Siendo claros, ya he perdido la cuenta de todas las veces que me he quejado de ser semidiós.
¿Qué si tengo pensado dejar de quejarme? La verdad es que no.
¿Voy a hacer algo para cambiar las cosas de las que me quejo? La primera vez que decidí intentar solucionarlo empecé una guerra, y en la ultima me deje capturar y ser encerrado por meses.
Dejemos las cosas tranquilas mejor, creo yo.
Bueno, ¿Qué puedo deciros de los sueños de mestizo qué no os haya contado ya? Llevaba unos meses geniales (mentira), disfrutando de lujos (en el suelo de una celda) y durmiendo plácidamente (me mareaba con el oleaje). Pero claro, mi suerte es horrible y las cosas no suelen salirme bien. Aunque eso no es nada nuevo ni exclusivo para mí, es casi igual con todos lo hijos de los dioses. ¿Otro rasgo que nos caracteriza?
Lo poco que vivimos, no suele ser feliz. Siempre acaba en tragedia.
El caso, volvamos a lo importante.
Y ahí estaba yo, en mitad de un túnel bajo tierra a pesar de haberme ido a dormir a mi cuarto de cuando era niño. Al final del túnel me esperaba encontrar una pequeña caverna pero en su lugar había una sala espectacular. Las paredes y el suelo eran de mármol blanco, las paredes contenían grabados griegos en ellas junto con pinturas que alguna vez tuvieron un color vivo. A primera vista parecía el salón de un palacio antiguo, muy antiguo, pues las pinturas estaban desgatadas y había partes de las paredes rotas. Lo que más llamo mi atención de aquella sala, sin duda fue el bonito mosaico del suelo en el centro. Las preciosas piedras pequeñas que lo formaban podrían perfectamente ser oro de verdad y hacían la forma de un sol. Tantos años teniendo a Annabeth de hermana, había terminado por aprender a apreciar el arte.
Tal vez cinco años no sea mucho para vosotros, pero para un semidiós es más o menos un tercio de su esperanza de vida.
Giré mi cabeza al oír voces.
No estaba solo, un chico se encontraba a pocos metros de mi sentado mientras discutía con un espíritu, ¿O se dice fantasma? ¿Son lo mismo no? En fin, nada demasiado raro.
-Amo, desviarnos de nuestro objetivo ahora que estamos tan cerca seria... ¡Una incoherencia! ¡Una estupidez! - le gritaba el fantasma enfadado.
-La decisión es mía. El plan sigue en pie pero también voy a buscar a Elián Diaz - Respondió el chico con dureza.
Elián tenia claro quien era. Nico Di Angelo había cambiado mucho. Su piel antes olivácea ahora era pálida, con notables ojeras y un aura de oscuridad a su alrededor. Por alguna razón lo estaba buscando, y aunque eso le confundiera, no podría haberle venido mejor.
-¿Para que le hace falta ese semidiós? Tengo entendido que es peligroso - preguntó el fantasma.
-Creo que puede ayudarme.
Elián parpadeo y al abrir los ojos se encontraba de nuevo en su cuarto. Cansado, confundido y con mucha hambre, se levanto de su cama.
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Elián estaba devorando toda la comida de encima de la mesa. Tenia muchísima hambre porque se había pasado la cena durmiendo y ahora ya era de día. Le sorprendió el haber dormido tanto pero no le dio mucha importancia.
Compartió con Ethan y Claire su sueño sobre Nico Di Angelo. Ahora que el también le estaba buscando, debería ser fácil dar con el. Su tío David no estaba en casa. Según le dijeron sus amigos, él se había levantado temprano porque había quedado con alguien para desayunar.
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𝑬𝑳 𝑹𝑬𝒀 𝑫𝑬𝑳 𝑺𝑶𝑳 // 𝑷𝑱𝑶
FanfictionEn donde Elián Díaz se ve obligado a tener que lidiar con sus problemas de semidiós mientras se ve envuelto en una guerra que trae consigo traiciones, perdidas y heridas que no sabe si llegará a curar algún día, además de un pasado trágico que tal v...