CAPITULO 18

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DOS SEMANAS DESPUÉS.
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El pasar de los días marco una diferencia abismal entre lo que era y en lo que se había convertido la relación de la castaña y el albino, no pasaban de pequeños besos tiernos pero sin duda aquello para Rin había Sido un completo viaje lleno de emociones que la habían mantenido levitando las últimas semanas, ese tipo de sensación que jamás quieres dejar ir, exactamente así se sentía Rin...

El Taisho no había cambiado mucho respecto a cómo la trataba antes, quizás ahora se tomaba más libertades como robarle besos de vez en cuando pero su forma tan dulce y amable de tratarla era la misma... Y ahí Rin cayó en cuenta, Sesshomaru siempre fue muy amable con ella, quizás demasiado para ser solo un amigo, pero aquella inseguridad que ella traía en su interior se lo impidió ver y aunque eso ya era periódico de ayer aún se reprendía mentalmente por no haber visto las señales que estaban frente a sus ojos; en esas dos semana también descubrió que su cuñada estaba enterada de todo y que apoyaba lo que sea que se estaba formando entre ella y el Taisho, aquello era un alivio para ella pues ya había una preocupación menos... Lo llamaba así pero realmente aun no estaba dispuesta a decírselo a alguien más, quería disfrutar de aquello sin dar explicaciones a los demás y eso haría hasta estar preparada para contárselo al mundo.
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Salió temprano de la oficina aquel día, realmente no había mucho trabajo y no estaba dispuesto a seguir desperdiciando tiempo sentado frente a un escritorio vacío, así tomo sus cosas y se dirigió hasta el estacionamiento en dónde subió a su auto y fue en busca de una floristería, los últimos días aquel espíritu romántico que creía que no existía en dl había salido a flote, constantemente le compraba regalos a la castaña pero a pesar de parecer empalagoso por alguna razón no se cansaba de hacerlo y aquel día no sería la excepción, una vez llegó al local fue hasta la recepción y pidió el ramo de tulipanes rojos más grande que sus ojos lograron ver, una vez que la joven que atendía el lugar preparó el pedido y le coloco aquella cinta decorativa característica de cualquier ramo de flores, el Taisho extendió su tarjeta y espero algunos segundos para digitar su clave en el datáfono y así obtener su tarjeta de vuelta, tomar el ramo y salir de vuelta a su auto para conducir por casi media hora hasta la casa de Rin, una vez llegó a esta, bajo dejando el ramo en auto para así tocar el timbre y toparse con los padres de la castaña a quienes saludo con siempre que se veían, con algo de efusión y dejando claro su agrado por los dos señores, luego pregunto por aquel mujer que ocupaba sus pensamientos desde hace varios meses, de inmediato el padre de Rin le indico que estaba en su habitación y que la llamaría para que lo atendiera, así tal cual sucedido pues luego de cinco minutos Rin bajo con las mejillas sonrojadas y lo saco casi a rastras de la casa sin dejar que sus padres lo notarán.

-Cómo te atreves a entrar- le reprocha con vergüenza.

- Quería ver tu rostro- responde en un tono picaron el hombre mientras que la toma de la muñeca y la guía hasta la puerta del copiloto.

Rin solo deja que una pequeña sonrisa se forme en sus labios para así dejarse guiar por el hombre.

- Que sucede - pregunta cuando comienzan a rodear el auto.

- Compré algo para ti- anuncia el mayor.

- Ya te he dicho que no es necesario- responde la castaña antes de notar como aquel enorme ramo ocupaba todo el asiento.

De inmediato quedó casi paralizada viendo aquellas flores frente a ella, sonrió mientras daba pequeños mordiscos a su labio inferior y luego de varios segundos se giró y sin ningún pudor tomo al hombre por el cuello de la camisa para plantarle un beso, un beso que luego de varios segundos se convirtió en un apasionado que solo fue interrumpido por la falta de aire.

- Pensé que temias que tus padres nos vieran- suelta el peliplata aún con sus labios pegados a los de ella y apretando el agarre que ejercía en la cintura de la castaña.

Pero ella no respondió, solo le dedicó una sonrisa para dejar un pequeño beso en los labios del hombre y girarse para tomar los tulipanes.

- Si sigues así... Quizás pueda enamorarme de ti- suelta Rin con una mirada picarona mientras corre hasta su casa. - ¡Regresa a casa con cuidado!- anuncia antes de cerrar la puerta detrás de sí.

Un chillido, fue lo que se escapó de sus labios una vez que llegó a su habitación... Realmente no temia de lo que pensaban sus padres, aunque en su interior suponía que su madre ya lo sabía, sin embargo se había mantenido en silencio y aquello quizásd daba más confianza de seguir...

Se sentía tan feliz que simplemente sentía que no podía borrar aquella sonrisa que había en su rostro, por el contrario simplemente se motivo a escuchar canciones románticas, prendió el pequeño bafle que había en su habitación y luego de conectar a su celular coloco aquella canción que desde hace días no salía de su cabeza, comenzó a tararear mientras que recordaba todo lo vivido con el albino en las últimas semanas.
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¿Y ahora qué hago yo con aquellas baladas?

Con esas tardes cuando nada importaba
No sé, dime qué opinas, monada
Te prometí la cima y hoy la veo hasta desde la cama.

Solitos en la carretera
Una mano en el volante y otra fuera

Parece que al final sí mereció la pena
Se quede en recuerdos o en una vida entera

Se ha enamorado de mi cielo gris
De las sirenas de noche en Madrid
Y es que cualquier antro que haya por aquí. A tu lado, a veces, parece París

Se ha enamorado de mi cielo gris
De las sirenas de noche en Madrid
Y es que cualquier antro que haya por aquí...

A tu lado, a veces, parece París.
(Cancion en multimedia)

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Aquellas letras las sentía tan reales, describía sus sentimientos en aquel momento, sus dudas pero sobre todo le recordaba que no se arrepentía de nada, funcionará o no funcionará...

Simplemente no se arrepentía.
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CONTINUARA....

Si llegaste hasta aquí, gracias por leer preciosuraaa.♥️♥️♥️

Tu dulce presencia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora