20. Lucas

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«Me dirigí a casa, había salido casi corriendo del bar donde nos encontrábamos, no podía seguir escuchando como Lara decía que había quedado con otro. Y para colmo, el que la había empujado a quedar con él había sido yo. Estaba furioso conmigo mismo. Lara me gustaba y había empezado a importarme mucho, quería verla bien, cuidarla, hacer que se sintiera bien. Me impresionó verla tan afectada al disculparse porque decía que mis problemas eran mayores que los de ella, que eran una tontería, siempre pensando en los demás y no en ella misma.

La próxima vez que la viera quizás habría iniciado una relación con ese otro chico, si realmente quedaban esta semana no creía que él fuera a dejarla escapar. Nadie en su sano juicio dejaría escapar a una chica como ella. Suspiré. Ojalá surgiera algo y no quedara con él.

Antes de irme había hecho algo que me había arrojado algo de esperanza pero no quería hacerme ilusiones, al despedirme de ella no tuve contacto físico había decidido no molestarla más y fue ella quien me llamó cuando me marchaba y me dio dos besos en las mejillas, sus labios eran calidos, carnosos y muy suaves. Tardó más de la cuenta en apartar sus labios de mi cara en las dos ocasiones, ¿lo habría hecho queriendo? ¿O quizás habían sido los nervios? Estaba muy sonrojada cuando se apartó no fue nada fácil para ella hacerlo. Tenía la impresión que era su manera de disculparse porque sus amigas dijeran que iba a quedar con otro y se había dado cuenta que a mi no me había sentado bien. También era posible que yo le gustara y esperaba algún movimiento por mi parte. Ella nunca me diría nada ni iniciaría nada, era muy tímida para eso, mucho había hecho hoy al aventurarse a darme esos besos. En otro momento le hubiera dicho que había conseguido mi beso en la mejilla antes de los dos meses de conocernos pero hoy no estaba de humor para bromear con ella, solo quería salir de allí. Olga se había dado cuenta de que me había alterado cuando hablaron de Javi, intuía que habían iniciado esa conversación para ver mi reacción, me percaté que Juan también estaba pendiente de mi. ¿Que tramaban? 

Al pasar por el parque no pude evitar sentarme en el columpio donde había estado sentada antes Lara. Sonreí al recordar como el viento acariciaba su cara cuando la mecía en el columpio, había serenidad y paz en su semblante, justo lo que necesitaba en ese momento. Estaba convencido que había conseguido crear una conexión entre nosotros, había hablado conmigo, se atrevió a subirse al columpio y confió en hacer lo que le dije. Recordé cuando era pequeño y todos mis problemas se desvanecían al columpiarme, solo que a ella no la podía sacar de mi cabeza. Instintivamente miré hacia la calle, Lara muchas veces aparcaba en esa calle, hoy no me había fijado donde había dejado el coche y, de repente, la vi aparecer, se dirigía a su coche, no me vio. Tuve el impulso de ir a abordarla pero deseché la idea rápidamente, tenía que irse a casa, no podía permitir que llegara tarde y tuviera problemas por mi culpa, suspiré de nuevo. Cuando la vi alejarse me levanté del columpio y me dirigí hacia casa. Había estado tentado en pedirle su número de teléfono, pero no me había atrevido, ¿con que excusa se lo podía pedir?, no encontraba ninguna que no hiciera sospechar que estaba interesado en ella y ahora que sabía que se mensajeaba con Javi estaba profundamente arrepentido. Apreté los dientes y los puños maldiciendo para mi. Tenía que dejar de darle vueltas, ahora ya nada podía hacer, tendría que esperar a la próxima ocasión que coincidiera con ella para averiguar algo más, solo esperaba que no fuera demasiado tarde. »

Quédate A Mi LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora