28. Lucas

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Cuando llegamos a su coche nos paramos, seguíamos cogidos de la mano, me resistía a soltarla.

—No sabes las ganas que tenía de hacer esto desde la noche de fin de año—puse mi mano en su trasero y lo apreté un poco—ella dio tal salto que casi se sube a la farola que había justo al lado de donde estaba aparcado su coche, no pude evitar reírme—¿todo bien pequeña?

—Siii..sii, no me esperaba que fueras a tocarme el culo—afirmó muy ruborizada y yo negué con la cabeza divertido.

—Lara, mañana quiero que hablemos, si queremos iniciar algo tienes que sentirte cómoda conmigo y para eso necesito tu ayuda. Piensa en lo que esperas y quieres en una relación, te escucharé y hablaremos para hacer que te sientas relajada y bien a mi lado—La sostenía por la barbilla haciendo que me mirara.

Estaba temblando y en sus ojos podía ver el miedo que tenía. Asintió levemente. Le puse un mechón de pelo detrás de la oreja y inicié un acercamiento, su respiración se agitó y empezó a temblar como una hoja, desvié la dirección de mis labios hacía su frente y deposité un beso suave, se relajó un poco.

—¿Estás bien pequeña?—la miré expectante.

—Si...bueno, creo que si—dijo con voz temblorosa.

No pude evitarlo, la estreché entre mis brazos, dio un respingo, no se lo esperaba.

—Shhh! Tranquila, no puedo dejarte marchar temblando de esta manera preciosa. Quiero que cuando estés conmigo te sientas segura no haré nada que pueda lastimarte—susurré en su oído— Estuvimos abrazados sin decir nada un buen rato hasta que dejó de temblar y noté su cuerpo más relajado.

—¿Mejor?—Observé su reacción. Alzó su mirada, en esta ocasión era más serena, estaba más calmada.

—Si, mejor, gracias— confirmó con un hilo de voz.

—Mi prioridad siempre será velar por tu bienestar, si me dejas estar a tu lado, te lo demostraré—la besé en la cabeza.

—Gracias—afirmó en un susurro.

—No era así como había imaginado esta conversación, quería hacerlo cogiéndote de las manos—me aparté y le cogí las manos—y mirándote a los ojos— alcé su barbilla para encontrarme con su mirada—quizás he sido muy impulsivo pero he tenido la sensación que necesitabas escucharlo en este momento—me acerqué y besé su frente. Soltó todo el aire que tenia retenido, tardó un poco en responder.

— Todo esto es nuevo para mi y no sé como actuar ni que hacer—expuso avergonzada bajando la cabeza de nuevo.

—No tienes que hacer nada, quiero que seas tu misma, eso es lo que más me gusta de ti, el resto irá surgiendo solo. ¿De acuerdo?—Asintió. Por fin la notaba más relajada y yo respiré aliviado—Pequeña, me quedaría así contigo toda la noche pero tengo que marcharme, debo dormir para estar despejado de aquí a pocas horas cuando venga mi hermano, ¿estarás bien?—la miré expectante.

—Si, estaré bien—me miró y por primera vez esbozó una leve sonrisa, yo también sonreí.

—Venga sube al coche, me quedaré aquí hasta que te hayas marchado—Soltamos nuestras manos y una sensación de vacío me invadió, iba a echar de menos el calor de sus manos—Escríbeme cuando llegues, no podré dormir hasta que no sepa que has llegado bien a casa.

—Lucas es muy tarde, estaré bien, ves a dormir, necesitas estar descansado, no quiero que por mi culpa mañana puedas tener un mal día—me miraba con preocupación.

—Escríbeme, por favor—le dije seriamente.

—Está bien, lo haré, hasta mañana—sonrió levemente.

—Nos vemos a las seis—le guiñé un ojo.

Inició la marcha con el coche, cuando desapareció me dirigí a mi casa, eran las cuatro de la mañana, definitivamente esta noche apenas dormiría. Respiré hondo, que tímida era Lara, tendría que ir muy despacio con ella, tenía muchos miedos y inseguridades.

Veinte minutos más tarde recibí una notificación en el móvil, era ella.

Lara: Hola Lucas! Ya estoy en casa, descansa y espero que tu hermano tenga un buen día—lo acompañó con el emoticono del beso con un corazón.

Yo: Hola pequeña! Me alegro que hayas llegado bien, que descanses, espero que sueñes conmigo, yo lo haré contigo.—Lo acompañé con el emoticono del guiño y el emoticono del beso con un corazón.

Yo ya estaba en la cama, así que dejé el móvil y me quedé dormido casi al instante pensando en ella. 

Quédate A Mi LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora