Debería haberle asestado una estocada en aquel momento. Tendría que haberle clavado la punta de Contracorriente con todas mis fuerzas. Pero estaba demasiado aturdido. No comprendía nada. Por mucho que nos hubieses distanciado los últimos años, no acababa de entender por qué estaba en el ataúd y por qué parecía tan rematadamente muerto.
Las voces de los telekhines sonaron ahora muy cerca. Me escondí torpemente detrás del helado sarcófago.
-¿Qué ha pasado? - gritó uno de los demonios al ver la tapa caída.
-¡Cuidado! - le advirtió el otro demonio - Tal vez ha despertado. Hemos de ofrecerle ahora los presentes. ¡Inmediatamente!
-Mi señor - dijo uno - El símbolo de vuestro poder ha sido forjado de nuevo. Silencio. En el ataúd no sucedió nada.
-Serás idiota - masculló el otro telekhine - Primero le hace falta el mestizo.
-¿Qué significa que le hago falta? - dijo el niño.
-¡No seas cobarde! - ladró el primer telekhine - No precisa tu muerte, sólo tu lealtad. Júrale que te pones a su servicio. Renuncia a los dioses. Con eso basta.
-¡No! - grité. Era una estupidez, sin duda, pero salí de mi escondite y saqué la espada - ¡No lo hagas!
-¡Un intruso! - Los telekhines me mostraron sus dientes de foca - Nuestro amo se ocupará de ti enseguida. ¡Deprisa, chico!
-Escucha - supliqué - no les hagas caso. ¡Ayúdame a destruirlo!
Él se volvió hacia mí. . Parecía apenado.
-No debiste cambiar de bando - me dijo y se volvió hacia el estrado - ¡Renuncio a los dioses! ¿Qué han hecho ellos por mí? Asistiré a su destrucción. Serviré a Cronos.
El edificio entero retumbó. Una voluta de luz azul se alzó del suelo, a los pies del chico, y lentamente se deslizó hacia el ataúd y empezó a temblar en el aire, como una nube de pura energía. Luego descendió hacia el sarcófago.
Luke se incorporó de golpe. Abrió los ojos. Ya no eran azules, sino dorados, del mismo color que el féretro. El orificio de su pecho había desaparecido. Estaba completo. Saltó del sarcófago con agilidad. Allí donde sus pies tocaron el suelo, el mármol se congeló dibujando un cráter de hielo. Miró al otro mestizo y los telekhines con aquellos espantosos ojos dorados, como si fuese un niño recién nacido y no comprendiera lo que veía. Luego volvió la vista hacia mí y una sonrisa de reconocimiento se dibujó en sus labios.
-Este cuerpo ha sido bien preparado - Su voz era como la hoja de una cuchilla de afeitar que se deslizara por mi piel. Era la de Luke, sí, pero ya no era de él mismo. Por debajo, resonaba un timbre más horrible: un sonido frío y antiguo, como de un metal arañando una piedra - ¿No te parece, Elián Díaz? Mi pequeño traidor.
No podía moverme, ni siquiera responder. Cronos echó la cabeza atrás y soltó una carcajada. La cicatriz de su rostro se arrugó de un modo siniestro.
-Luke te quería - dijo la voz del titán - Tú traición y su debilidad han sido instrumentos muy poderosos. Lo han mantenido obediente. Te doy las gracias por ello.
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𝑬𝑳 𝑹𝑬𝒀 𝑫𝑬𝑳 𝑺𝑶𝑳 // 𝑷𝑱𝑶
FanfictionEn donde Elián Díaz se ve obligado a tener que lidiar con sus problemas de semidiós mientras se ve envuelto en una guerra que trae consigo traiciones, perdidas y heridas que no sabe si llegará a curar algún día, además de un pasado trágico que tal v...