Golpe de suerte

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Me había acostumbrado tanto a la vida de un semidiós, que aún sintiéndome destrozado y con probablemente una contusión por parte de un cangrejo gigante (ya me vengaré si lo vuelvo a ver), me levanté del duro suelo de la lancha motora y la puse en marcha rumbo a Nueva York, o eso creía yo.

Sentado en la silla del piloto, visualicé cómo el cangrejo todavía en cubierta nos observaba alejarnos. Ethan intentaba incorporarse entre sus dolores y el movimiento de la lancha por el oleaje.

-No pienso volver a comer ensalada de cangrejo nunca más - Dijo Ethan mientras se apoyaba en la silla del copiloto para no caerse.

-Que asco - le respondí.

Ethan me ayudó a poner bien el GPS para asegurarnos de no aparecer donde no debíamos.

-He puesto las coordenadas de Nueva York pero...

-¿Cómo esperas que lleguemos a nueva York en esta lancha? Si estamos en el Pacífico - Preguntó Ethan extrañado.

-¿Qué?

-Estamos en el Océano Pacífico Elián.

Eso explicaba unas cuantas cosas.

-¿Entonces que es lo que más cerca tenemos? - Ethan miro el GPS que claramente yo no entendía.

-Los Ángeles - me contestó.

-Genial, rumbo a los Ángeles.

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Un "pequeño problema" que se nos planteo era la gasolina. No teníamos ni idea de si nos daría para llegar hasta tierra firme. Pero después de casi tres horas, más o menos, pudimos ver una playa en el orizonte. Cuando nos acercamos más nos dimos cuenta de que había una feria en la propia playa. Ethan se emocionó muchísimo.

-¡Ya sé dónde estamos! - exclamó.

-¿En los Ángeles no? - le pregunté confundido.

-¡Es la playa del Gta cinco! Como el videojuego está basado en la ciudad, también metieron la feria. ¡Qué chulada!

-¿Un vídeo juego?

-¿No lo has jugado Elián? ¡Pero si es mítico!

-Usar tecnología atrae a monstruos Ethan. Tienes suerte de seguir vivo.

-Vale completamente la pena.

-Estas fatal de la cabeza - le dije riendo.

Bajamos un poco la velocidad y aparcamos en una plataforma de madera que tenía unas escaleras para subir y acceder a la feria. Junto con nuestras mochilas, subimos la escalera y nos arrimamos a la barandilla para contemplar el mar.

-Bueno, huida en principio exitosa - hablo Ethan mientras se colocaba bien la mochila.

-Yo no hablaría tan rápido - dije mientras apuntaba con un dedo hacia el mar.

Una lancha negra como la nuestra se acercaba a tierra a toda velocidad. Daba la sensación a primera vista de que era un poco más grande.

-¿Lo he gafado verdad? - Ethan parecía querer lanzarse al mar y dejarse ahogar.

-Mejor correr. Deberíamos habernos asegurado antes de que no nos seguía nadie.

Salir de la feria fue difícil. Aparte de ser larga, había un camino repleto de personas casi imposibles de esquivar que caminaban ridículamente lento, aunque supongo que es como yo caminaría si tuviese una vida feliz y normal.

Cuando conseguimos salir, la lancha ya estaba aparcada junto a la nuestra y las pocas esperanzas que teníamos se esfumaron al ver a dos hombres con trajes elegantes apartar a codazo y empujones a la multitud. No teníamos tiempo y tampoco sabíamos que clase de monstruos eran esos tíos como para enfrentarnos directamente a ellos en un sitio lleno de mortales. Así que echamos a correr por las calles paralelas a la playa sabiendo que un par de monstruos nos seguían la pista de cerca.

𝑬𝑳 𝑹𝑬𝒀 𝑫𝑬𝑳 𝑺𝑶𝑳 // 𝑷𝑱𝑶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora