27. Lucas

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Cuando nuestros amigos desaparecieron nos dio un ataque de risa a los dos.

—Nos dejan solos para que hablemos cuando ya lo hemos hecho—dije sonriendo, ella también reía.

Al momento, Lara se soltó de mi mano, noté una sensación de vacío que no me gustó, quería cogerla de nuevo pero me retuve, su semblante se había tornado más serio y la notaba algo alterada.

—¿Va todo bien pequeña?—le pregunté, no entendía por qué estaba así.

—Si, quiero explicarte lo de Javi, así se llama el chico con el que iba a quedar. Como me has dicho antes tu, ahora me gustaría que me escucharas hasta el final, ¿lo harás?

—Por supuesto, no diré nada hasta que acabes, cuando quieras—estaba algo tenso.

—Bien, Javi, el chico que conocí la noche de fin de año,  me propuso quedar para cenar, decliné la oferta porque entre semana no puedo salir hasta más tarde de las diez de la noche. Yo le propuse quedar una tarde para tomar un café, él aceptó, no muy conforme pero aceptó. Todo esto ya lo sabías—asentí—Bien, pues el día que habíamos quedado no se presentó a la cita, pensé que le había pasado algo y lo llamé, mi sorpresa fue que estaba durmiendo, me había dejado plantada—abrí los ojos como platos pero tal y como le prometí no dije nada, la dejé proseguir—Me pidió disculpas y insistió en continuar enviándome mensajes para que confiara de nuevo en él y volver a quedar. Dos semanas más tarde recibí un mensaje de un número desconocido, era un amigo de él y Salva, el novio de Vero, diciéndome que le gustaba y que quería quedar conmigo—fruncí el ceño enfadado, ¿que clase de personas hacían una cosa así?—Por supuesto, él negó que le hubiera dado el teléfono a su amigo pero yo no le creí, ¿quien si no le habría dado mi número? Había traicionado mi confianza y sentí que se había estado burlando de mi todo el tiempo. Soy una persona muy tímida pero eso no quiere decir que sea tonta—dijo con la voz entrecortada y los ojos llenos de lágrimas, abrí la boca para decir algo pero la cerré, le había prometido no decir nada hasta que acabara—Le dije a Vero que estaría dispuesta a quedar con él pero no era verdad. Se lo comenté porque sabía que se lo diría a Salva y éste se lo diría a Javi, mi intención si me proponía quedar era dejarlo plantado como había hecho él conmigo. De hecho, el otro día Vero me comentó que si tenía intención de proponerme quedar pero aún no se había atrevido. En cuanto Vero le diga a salva que me has propuesto quedar para conocernos mejor ya no creo que me diga nada más—dijo algo decepcionada.

—¿Has terminado pequeña?—pregunté con cautela, estaba a punto de romper a llorar, asintió con la cabeza.

—Ese tío es un gilipollas, ¿como se ha podido comportar así contigo?, desde luego no merece ninguna de tus lágrimas—estaba furioso y apretaba tanto los puños que me clavé las uñas, le limpié una lágrima que había empezado a descender por su mejilla—Lara, si para ti es tan importante que él te proponga quedar, podemos....

—No Lucas, no quiero perder ni un segundo más de mi tiempo pensando en él. Unicamente quería que supieras que no tenía intención de quedar con él, desde el primer día no me gustó su actitud, no sé por qué me empeciné en seguir hablando con él—dijo apenada.

—Espero no haber sido el responsable, fui yo el que te animó a quedar con él y ahora me siento estúpido, lo siento de veras—dije avergonzado.

—No Lucas, tu no podías saber como era él, tus intenciones eran buenas, querías que empezara a interactuar más con los chicos, no es tu culpa—seguían cayendo algunas lágrimas por sus mejillas que me apresuré a limpiar.

—Se acabó llorar pequeña, ven aquí, la acerqué envolviéndola entre mis brazos—noté como se tensaba y se ponía más rígida que un palo—¿Todo bien?—la miré interrogante.

—Me cuesta mucho tener contacto físico, me tenso y me pongo muy nerviosa—me dijo algo alterada.

—Solo quería consolarte, no quiero que estés incomoda—la solté y ella se apartó—Deberíamos subir con nuestros amigos—la miré fijamente para ver su reacción.

—No me atrevo, me da vergüenza— estaba muy alterada y avergonzada.

—Pequeña, ¿a que tienes miedo?

—Seguro que querrán que nos besemos o algo y yo no puedo...empezó a decir—sonreí negando con la cabeza, intuía que tenía razón, querrían una demostración de que estábamos juntos.

—Déjalo en mis manos, confía en mi, ¿estarás bien si te cojo de la mano? Solo eso, nada más—me miró algo asustada pero asintió— Le ofrecí mi mano, dudó un poco pero la cogió—Vamos preciosa.

Efectivamente al vernos llegar estaban todos expectantes, cuando nos vieron cogidos de la mano sonrieron, sabía que causaría el efecto deseado ahora tenía que hablar antes que ellos.

—Chicos, antes que digáis nada, quiero comentaros que le he dicho a Lara que me gustaría quedar con ella para conocerla mejor y me ha respondido que si. También sabéis que hace poco lo dejé con mi ex-pareja y aún no me siento preparado para empezar otra relación, así que hemos decidido ir despacio, quedaremos para irnos conociendo y ya iremos viendo que nos depara el futuro—la miré con ternura, estaba roja como un tomate y casi escondida detrás mio, que mal rato estaba pasando.

—Me alegro mucho por vosotros—Raúl fue el primero en hablar sonriendo y alzando su cerveza.

Vero y Olga se acercaron a Lara que soltó mi mano para apartarse a hablar con ellas, seguía muy nerviosa y ruborizada. Juan y Óscar también se acercaron a mi sonriendo y alegrándose por nosotros. Bajamos de nuevo y cantamos algunas canciones.

—Yo me marcho ya—me acerqué para despedirme de todos, Lara cogió sus cosas también.

—Lara, no es necesario que te marches tu también, quédate con tus amigas un rato más no es necesario que te vayas porque yo tenga que irme.

—Quiero marcharme contigo, si tu quieres, claro—bajó la cabeza avergonzada.

—Por supuesto que quiero que vengas conmigo, nada me apetece más —cogí su mano—simplemente quiero que hagas lo que te apetezca, nunca te voy a pedir que te marches cuando yo tenga que hacerlo, ¿de acuerdo?—me miró y asintió.

Nos despedimos de todos y nos dirigimos hacia donde Lara tenía aparcado el coche, había aparcado donde siempre. Por el camino nos intercambiamos los número de teléfono. Le había cogido la mano, estaba algo tensa pero no se soltó. 

Quédate A Mi LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora