26. Lucas

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Salí fuera del bar con Vero tal y como me había pedido, ¿Que querría decirme que no pudiera hacer delante del resto?.

—Lucas voy a ser muy directa, ¿a ti te gusta Lara?—la miré con los ojos abiertos como platos.

—¿A que viene esa pregunta Vero? ¿Para esto me has hecho salir del bar?—resoplé.

—Lucas, no me hagas preguntártelo de nuevo, ¿te gusta o no te gusta?—dijo alzando una ceja.

—Si, me gusta—dije finalmente ligeramente ruborizado.

—¿Y a que esperas a decirle algo? a ella le gustaría que le propusieras quedar.

—Vero, ya he tenido esta conversación con Juan, aún no estoy preparado para iniciar una nueva relación—dije resoplando.

—A ver Lucas, eso son excusas y tonterías, si te gusta deberías decirle algo ya. A ver, te voy a explicar una cosita a ver si así lo entiendes. Hay un chico, Javi, que se ha comportado como un capullo con Lara. Ella se alteró muchísimo y lo ha pasado mal estos días. Olga y yo estamos convencidas que Javi se está riendo de ella, aún así no entendemos por qué aún está decidida a quedar con él. Lo único que se nos ha ocurrido es que quizás quiere quedar con él porque le dijiste que no estaba preparada y quizás piensa que si queda con otro estará preparada para quedar contigo.

—¿Pero que tontería es esa Vero? A lo de estar preparada yo me refería a que tenía que estar más cómoda y relajada conmigo, al principio era incapaz de mirarme a la cara y casi ni hablaba conmigo—dije negando con la cabeza.

—Quizás si, Lucas, pero tu la empujaste a quedar con otro, ¿o no?—dijo Vero poniendo los brazos en jarras.

—Si, tienes razón—resoplé—aún así, si está decidida a quedar con otro no entiendo por qué me dices que le diga algo.

—Lucas, a Lara el que le gusta eres tu y está deseando que le digas algo ¿te queda claro ahora?—me dijo resoplando.

—Está bien, está bien, hablaré con ella—le dije algo ruborizado.

—Estás muy guapo cuando te sonrojas—me dijo guiñándome un ojo—una cosa más, si le haces daño a mi amiga te cortaré los huevos, ¿te queda claro?

—Si, me queda claro—dije tragando saliva, Vero era muy capaz de hacer lo que decía.

—Venga, pues entremos de nuevo romeo—afirmó divertida y yo negué con la cabeza sonriendo.

Ahora si que estaba nervioso no tenía ni idea de como proponerle quedar para conocernos mejor, además delante de todos que no paraban de observarnos. Ella estaba jugando a la diana con los chicos, Vero se sentó al lado de Olga y empezó a cuchichear con ella, seguro que le estaba explicando nuestra conversación, volteé los ojos.

Me dirigí a la diana, era el turno de Lara y había decidido iniciar un acercamiento.

—Espera Lara, deja que te ayude a lanzar—me puse detrás de ella que se tensó al notar que estaba detrás, que tímida era, sujeté la mano donde tenía el dardo para tirar y tiramos juntos, el dardo fue a parar a la diana, no en el medio, en la parte de fuera pero había sido un muy buen lanzamiento—Muy bien Lara, ¡choca esos cinco!, se giró y chocamos nuestras palmas, estaba roja como un tomate, que vergonzosa era.

Seguimos jugando, una de las veces Lara se puso tan nerviosa que el dardo salió disparado y se clavó en la pared, nos dio mucha risa a todos.

Al acabar la partida ya habíamos terminado la consumición y nos dirigimos hacia el local de  Karaoke, su nombre Sebas. Todo el camino fui al lado de Lara, la notaba muy nerviosa, yo también lo estaba. El local tenía dos plantas, en la planta de la entrada, había billares y futbolines y en la planta de abajo estaba el Karaoke, fuimos directamente a la planta de abajo. Habían varios sofás situados alrededor de la zona donde estaba ubicado el karaoke. Nos dirigimos a una zona donde había una fila de sofás donde cabíamos los siete.

—Lara, me gustaría comentarte algo, ¿te importaría sentarte a mi lado en uno de los sofás?—le dije algo avergonzado.
—¿Va todo bien?—me preguntó preocupada.
—Si, todo está bien, ¿vienes?—le hice una señal para sentarnos en el sofá que estaba en la esquina, quería algo de privacidad.

Por suerte nuestros amigos dejaron el sofá que había al lado libre y se habían sentado en los contiguos. No paraban de mirarnos de reojo y de susurrar y sonreír, me estaba poniendo muy nervioso. Había llegado el momento, cogí aire y suspiré.

—Lara, pequeña, como te he dicho quiero comentarte una cosa—la cogí de la mano y ella se tensó—tranquila preciosa no tienes nada que temer ¿me escucharás hasta que termine?—bajo la cabeza ruborizada.

—Está bien, tienes toda mi atención—me dijo mirándome a los ojos, sonreí.

—A ver, me gustas, me gustas mucho, eres una chica preciosa y tienes muchas de las cualidades que me gustan en una mujer, eres noble, bondadosa, fuerte, valiente, tímida, como te dije, aún no me siento preparado para empezar otra relación, por este motivo me gustaría proponerte que quedemos para conocernos mejor, quiero ir despacio, que primero nos vayamos conociendo y ver que nos depara el futuro, por supuesto, si tu quieres. No quisiera arrepentirme por haber esperado demasiado a hablar contigo y dejar pasar la oportunidad de conocer a una chica maravillosa como tu. ¿Que me dices?—estaba ojiplática y completamente ruborizada. Bajó la cabeza.
—A mi también me gustaría conocerte mejor—dijo en un susurro sin mirarme.

—¿Si pequeña? acabas de hacerme muy feliz—sonreí apretando su mano, ella se tensó de nuevo, estaba muy muy nerviosa, intuía que tendría que ir muy despacio con ella. Me acerqué un poco pero noté como se apartaba, me incorporé dejándole espacio no quería que se agobiara pero no le solté la mano.

—Sé que no es de mi incumbencia—añadí— pero me gustaría saber si tienes intención de quedar con otra persona a parte de mi. Has de saber que yo no tengo intención de ver a nadie más, si decido conocer a alguien solo quedaré con esa persona, en este caso tu Lara. Te digo todo esto porque ha llegado a mis oídos que tienes intención de ver al chico que conociste en fin de año, si es así yo....

—Lucas, espera, antes que continúes la respuesta a tu pregunta es no, no tengo intención de ver a nadie más—se giró un momento a mirar a sus amigas—te lo explicaré bien cuando estemos los dos solos—bajó la mirada y se ruborizó.

—Me alegra escucharlo, sabiendo eso no es necesario que me expliques nada más preciosa—le sonreí.

—Sé que no es necesario pero quiero hacerlo creo que es importante que lo sepas. A mi no me gustaría saber que tu has querido quedar con otra persona a parte de mi.

Le tenía la mano cogida por detrás de la espalda así que nuestros amigos no podían ver que estábamos cogidos, ella tenía mucha vergüenza no paraba de mirar de soslayo a nuestros amigos, sonreí negando. A los pocos minutos nuestros amigos se levantaron todos de golpe y nos dijeron que subían arriba a jugar al billar.

—Yo también voy—hizo ademán de levantarse Lara.

—Vosotros os quedáis aquí—dijo Vero seriamente—hasta que no hayáis hablado no os queremos ver subir, ¿de acuerdo?—nos miraba a los dos.

—Si—dijimos a la vez algo ruborizados los dos.

Quédate A Mi LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora