Cuando sonó el despertador me dieron ganas de tirarlo por la ventana, parecía que acaba de cerrar los ojos, como podían haber pasado cuatro horas tan rápido, me desperecé durante los cinco minutos que tardó el despertador en sonar de nuevo, ahí si, me levanté y me dirigí al baño a ducharme y vestirme. Al salir Vero y Olga seguían en la cama. Les tiré un cojín a cada una lo que provocó sus protestas, yo reí divertida.
—¡Arriba dormilonas! Que al final os vais a quedar sin desayuno!—me dispuse a acabar de poner lo que faltaba en mi maleta para dejarla preparada.
—Cuánta energía tienes Lara yo no puedo ni con mi alma—lloriqueó Olga.
—A mi me da igual no desayunar quiero dormir un ratito más—suplicó Vero.
—¿Lo decís en serio?—para mataros, os recuerdo que yo tengo que conducir de vuelta, vosotras podréis descansar en el coche, os agradecería un poco de solidaridad por vuestra parte, así que haced el favor de mover el culo—dije volteando los ojos y resoplando.
—Vaaaaale ya me levantoooo—dijeron las dos a la vez, sonreí, lo habían vuelto a hacer, ¿estarían sincronizadas?.
Tres cuartos de hora más tarde entrábamos en el restaurante para desayunar con las maletas preparadas en la habitación. Habíamos tenido tiempo incluso para ver alguna foto de las que había hecho Vero la noche anterior con la cámara de su padre, habían quedado realmente bien.
—Estoy agotada pero muy feliz, a pesar de los contratiempos que hemos tenido lo estoy pasando realmente bien.
—Más que contratiempos yo lo llamaría anécdotas, seguro que de aquí diez años nos reiremos de todas ellas—decía divertida Vero.
—He estado pensando en nuestra próxima salida en verano, ¿que os parece si fuéramos a Salou?—comenté tranquilamente dando un bocado a mi tostada, mis amigas me miraron con los ojos muy abiertos.
—Lara, ¿tu proponiendo un destino?, esto es toda una novedad—gritó Vero tan alto que varias personas de alrededor se giraron a mirarnos y yo me puse como un tomate.
—Lo siento, tienes razón, quizás no ha sido buena idea—estaba avergonzada por mi atrevimiento.
—¡Que dices! Me encanta la idea, la sorpresa es que lo hayas propuesto sin darle excesivas vueltas y me ha encantado la idea, por mi Salou estaría genial—aplaudía sonriente.
—Lara, me encanta esta nueva versión de ti más impulsiva—aplaudió sonriendo Olga—a mi también me encanta la idea de ir a Salou en verano—sonreímos y aplaudimos las tres a la vez.
—Pues ya tenemos plan para este verano ahora solo nos falta cuadrar agendas—me puse algo más seria—Olga me gustaría darle una sorpresa Lucas esta tarde, ¿podrías decirle a Juan si puede quedar con él en la cafetería de al lado de tu casa?—Estaba roja como un tomate anticipando lo que vendría a continuación.
—Así que quieres darle una sorpresa a Lucas, ¿eh?—me miraba elevando sus cejas repetidamente—Claro que sí bonita tienes que disfrutar y me alegro que tomes la iniciativa—me sonrojé al oír aquello. A continuación sacó su móvil para escribir a su hermano—Hecho, quedará con él y tranquila que tu secreto está a salvo con él, no dirá nada.
—Muchas gracias—estaba emocionada y nerviosa a partes iguales a la par que sonrojada, mis amigas me miraban y se reían divertidas—No me miréis así que me da vergüenza.
—Es la primera vez que te vemos tan feliz y estamos muy contentas por ti, estás saliendo de tu zona de confort y eso nos alegra muchísimo—dijo Vero apretándome la mano.
Diez minutos después dimos por concluido el desayuno, subimos a la habitación a recoger nuestras cosas y pasamos por la recepción para dejar el hotel. La próxima parada era la Estación de tren, Olga y Vero iban consultando el plano para decirme por donde ir.
—Nos acercamos a una intersección, ¿hacia donde giro derecha o izquierda?—pregunté mirando al frente.
—Según el mapa deberías ir recto—dijo Olga que iba sentada a mi lado, estaba consultando el mapa junto a Vero girada hacia atrás.
—No hay opción de ir recto solo puedo girar a derecha o izquierda, ¿hacia donde giro?—Ellas seguían con la cabeza puesta en el mapa y no miraban para adelante, resoplé.
—Lara, según el mapa tienes que ir recto—insistía Vero.
—Vamos a ver, levantar la cabeza del mapa y mirar hacia delante, ¿de verdad pensáis que podemos continuar recto?—delante había la fachada de un edificio.
—¡Ah!—dijeron las dos al unísono...pues entonces no sé. Los claxon de los demás vehículos no se hicieron esperar, llevábamos demasiado tiempo paradas así que giré hacia la izquierda sin pensar.
—Creo que tendríamos que haber girado hacia la derecha—murmuró Olga.
—Pues ahora ya no puedo hacer nada—suspiré—mirad una ruta alternativa para llegar a la estación.
Después de unas cuantas vueltas conseguimos llegar a la estación. Había quedado claro que la orientación no era nuestro fuerte pero aún así habíamos llegado a nuestro destino.
En el techo del vestíbulo de la estación de tren pudimos contemplar una reproducción difuminada del cuadro de Salvador Dalí, La estación de Perpiñán. El pintor había declarado la estación de tren como "El centro del mundo". Sobre el reloj del edificio se había colocado unos años antes una escultura representando al pintor en su cuadro, que habían trasladado a la plaza de Cataluña de Perpiñán, orientada hacia la estación. Nos hicimos varias fotos en la estación y después nos dirigimos a la plaza de Cataluña para fotografiar la escultura que reposaba en una silla mirando hacia la estación. Detrás de la estación había un centro comercial llamado"El Centre del Mon" en honor al pintor. Dentro del complejo había un hotel con el mismo nombre. Quedamos muy impresionadas, había valido la pena dejar esta visita para el final, la disfrutamos muchísimo.
Después de la visita realizamos una parada obligada para comer antes de emprender el viaje de regreso y para no perder la costumbre se nos pasó el tiempo charlando. Alrededor de las cuatro menos cuarto de la tarde ya estábamos en el coche listas para volver a casa. Por suerte no hubo ningún incidente en el camino de vuelta, dejamos a Vero en su casa a las seis y diez y veinte minutos después había aparcado en la calle donde siempre dejaba el coche, no estaba muy lejos de casa de Olga y también muy cerca de la cafetería donde esperaba encontrarme con Lucas, estaba nerviosa y con cientos de mariposas revoloteando en mi estómago.
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Quédate A Mi Lado
RomansaElla, insegura, tímida, altamente desconfiada y muy frágil por todo lo vivido a sus 23 años.... Él seguro de sí mismo, divertido, simpático, popular y muy....perspicaz. Ellos son Lara y Lucas. Una cena a la que Lucas se ve obligado a ir para acompa...