Todo mal

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Thalia y yo nos giramos. Resulta que quien había interrumpido nuestra conversación tosiendo fue Zoe.

-Artemisa dice que se acerca el alba, nos tenemos que reunir - Se le notaba incómoda.
-Ahora vamos - Le contestó Thalia y ella se retiró.

Elián se había dado la vuelta para que Zoe no le viese llorar, al menos no más de lo que ya le había visto.

-Dime una última cosa ¿Sabes a dónde se han llevado a Annabeth? ¿Va a estar bien?
-Sospecho donde está. En cuanto a tu segunda pregunta, confío en que Luke se asegure de que no le pase nada.
-No me dirás dónde ¿Verdad?
-No puedo - El tono dolido que uso Elián dio por finalizada la conversación.

Ambos se fueron juntos andando hacía donde estaban los demás.

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Percy estaba esperando junto a la diosa Artemisa en un claro del bosque. Ella afirmaba que se acercaba el alba a pesar de que siguiese siendo de noche.

Vio llegar a lo lejos a Thalia y Elián, este último todavía atado de manos. Los dos se veían horribles. Thalia tenía los ojos rojos de llorar, su maquillaje negro de los ojos se había corrido y le daba un aire de depresiva. Elián estaba más o menos en las mismas, si antes ya parecía enfermo, el que ahora tuviese los ojos rojos e hinchados de haber llorado no ayudaba en nada.

Cuando Elián se fue al bosque después de la pequeña reunión, Percy presenció como Artemisa le ordenó a Zoe tenerlo vigilado.

A Percy le asombro una vez más lo mucho que había cambiado Elián. Lo cierto es que parecía que se fuese a desplomar de un momento a otro.

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Elián observó ansioso como él cielo empezó a clarear. También se dio cuenta de que Zoe se había posicionado cerca de él, "bien" pensó.

-Ya era hora ¡Es tan perezoso en invierno!
-¿Esperas a la salida del sol? - Le pregunto Percy.
-Si, a mí hermano. No es como tú crees.

Hubo un destello en el cielo y una repentina ráfaga de calor. Todos apartamos la mirada.

-No miréis hasta que haya aparcado - Nos dijo mi tía.

¿Qué?

Al abrir mis ojos de nuevo, un Maserati Spyder se encontraba delante nuestra. El coche irradiaba calor, había derretido la nieve y brillaba bastante.

Del coche bajo un hombre de unos dieciocho o veinte años, con una sonrisa que resultaba juguetona. Era rubio rojizo y tenía unos brillantes ojos azules.

Percy nos miró intermitentemente a mi padre y a mí. Como si estuviese comparandonos.

-Wow. Que calor irradia este tipo - Thalia dijo en voz baja.
-Thalia, por favor no - Le dijo Elián.
-Es el dios del sol - Percy dijo de forma ingenua.
-No lo decía por eso - Elián miró con asco a Thalia.

Apolo se acercó andando.

-¡Hermanita! Nunca llamas ni escribes. Empezaba a preocuparme.
-Estoy bien Apolo y no soy tu hermanita.
-¡Eh, que yo nací primero!
-¡Somos gemelos! Cuantos milenios más vamos...
-Si bueno. Veo que tienes a todas las chicas contigo ¿Necesitáis unas clases de tiro con arco? - Artemisa apretó los dientes.
-Necesito un favor. Salgo de cacería. Sola. Y quiero que lleves a mis compañeras al campamento mestizo.
-¡Claro, cielo...! Un momento - Levantó una mano, en plan "todo el mundo quieto" - Siento como me viene un haiku.

Las cazadoras refunfuñaron. Por lo visto ya conocían a mi padre. Pobre de ellas.

Hierva en la nieve.
Artemisa me necesita.
Yo soy muy guay.

𝑬𝑳 𝑹𝑬𝒀 𝑫𝑬𝑳 𝑺𝑶𝑳 // 𝑷𝑱𝑶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora