En un par de horas acababa mi jornada laboral, la semana se había hecho eterna, el sábado salíamos a celebrar el cumpleaños de Olga, mi mejor amiga, junto con Vero, su prima. Olga y yo nos conocimos en el instituto y desde entonces nos habíamos vuelto muy buenas amigas.
Hacia mucho tiempo desde la última vez que había podido disfrutar de una salida nocturna. Su cumpleaños, a mediados de diciembre, era de las pocas ocasiones que tenía oportunidad de salir, cada salida, la exprimía al máximo, hasta altas horas de la madrugada.Sonó una notificación de WhatsApp de nuestro grupo de chicas.
Vero: Chicas, chicas, preparadas para el fiestón de mañana?
Yo: Impaciente por que sea mañana. Olga, ¿a las nueve en tu casa?
Olga: Si! A las nueve! He reservado en La Trattoria, cena, Karaoke y acabaremos la noche en Camelot.
Vero: Olga, por favor te lo pido, esta vez no nos hagas esperar más de media hora
El mensaje lo acompañó con varios emoticonos con las manos juntas suplicando. Tenía toda la razón, el tiempo mínimo que la esperábamos era media hora. Yo incluso había llegado a esperar más de una hora.
Olga: Lo intentareeee
Yo: Vero, esta vez no pasaremos frío esperando, nos podremos sentar tranquilamente a esperarla en el salón con sus padres. ¿Preparada para el interrogatorio de Jaime?
Jaime era el padre de Olga y tío de Vero, cada vez que salíamos las tres nos sometía a un tercer grado, ¿donde vais a cenar, a que hora volveréis, quién más os acompaña?...y así cada vez que salíamos. Esta vez intuía que el interrogatorio sería menos intenso o quizás inexistente porque también venía el hermano de Olga y cuando eso sucedía su padre se quedaba tranquilo. A mi amiga no le gustaba nada tener que salir con su hermano pero su padre era muy autoritario y no permitía que Olga saliera mucho por la noche. Mi amiga cumpliría veintitrés años al día siguiente, yo los había cumplido dos meses antes. Si, así de estricto era su padre.
Vero: Tranquilas, ¡a mi tío me lo camelo yo!
Los siguientes mensajes fueron emoticonos de risas por parte de las tres. ¡No se lo creía ni ella que se lo iba a camelar! Nos despedimos.
Miré el reloj, faltaban cuarenta y cinco minutos para salir, que largo se me estaba haciendo el viernes. Trabajaba como administrativa en una tienda, desde que acabé Formación Profesional, empecé a trabajar con un convenio en prácticas y al terminar me hicieron un contrato indefinido. En general estaba contenta, me gustaba mucho mi trabajo, lo que no me gustaba era tener que cubrir la recepción y trabajar algún sábado todo el día cuando la recepcionista se ponía enferma, evidentemente sin día de fiesta a cambio ni compensación monetaria.
Las siete, por fin se acabó la jornada.
—Buen fin de semana Lara, disfruta mucho con tus amigas—. Paula, responsable de administración, había acercado a mi mesa.
—Muchas gracias Paula—sonreí— Estoy muy emocionada.
—¿Que plan tenéis?— me preguntó.
—Cena, Karaoke y después iremos a la discoteca, con lo poco que salgo tengo que aprovechar —me encogí de hombros.
—Ya sabes lo que pienso— me dijo seriamente.
—Si, lo sé— suspiré.
—¿Salimos juntas?— me propuso.
—¿Hoy no viene a buscarte Izan?—pregunté sorprendida.
—No, hoy se ha quedado con la peque que no estaba muy fina.
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Quédate A Mi Lado
RomanceElla, insegura, tímida, altamente desconfiada y muy frágil por todo lo vivido a sus 23 años.... Él seguro de sí mismo, divertido, simpático, popular y muy....perspicaz. Ellos son Lara y Lucas. Una cena a la que Lucas se ve obligado a ir para acompa...