30. Lucas

97 25 82
                                    

Ya estábamos a miércoles, esa tarde había quedado con Lara, ella se marchaba el viernes con sus amigas a Perpiñán y el día que le iba mejor para encontrarnos era hoy. Yo tenía todos los días libres, en estos momentos no trabajaba. Esa tarde Lara me había propuesto quedar en el centro, cerca de su trabajo. Había llegado antes de la hora acordada, el lugar era impresionante, en el techo habían telas de circo, había setas gigantes como en Alicia en el país de las Maravillas, una librería como la de Harry Potter donde había montones de libros, y también había una selección de tartas dulces y saladas que eran un espectáculo para los sentidos.

Yo: Hola pequeña, el sitio que has escogido es espectacular, me encanta, es casi tan bonito como tu—Lo acompañé del emoticono con corazones por ojos— No tardes mucho, se me está haciendo eterna la espera. Han sido tres días sin verte pero a mi me están pareciendo tres vidas—lo acompañé del emoticono con las manos suplicando y el del beso con un corazón.

No contestó al momento, aún no eran las siete. Un par de minutos después de su hora de salida me llegó una notificación de WhatsApp.

Lara: Hola Lucas, me alegro que te guste el lugar, es muy original, y la comida está muy buena. Yo también tengo ganas de verte. Ya he salido, en breve llego—Lo acompañó del emoticono del beso con un corazón.

Yo: Eternos se me van a hacer estos minutos, si no llegas pronto tendrás que hacerme el boca a boca porque habré infartado—Lo acompañé con el emoticono del guiño, ya me la imaginaba ruborizada y no pude evitar sonreír.

No recibí respuesta a mi último mensaje, no sabría que responder. A los cincos minutos la vi aparecer, cuando su mirada se encontró con la mía sonrió levemente y sus mejillas se cubrieron de un precioso color rosado, era tan tímida, inocente y pura, cada vez que la veía me tenía más deslumbrado. Se acercó y fue a quitarse el abrigo, como le había pasado días atrás se le quedó enganchado el brazo, no podía sacarlo y empezó a sacudirlo.

—Lara espera que yo te ayudo—dije levantándome, negando con la cabeza sin parar de sonreír, que nerviosa se ponía.

—No, yo puedo—seguía moviendo enérgicamente el brazo para intentar liberarlo. Me acerqué y cogí su brazo.

—Lara, al final te harás daño, déjame a mi, quizás ocurre lo mismo que el otro día— revisé en su manga y efectivamente se había enganchado la pulsera de nuevo, conseguí liberarla de donde estaba enganchada, la ayudé a quitarse el abrigo momento que aproveché para darle un beso en la mejilla, mis fosas nasales se inundaron con su perfume con aroma a flores y dulce, ese olor se estaba convirtiendo en uno de mis preferidos. Un rubor intenso apareció automáticamente en su rostro—¿Como ha ido tu día en el trabajo?—pregunté para dejar atrás ese momento que acababa de incomodarla.

—Bien, el día ha pasado muy rápido, tenemos mucho trabajo—me miraba aún ruborizada—¿No has pedido nada?—dijo extrañada.

—No, estaba esperando a que llegaras, aún no conozco tus gustos, ¿tienes claro que te apetece?—me levanté y le ofrecí mi mano, se removió un poco en la silla, aún así no dudó en cogerla, ese gesto me hizo sonreír, estaba más cómoda.

—De aquí me gustan mucho la tarta Carrot Cake y la tarta Cheesecake con chocolate blanco, aún no sé cual escoger, llevo todo el día pensando y no consigo decidirme—se le había transformado la cara, estaba salivando, intuía que le encantaba el dulce.

Cuando nos atendieron ella finalmente se decantó por la tarta Carrot cake y un chocolate, yo había pedido la tarta Cheesecake con chocolate blanco y un cortado. No me gustaba mucho el dulce pero quería darle el gusto y que comiera las dos tartas que le apetecían. Se empeñó en pagar ella, decía que yo la había invitado el domingo y hoy lo haría ella, no me dio opción.

Quédate A Mi LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora