CAPITULO 21

135 28 14
                                    

Se separaron debido a la falta de oxígeno y una vez ambos lograron recuperar la compostura, encendieron el motor para ponerse en marcha. El albino no dijo nada en todo el camino sin embargo Rin comenzó a sentir aquel ambiente tenso que se ocasionó después del beso, aún así justo después de llegar al restaurante lo ignoro y bajo sin esperar la ayuda del hombre, giro el auto y se paró junto a el para ingresar al lugar.
.
.
.
.
.
...

Al finalizar la cena el hombre pago la cuenta y junto a su acompañante abandono el lugar, la velada había sido excepcionalmente agradable y para sorpresa de Rin toda la tensión había quedado en el pasado.
...

- Te gusto el lugar- inquiere el albino mientras enciende el motor del auto.

- Me encanto, y la comida estuvo deliciosa...- confiesa la joven con una sonrisa.

- Me alegra que te gustará- anuncia el Taisho para partir del lugar.

- Hoy visite a Kag- le informa la castaña.

- Y que se debió tu visita- pregunta el hombre.

- Pues resulta que tú hermana y yo nos llevamos de maravilla- suelta con efusión la menor.

- No sera que fueron a chismear de algunas cosas- anuncia con recelo el peliplata.

- Esas cosas no se le preguntan a una dama- resopla la joven.

- Yo solo decía- se excusa en un tono burlesco el Taisho. - Segura de que ya quieres volver a casa- inquiere Sesshomaru.

- Si te soy sincera no... La noche me resulta demasiado agradable hoy- confiesa la menor.

- Entonces, me acompañas a casa por una copa de vino... Prometo llevarte de regreso a casa- inquiere el hombre.

- Me encantaría...- susurra Rin con las mejillas rojas.

En ese momento sus nervios se pusieron de punta, pues nunca había estado en un lugar completamente solo junto a el... Y en el fondo su intuición le decía que aquella noche sería diferente a las otras, sin embargo dejó sus pensamientos aún lado cuando noto que el hombre ya había estacionado el auto en el aparcamiento, tal como siempre lo hacía bajo y espero al hombre justo frente a la entrada del edificio, cuando el llegó se adentraron por el pasillo y subieron hasta el ascensor , en dónde colocaron el piso número 10 que era donde quedaba en penthouse del Taisho. Al llegar el albino abrió la puerta y de inmediato la mujer pudo divisar la amplitud del lugar, jamás había estado ahí así que una vez entro no pudo apartar su vista de cada uno de los detalles que rodeaban el lugar, parecía un niña pequeña que acababa de ver un juguete que le gustó mucho mucho y el peli plata no lo paso desapercibido, noto lo impresionada que estaba la mujer así que no dudo en hablar.

- Parece que te gusta...- anuncia.

- Es muy lindo- asegura Rin.

- Vamos, puedes recorrerlo si quieres... Yo iré por la botella de vino y las copas- alenta al hombre mientras se pierde por un pasillo junto a las lujosas escaleras que se encontraban justo al lado del ventanal.

Justo como lo dijo el hombre lo hizo, el lugar era bastante grande pero lo que más le llamo la atención fue la segunda planta, había un enorme pasillo que conducía varias habitaciones así que sin dudarlo comenzó a observará cada una, en la primera habían varios estantes con libros pero las demás parecían ser alcobas normales, todas tenían ventanas extraordinariamente grandes pero ninguna era demasiado exagerado para lo lujoso que era el lugar, al verlas dedujo que alguna de esas alcobas era la del Taisho, sin embargo cuando llegó a la última habitación noto que su intuición se había equivocado por completo, pues aquella era más grande que las otras y la pared del lado izquierdo había sido reemplazada por cristal, las sábanas de seda de color negro y el único retrato que adornaba el cuarto era una foto del hombre, le confirmo que aquel lugar era su habitación de inmediato sintió la vergüenza subir hasta sus mejillas y sin pensarlo mucho salió de ahí, bajo las escaleras como si su alma dependiera de ello pero para su sorpresa el hombre la estaba esperando justo frente al último escalón, lo que provocó que disimulara y así retomará el paso tranquilo.

- Que sucede m- inquiere al verla sonrojada.

- Es que este lugar es tan grande... - se excusa la menor.

Sesshomaru le brindo una mira de desaprobación sin embargo no indagó más en el tema simplemente dejo que la noche siguiera su curso y se limito a guiarla hasta la sala de estar, en dónde ya había dejado la botella de vino y las copas. La mujer se sentó sin reproche alguno y antes de que el hombre pudiera reaccionar ya estaba sirviendo la bebida en las copas.

- Que te sucede, te noto extraña...- confiesa el mayor.

- No me sucede nada, puedes tranquilizarte- responde Rin mientras da un sorbo a su copa.

- Puedo preguntarte algo...- inquiere con picardía el Taisho.

- En que estas pensando Sesshomaru- inquiere con recelo la castaña.

- No es nada malo- asegura rápidamente el mayor.

- Adelante- lo alienta la mujer.

- Desde hace cuánto supiste que sentías algo por mi...- inquiere mientras frunce el ceño con preocupación.

- Porque pareces desorientado... Acaso te preocupa que te diga que no siento nada por ti- inquiere con sorna la mujer mientras se acerca a el y deja una leve caricia sobre su mejilla.

- No es eso... - asegura el peliplata.

- Entonces- inquiere nuevamente la mujer.

- Curiosidad- suelta con simplicidad el mayor.

- Pues, hace mucho... Mucho antes de lo que te imaginas- susurra la castaña mientras que sin precios aviso recuesta su cabeza en el pecho del hombre.

- Exactamente hace cuánto- inquiere nuevamente el hombre.

- Siempre has Sido guapo Sesshomaru Taisho, y toda la vida has jactado tu orgullo con eso... Sin embargo dejaré qué mis palabras está vez los alimenten un poco más- inicia la mujer. - Desde la primera vez que te vi... Mucho antes de que tú si quiera conocieras mi nombre, mucho antes de que tú hermana y mi hermano se casarán, fue una tarde en que acompañe a Naraku a recoger a Kagura, cenaría con nosotros, yo me quedé en el auto pero tú junto a tu padre salieron a analizar que entre mi hermano y tú hermana no sucediera nada y yo los ví por la ventana... Tenía unos dieciséis años, fue un flechazo juvenil y luego lo olvide, hasta que te vi otra vez en la boda y Kagura nos presentó... Que tonto sonó eso- confiesa la mujer pero dejando un tono burlesco a lo último.

- No creo que sea tonto- asegura el mayor.

- Definitivamente lo es- contradice la menor.

En ese momento Rin pudo sentir como su cintura era rodeada por los brazos del albinos, quien con un suave impulso la apego más a él.

- Jamás he conocido a alguien con sentimientos tan nobles como los tuyos... Así que no digas que es algo tonto, nada que venga de ti es tonto- suelta con seguridad el hombre mientras esconde su rostro en el cuello de la mujer y de poco comienza regar suaves besos en su piel.
.
.
.
.
...

CONTINUARA...

Si llegaste hasta aquí, gracias por leer preciosuraaa.♥️♥️♥️

Tu dulce presencia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora