Sexto año en Hogwarts

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La tensión en la familia Malfoy era tan alta que casi el cumpleaños de Harry pasa desapercibido. Si no hubiera sido por Sirius, el cumpleaños de Harry hubiera sido tan miserable que como lo era cuando vivía con los Dursley, antes de ir a Hogwarts.

Ya cerca del regreso a Hogwarts, junto a Narcissa y Sirius Harry y Draco se dirigieron al Callejón Diagon para realizar las compras escolares.

Pero mientras Sirius y Harry se dirigieron a la librería Flourish y Blotts, Narcisa y Draco siguieron su camino al Callejón Nocturno, a la tienda Borgin y Burkes. Draco se vio obligado a comprar un armario evanescente para llevarlo a Hogwarts y repararlo que luego ingresen los mortifagos allí.

Media hora más tarde, los cuatro se reencontraron en la tienda Sortilegios Weasley. Como habían acordado con los gemelos, Draco decidió colaborar económicamente con ellos aunque no pudo aprender la elaboración de artículos de broma, ni Harry tampoco.

En unos días después, recibieron las notas de los exámenes TIMOs, las cuales afortunadamente fueron sobresalientes para ambos.

El último día en la mansión Malfoy pasó muy rápido, Harry y Draco estaban tan devastados con la conversión de Draco en mortifago que no querían comer durante su desayuno. Narcissa los tuvo que obligar.

-Si no comen, le voy a contar a Sirius que tú, Draco, eres un mortifago- dijo Narcisa en un tono desafiante aunque al mismo tiempo salían lágrimas de sus ojos.

Luego de desayunar, empacaron las últimas pertenencias que faltaban y pronto partieron hacia la estación King 's Cross.

Finalmente Draco y Harry subieron al expreso de Hogwarts, compartieron asiento con Blaise y Pansy. Draco llevaba su hermoso hurón que le había regalado Sirius en navidad, mientras que Harry llevaba su lechuza que tiene desde primer año.

Aunque Draco estaba acompañado de su novio y sus amigos, una terrible sensación de angustia lo invadía. Si bien su brazo estaba cubierto y nadie veía su marca tenebrosa, sus ojos grises tenían una mirada triste. Una mirada que Harry comprendía muy bien y Harry sentía su misma angustia y su misma rabia.

En unos instantes, Harry compró unas golosinas a la señora del carrito y las compartieron durante el viaje, mientras Draco y Harry intentaban disimular su dolor interno.

Pronto llegaron a Hogwarts y abordaron las carrozas. Luego de llegar al castillo, todos fueron registrados por aurores del ministerio. Filch y los profesores también colaboraron en la revisación de las pertenencias de los estudiantes, incluído el armario de Draco que había sido traslado cuidadosamente.

-Tranquilo, Filch, yo respondo por el señor Malfoy- dijo seriamente Snape.

Durante el banquete, el director anunció que debido a la amenaza de Lord Voldemort, todos fueron registrados por los aurores del ministerio y que este año deberán rendir los exámenes ÉXTASIS.

Sin decir nada más, Dumbledore les ordenó que fueran a dormir.

Dark Harry...(No tan dark)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora