Capítulo 2

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Al día siguiente Matthew despertó algo confundido, empezó a mirar alrededor hasta que recordó lo que había pasado la noche anterior. Cerró los ojos queriendo no llorar por el hecho de estar encerrado en esa habitación.

Dichos pensamientos se esfumaron en cuanto escuchó la puerta de la habitación.

-Adelante. -dijo y Somi entró con el desayuno en sus manos.

-Te traje el desayuno. -dijo para luego dejar la bandeja en la mesita de al lado de la cama.

-Muchas gracias. -dijo un poco desanimado.

-¿Cómo estás? -pregunta preocupada.

-Quiero salir de aquí.

-¿No eres de Seúl? -Matthew negó con la cabeza. -¿De dónde eres?

-Soy de Busán. -responde y Somi simplemente asiente.

-Dejaré que desayunes tranquilo. -Somi salió de la habitación, dejando a Matthew solo.

Cuando terminó de desayunar, agarró la ropa que la mujer le había dado hace un rato y se la puso, decidido a salir de ahí.

Salió de la habitación en cuanto se aseguró de que no había nadie en los pasillos y empezó a correr, él no tenía idea de dónde estaba pero rezaba por tener suerte. Siguió corriendo y vió unas escaleras y bajó por ellas mientras recordaba que había subido esas escaleras la noche anterior cuando el rey lo había encontrado, siguió corriendo hasta que, cerca de la entrada del castillo, fue detenido por un guardia.

-¡Alto! ¡No puedo dejarte salir sin órdenes del rey!

-¡Suélteme! ¡Debo salir de aquí! -Matthew trataba de soltarse del agarre.

-No he tenido órdenes del rey para dejarte salir. Seungeon, busca al rey. -le pide a otro guardia.

Matthew seguía intentando liberarse del agarre, pero era en vano, aquel alfa era más fuerte. Momentos después llegó Jiwoong, con notoria molestia en su rostro, Matthew se asustó ante su presencia y agachó la cabeza sumisamente.

-¿Quién te dió permiso de salir? -el rey lo tomó de la barbilla, haciendo que lo voltee a ver.

-¿Quién te dió permiso de encerrarme? -Jiwoong rió amargamente ante lo que acababa de escuchar.

-Es mi castillo, yo hago lo que quiero. -el rey se acercó peligrosamente al jóven. -Tuve compasión al no matarte, pero veo que tendré que hacerlo.

-¿Con qué excusa? ¿Por querer entrar y salir de un castillo? -los guardias presentes estaban sorprendidos ante aquel chico, nadie se había atrevido a hablarle así al rey.

-MI castillo, que no se te olvide. -dice, recalcando la primera palabra. -Estas en mi territorio, por lo que deberías seguir mis reglas.

-¡No quiero!

- ¡Llévenlo a la habitación en la que estaba! -ordena, haciendo que los guardias lo encerraran nuevamente.

Jiwoong llegó a la sala del trono y mientras se sentaba pensaba en ¿por qué no había matado a Matthew? Si bien tenía dos excusas, simplemente no quería matarlo y no sabía por qué.

La puerta de aquella sala se abrió, y Jiwoong detuvo sus pensamientos mientras alguien entraba.

-¿Qué quieres, Somi? -preguntó con amargura.

-Me ha dejado una duda, mi rey. -habló la mujer. -¿Por qué no ha matado a aquel jóven? -y allí iba esa pregunta, otra vez.

-Yo... no lo sé. -se avergonzó por tartamudear.

-Su majestad, ¿qué sucedió con aquel omega? -decía mientras se acercaba más al trono.

-No sé, mi lobo simplemente me dijo que no lo matara. -agachó la cabeza. No le avergonzaba tener ese comportamiento frente a Somi, pues ella lo conocía prácticamente desde que nació.

-¿Su lobo? -jadeó sorprendida.

-Sí, cuando me lo llevé estaba dispuesto a matarlo, pero mi lobo me dijo que no, por eso lo encerré en la habitación.

-Creo saber lo que pasa. -susurró, pero Jiwoong pudo escucharlo.

-¿Qué es? -preguntó en un susurro.

-¿Sabes? Estas historias te las contaba tu madre cuando eras pequeño. -empezó a decir. -Ese omega, es tu pareja predestinada.

Matthew estaba en la habitación tratando desesperadamente de salir, pero habían cerrado la puerta con llave desde afuera.

Decidió ir a la cama, no tenía más que hacer, así que mataría el tiempo durmiendo. Cuando estaba a punto de cerrar los ojos, el sonido de la puerta fue abierta.

-¿Qué quiere? -pregunta con amargura, al notar que se trataba del rey.

-Mira, este castillo será tu nuevo hogar porque nunca te dejaré salir. -el rey sonrió con malicia. -Así que sólo tienes permitido ir a la cocina, a tu habitación o al jardín.

-¿Por qué tengo que estar aquí? -Matthew frunce el ceño.

-Porque así lo he decidido, tonto omega. -Jiwoong se dió media vuelta, con intención de salir. -No se te olvide ir a cenar, te esperaré ahí. -salió y cerró la puerta.

El menor se acostó nuevamente en la cama pensando en lo que acababa de decir el rey, ¿cenar con él? ¿Quién se creía que era? Matthew no tenía ni un poco de ganas de ir a cenar con él.

Aún era temprano y Matthew estaba aburrido, así que decidió salir un rato al jardín, pero se perdió.

-Disculpe, ¿se encuentra perdido? -preguntó una dulce voz e inmediatamente Matthew volteó.

-Si... sólo quería llegar al patio. -se sonrojó, avergonzado.

-¿Usted es el omega Matthew? -preguntó el otro jóven y omega asintió. -Oh, genial, soy Kim Taerae, el rey me mandó a cuidar de usted. -sonrió y Matthew pudo identificar que era un omega.

My King (zb1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora