada, al finalizar llevo todo hasta la mesa y regreso por la jarra de jugo; había calculado el tiempo y según su calculo el albino no tardaría mucho en regresar a casa por lo cual termino de acomodar la mesa, luego tomo su teléfono y le envío un mensaje, sin embargo a pesar de que la mujer dejo pasar algunos minutos jamás llegó una respuesta, por el contrario el sonido de la puerta siendo abierta resonó por el lugar y le dió a entender a la castaña, que el hombre ya había llegado.

De inmediato se levanto y camino hasta la entrada, ahí lo vio dejando su saco en el perchero y cambiando los zapatos por las pantuflas de color negro, la miro con el rabillo del ojo, acción que la castaña noto de inmediato y que le dió libertad de acercarse y abalanzarse hacia los brazos de su novio, quien la recibio con un cálido abrazo y tosco beso en los labios.

- Buenas noches- anuncia el hombre una vez que se separan.

- Como te fue- inquiere la chica con una sonrisa.

El Taisho contesto con un "bien" y luego siguió a su novia hasta el comedor, ahí encontró la comida servida y de inmediato tomo asiento, relamio un poco sus labios y antes de los esperado dió un primer bocado al plato.

- Está delicioso- confiesa con una sonrisa.

- Me alegra que te gustará- responde la chica imitando la acción de su novio.
.
.
...

El resto de la cena ambos se mantuvieron en silencio, disfrutaron de sus alimentos sin dialogar mucho y al terminar lavaron juntos la loza, luego el albino subió a darse una ducha y la castaña se cepillo los dientes; aún era temprano así que decidió ver una película, bajo nuevamente y tomo asiento en el sofá a los pocos segundos pudo sentir con con el asiento a su lado era ocupado por el Taisho.

- Kag y Kanna vinieron a visitarme está tarde- informa la chica mientras se acomoda en el pecho del hombre.

- Y cuál fue el motivo de la visita- inquiere con picardía el mayor mientras deposita un beso en la cabeza de su novia.

- Honestamente no me lo quiso decir... Pero pude notar que solo quería saber si nos estaba yendo bien, aunque también me habló sobre Nara- responde de inmediato la castaña.

- Que hizo Naraku está vez- pregunta con el celo fruncido.

- ¡No todo lo que hace mi hermano es malo Sesshomaru!- reprocha la mujer.  - Y respondiendo a tu pregunta, según tu hermana ha bajado la guardia- informa en medio de un suspiro.

- Esperemos y sea así- susurra el hombre con pesadez.

- Te sientes muy cansado- inquiere la chica mientras se reincorpora y toma el rostro de su novio.

- Estoy bien, no debes preocuparte por nada preciosa- responde rápidamente el hombre para luego tomarla de las mejillas y plantarle un beso.

Un beso tierno que al igual que los demás con el paso de los segundos se convirtió en uno apasionada, pero que fue interrumpido por la falta de aire.

- Quieres un masaje- inquiere Rin con una suave sonrisa.

El Taisho se limito a mantenerse en silencio, para segundos después observala con picardía y plantarle un nuevo beso.

- Yo más bien, quiero otra cosa- susurra aún con sus labios pegados a los de ella.

- Como que cosa- responde la mujer con otra pregunta mientras muerde su labio inferior coquetamente.

Acción que el Taisho no tardo en notar y que correspondió con un fervoroso beso en los labios.

- Mi amor... Espérate- susurra la mujer aún con sus labios junto a los del hombre, cuando noto como segundo antes había comenzado a colar sus manos bajo la falda del vestido de dormir que llevaba aquel día.

- Que sucede- inquiere el mayor con el ceño fruncido.

- Queria preguntarte acerca de tu padre... Hace semanas no sabemos nada de el y honestamente me preocupa que este preparando algo contra nosotros- susurra con notoria preocupación en su ojos.

El albino la observó durante varios segundos y dejo que una risilla de alivio se escapará de sus labios, reacción que provo que la castaña frunciera el ceño y se reincorporara.

- Que es lo que te causa risa- inquiere con seriedad.

- Realmente pensé que me hablarías de algo más importante- confiesa reteniendo su picardía.

- Pues esto para mí es muy importante... Pero viendo tu reacción creo que para ti no es lo mismo- susurra con voz baja mientras se levanta abruptamente y sube hasta la habitación.

Reacción que le dejo muy en claro al Taisho que sus anteriores palabras no habían ido las adecuadas para tratar aquel tema con su novia, pues aunque para el la opinión de su padre no tuviera importancia, para la castaña la aceptación era un paso fundamental para poder vivir tranquilos, cosas en la que el difería pero que por el bienestar de su relación con la mujer había dejado aún lado.
.
.
.
...

Un vez vio la silueta de la joven levantarse del sillón el peli plata no dudo de imitar su acción y seguirla hasta la habitación, lo que provocó que la castaña se diera la vuelta y lo encarará con el celo fruncido.

- Sabes perfectamente que si me importa, solo dije eso por la euforia del momento- se explica mientras que se acerca a ella le plata un beso en la frente.

- Discúlpame por reaccionar así, a veces suelo ser impulsiva- se excusa la chica mientras se regocija entre los brazos de su amado.

- Porque en vez de pedir disculpas... No me das un beso, quizás es más efectivo- susurra cerca del oído de su novia.

Y justo en ese momento paso lo que siempre sucedía cuando el estaba junto a ella, su piel se erizo y se sintió como la primera vez cuando los nervios a flor de piel no la dejaban pensar con cordura, cosa que él hombre siempre notaba y que le daba paso para poco poco despojarla no solo de su cordura, sino también de su ropa y de aquel demandante carácter que le impedía ceder el mando a alguien más; lo que la dejaba indefensa y dispuesta a dejarse llevar por las tiernas caricias y aquellos apasionados besos que solía darle su novio.
.
.
.
.
.
...

CONTINUARÁ...

Si llegaste hasta aquí, gracias por leer preciosuraaa. ♥️♥️♥️

PTD: Feliz año nuevo preciosuras!

Espero la hayan pasado super, como pudieron notar me tomé unas breves vacaciones porque había estado bastante activa, pero ya retome mi labor y por ello les recomiendo estar pendiente para recibir los últimos capítulos de esta temporada. ♥️










Tu dulce presencia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora