Lara
El camino al merendero se hizo muy corto, no paramos de hablar. Vero nos explicó que Salva no había podido venir porque tenía una comida familiar pero que le había prometido que se apuntaría a la próxima salida. Salva se había negado a posponer la salida, le comentó a Vero que habrían muchas salidas más y que no sentiría bien si se suspendía por su culpa. Todos protestamos cuando nos lo comentó, podríamos haber esperado para ir todos otro día. Vero se encogió de hombros diciendo que no había podido convencer a su chico para que cambiara de opinión.
Cuarenta minutos después llegamos al merendero, en el lugar habían varias barbacoas de piedra y algunas mesas con asientos de piedra también. Había una zona donde se podía comprar leña.
El día estaba gris, amenazaba lluvia, de hecho en el móvil indicaba que por la tarde había una alta probabilidad de tormenta.
Aparcamos al lado del coche de Raúl, un Renault Megane coupé de color amarillo, a nuestro amigo no le gustaba nada llamar la atención.
Raúl y Óscar se habían sentado a una mesa que quedaba cerca de una de las barbacoas, habían dejado un par de bolsas encima de la mesa.
—Hola chicos, ¿como ha ido el viaje?, ¿has encontrado bien el lugar Lara?—Preguntó Raúl acercándose para saludarnos.
—Si, no recordaba muy bien el camino de la última vez pero Juan me ha indicado perfectamente como llegar —respondí de carrerilla casi sin respirar con mis mejillas encendidas —Rió ante mi comentario.
—Respira mujer que te vas a ahogar —soltó una carcajada acercándose para darme dos besos.
Después de los saludos descargamos las cosas del coche y las dejamos junto a las que ya había encima de la mesa. Se rieron de todo lo que había llevado, me decían que parecía que me iba a la guerra, yo me encogí de hombros, estaba convencida que necesitaríamos casi todo lo que llevaba en aquellas bolsas.
Los chicos fueron a buscar leña para empezar a hacer el fuego, para asar la carne necesitábamos brasas y se necesitaba un buen rato para que hubiera suficientes para poder hacer toda la carne que habíamos llevado.
En cuanto les dieron las maderas se dirigieron a la barbacoa que había más cercana a la mesa para encender el fuego.
Estaba sentada con las chicas a la mesa salando la carne. Olga estaba envolviendo las patatas con papel de aluminio y Vero estaba preparando algo para picar. Estábamos charlando animadamente cuando oímos las protestas de los chicos. Me sequé las manos con papel de cocina y me acerqué a la barbacoa.
—Chicos, ¿como va ese fuego? —dirigí mi mirada a la barbacoa de donde solo salía un humo denso, fruncí el ceño —¿no podéis encenderla?
—No hay manera, a la que lo intentamos se apaga y no para de salir humo.
Lucas se acercó para acercarme a su costado, me aparté de forma brusca, gesto que no pasó desapercibido al resto. Él no dijo nada, me ofreció su mano para que la entrelazara, dudé pero finalmente envolví mi mano con la suya.
—Esperad, voy a traeros papel de periódico y voy a ver si tengo en el coche pastillas de encendido para barbacoa.
—Te acompaño —se ofreció mi chico.
—¡No! Quédate aquí, regreso en seguida —afirmé demasiado nerviosa, todos me miraron sorprendidos pero no dijeron nada.
—Está bien —besó suavemente mi mano antes de soltarla dedicándome una sonrisa.
Me dirigí al coche a buscar las pastillas, por suerte las encontré en seguida, estaban en un hueco en el lateral del coche donde había algunas cosas. Pasé por la mesa donde estaban Vero y Olga a coger el papel de periódico que había puesto en una de las bolsas, me entretuve un poco con las chicas que me preguntaron que sucedía.
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Quédate A Mi Lado
Roman d'amourElla, insegura, tímida, altamente desconfiada y muy frágil por todo lo vivido a sus 23 años.... Él seguro de sí mismo, divertido, simpático, popular y muy....perspicaz. Ellos son Lara y Lucas. Una cena a la que Lucas se ve obligado a ir para acompa...