Cuando fui al banco fue todo muy bien, Adrián estaba esperándome a la salida del ascensor tal y como había prometido esa mañana. No medio la mano, gesto que agradecí enormemente.
Al sentarme a la mesa me comentó que, si me parecía bien, no hacía falta que nos estrecháramos las manos cada vez que nos viéramos ya que sería prácticamente a diario y no era necesario tanto formalismo, asentí sonriente al instante. Su comentario me tranquilizó muchísimo.
Era un hombre de cuarenta y pocos años, moreno, delgado, de estatura media llevaba anillo de casado y en su mesa había un marco de fotos donde aparecía un bebé.
En menos de diez minutos habíamos terminado todas las gestiones, me acompañó al ascensor para poder ir a la caja. Cuando llegué a la cola, tenía bastantes personas delante, cuando fue mi turno ya eran más de las dos de la tarde. Tenía miedo que me dijeran que no podían ingresar el dinero ni los cheques, era la primera vez que me ocurría una cosa así.
Para mi tranquilidad, cuando fue mi turno en caja, me informaron que si estabas en la cola antes de las dos hacían todas las gestiones que necesitáramos. Al acabar el ingreso en efectivo y de cheques salí por una puerta lateral por la que se accedía a una portería, el conserje me abrió la puerta para salir a la calle con una sonrisa afable.
* * *
Por la tarde en la oficina le entregué a Paula los documentos que me habían entregado en el banco y los justificantes de los ingresos de los cheques y del dinero en efectivo. Le expliqué que había llegado muy tarde a casa, aunque no hubiera hecho falta, vio en la impresión del justificante la hora de ingreso.
A continuación me reprendió por haber entrado a las cuatro y me dijo que al día siguiente me fuera a la una. No me atreví a replicar, su mirada inquisitiva lo dejaba todo claro. Mi jefa era así.
A las cinco tuvimos una reunión que se me hizo eterna sobre los objetivos que se tenían que cumplir antes del verano. A las concesiones que quedaban en primer y segundo lugar de España como incentivo se les premiaba con un viaje. Después había otros premios de menor categoría.
Desde que había empezado a trabajar en la empresa, excepto un año que quedaron en segundo lugar, el resto, mi empresa había logrado el primer puesto.
El ranking estaba muy reñido, estábamos los primeros pero seguidos muy de cerca de otra empresa de Barcelona, en tercera posición estaban una empresa de Madrid y otra de Valencia que estaban empatadas.
Realmente no me interesaba nada la reunión, me daba igual si ganábamos o no, al viaje siempre iban el Gerente, el jefe de ventas y algún comercial. El personal de administración no tenía opción a participar.
Cuando dieron por terminada la reunión faltaban quince minutos para salir, no me daba tiempo a hacer mucho más así que me dirigí al archivo aguardar algunos expedientes que habían estado consultando ese día y ya no se necesitaban.
—Lara faltan cinco minutos para las siete, ¿quieres que vayamos juntas hacia el metro? —el expediente que tenía entre las manos se cayó al suelo desparramando todos los papeles del sobresalto que me provocó —¿estás bien? —reía divertida Paula, se había agachado a mi lado para ayudarme a recoger los papeles.
—Sí, estoy bien, no acabo de estar centrada y me sobresalto por todo, discúlpame —respondí aún con mi pecho agitado subiendo y bajando por el susto.
—Lleva el expediente a tu mesa, ya lo ordenarás de nuevo mañana, coge tu abrigo y bolso que nos vamos —me ordenó Paula.
De camino al metro comentamos lo que se había dicho en la reunión, a ella le pasaba como a mi, ni el menor interés tenía.
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Quédate A Mi Lado
RomanceElla, insegura, tímida, altamente desconfiada y muy frágil por todo lo vivido a sus 23 años.... Él seguro de sí mismo, divertido, simpático, popular y muy....perspicaz. Ellos son Lara y Lucas. Una cena a la que Lucas se ve obligado a ir para acompa...