Quédate A Mi Lado

48. Lucas

Al entrar Vero y Olga vinieron corriendo hasta nosotros y nos dieron la bronca del siglo, habíamos estado más de una hora fuera y como habíamos salido sin decir nada se habían asustado. Tenían claro que no nos habíamos ido puesto que el bolso de Lara seguía dentro. Les explicamos que habíamos salido fuera porque Lara se había sentido mal y necesitaba que le diera un poco de aire y cuando se encontró mejor habíamos estado charlando y no habíamos sido conscientes del tiempo que había pasado. Al principio nos miraron con suspicacia, Vero incluso se había acercado a su oído y le había preguntado algo, su gesto cambió y me me miró con una sonrisita traviesa al escuchar la respuesta de Lara, yo negué con la cabeza divertido imaginando la pregunta que le había hecho. Después de aclarar las cosas Lara fue al baño con sus amigas, seguramente querrían detalles de lo que habíamos estado haciendo fuera. Yo aproveché para ir al encuentro de los chicos, al llegar empezaron a hacer bromas socarronas por el tiempo que habíamos estado los dos fuera. Les recordé lo tímida que era Lara advirtiéndoles que a mí me podían gastar todas las bromas que quisieran pero en presencia de ella ya se cuidarían de hacerla sentir incomoda. Aclarado este punto siguieron con las bromas que aguanté estoicamente, Salva reía divertido y yo me encogí de hombros. Tampoco iban muy desencaminados, esos besos que nos habíamos dado y la "lección"de educación sexual muy muy inocente no había sido precisamente, negué con la cabeza divertido por las ocurrencias de mis amigos, a cada cual soltaba mayor disparate.

—¿Siempre son así?—se acercó Salva para preguntar.

—Si, ya puedes irte a acostumbrando, hoy me ha tocado a mi, pero ahora que ya te conocen te puedes preparar—Le guiñé un ojo y me reí divertido.

—Ya veo que sois un grupo muy unido—asentí.

—No hace mucho que voy con ellos, desde diciembre, aunque a Juan, Olga y Vero si que los conozco hace muchos años, son todos muy majos, me han acogido como uno más y ahora tu también formas parte del grupo—.Mi gesto se tornó serio en ese momento— Una cosa te voy a decir y creo que hablo en nombre de todos, espero que cuides y trates bien a Vero si no tendremos un problema. Todos la apreciamos y queremos mucho—Tragó saliva, no se esperaba lo que le acababa de decir.

—Vero es lo mejor que me ha pasado, no hace mucho que nos conocemos pero metiene completamente cautivado, jamás haría nada que pusiera en riesgo lo que tenemos—asentí sonriendo de nuevo.

—Me alegra saber eso, bienvenido al grupo entonces—le di una palmada en la espalda, soltó aliviado todo el aire que había retenido hasta ese instante.

Al terminar aquella conversación Salva se acercó a los chicos que reclamaron su presencia y se unió a ellos en las bromas que me lanzaban, no podía parar de sonreír por sus gracias.

Me apoyé en la pared pensando en lo inocente que era Lara, no tenía ningún tipo de experiencia en cuanto al sexo, se había asustado porque había mojado su ropa interior, ¿donde había estado esta chica? ¿Y por qué tenía tanto miedo?. Todo a su alrededor era un misterio, no paraba de sorprenderme con sus actos y declaraciones, me quedaban tantas cosas por descubrir sobre ella. Su relato de lo ocurrido esa noche no me había convencido, estaba seguro que me había mentido, estaba claro que necesitaba más tiempo para que confiara en mi. En ese instante tenía sentimientos encontrados, me sentía algo frustrado por no conseguir que ella se abriera a mí pero a la vez feliz porque veía que estaba haciendo un gran esfuerzo, ese último beso que me había pedido era una muestra inequívoca de ello y nuestra conversación posterior parecía haberla tranquilizado.

Cuando avisé que regresaban Lara, Vero y Olga los chicos se callaron enseguida, respiré aliviado, no quería que volviera a sentirse mal. Se acercó a mí y sin venir a cuento se puso de puntillas y me dio un suave beso en los labios, aproveché para envolverla entre mis brazos, acercarla suavemente devolviéndole el beso un poco más largo con los labios cerrados.