Capítulo 4

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Habían pasado dos semanas desde que Matthew llegó al castillo y el rey había cambiado su actitud con él notoriamente, pues ya no le gritaba o lo trataba mal.

Matthew ya lo sabía, sentía que aquel rey era su destinado pero simplemente no lo quería creer, pues al principio ese alfa había sido muy malo con él. Tenía miedo de ser cruelmente rechazado por aquel alfa, pues Matthew debía admitir que aquel rey se le hacía demasiado atractivo, pero el rencor aún estaba en su corazón.

Por otro lado, Jiwoong no quería caer ante el encanto de aquel omega. Se estaba empezando a enamorar, pero no lo podía aceptar, no podía caer por un simple omega.

Ya era hora de la cena, por lo que Matthew se dirigió al comedor en compañía de Taerae, quien comería junto a ellos.

Jiwoong estaba en la punta de la mesa, a su lado derecho estaba Matthew y a la izquierda estaba Taerae. La cena era silenciosa, como todas las demás, pero en un momento, ese silencio fue interrumpido por un sirviente.

-Su majestad. -aquel sirviente se inclina. -acaba de llegar una carta del reino de Daegu. -le entrega la carta, hace una reverencia y se retira.

Jiwoong empieza a leer la carta y suelta un gruñido, confundiendo a Taerae. Termina de leer la carta y se la entrega a su primo, que aún seguía con cara de confusión. Mientras el pelirosa la leía, una sonrisa se extendía por su rostro.

A la mañana siguiente, Matthew se despierta animadamente y decide bajar al comedor para desayunar, notando que Jiwoong no se encontraba allí pero le restó importancia, él comería sólo con Taerae. Al terminar el desayuno decide regresar a su habitación, pero se detiene al sentir que una mano sostenía su brazo, volteó y se encontró con un Taerae bastante animado.

-Matthew, necesito que te pongas esta ropa. -Le entrega una ropa más elegante.

-¿Qué? ¿Por qué? -pregunta con confusión.

-Habrá visitas de otro pueblo y todos los que viven en el castillo deben ir a recibir a los invitados. -sonríe

-Está bien. -dice, toma las prendas y va a vestirse a su habitación. Cuando terminó de vestirse se veía muy bonito, pues la ropa lo hacía ver más elegante.

Bajó y fue a la entrada del castillo, en donde se encontraban Jiwoong y Taerae. Los sirvientes se encontraban en dos filas, una a cada lado del pasillo ordenado y perfecto.

Taerae le dijo a Matthew que se acerque a él, por lo que se pone al lado del pelirosa, quedando Jiwoong al medio y los omegas detrás de él, uno a cada lado; Taerae a la izquierda y Matthew a la derecha.

Las puertas fueron abiertas,dejando ver un carruaje azul con detalles de oro. De aquel carruaje baja un chico pálido de cabello negro y ojos marrones, y detrás de él salió otro chico de cabello peliazul.

-Denle la bienvenida al rey de Daegu, Sung Hanbin y a su omega, Sung Hao. -un guardia anuncia e inmediatamente todos los sirvientes y guardias hacen una reverencia con respeto.

Taerae y Matthew se inclinaron levemente y Jiwoong seguía firme en su posición. Hanbin se acercaba y tras él estaba Hao.

Matthew supo que aquel Hanbin era un alfa, y como lo había anunciado anteriormente el guardia, su acompañante era su omega, junto con el aroma de su alfa.

-Cuanto tiempo sin verte, hermanito. -sonrió Jiwoong, haciendo que Hao agache su cabeza en sumisión.

-Deja a mi omega en paz. -gruñó Hanbin al notar la mirada que le dió el otro rey a su omega.

-¿Terminaste enamorándote de mi hermano? -preguntó con burla. -Que bajo has caído, Sung.

-¡Cállate! ¡Que no se te olvide que soy mayor que tú, debes respetarme! -gritó el pelinegro.

-¡Tú estás en mi territorio, respétame tú a mí! -gritó en respuesta.

-No he venido aquí a pelear contigo. -respondió Hanbin, un poco más calmado.

-¿A qué has venido entonces?

-Esto mejor lo conversamos adentro.

Jiwoong y los dos omegas detrás de él se hicieron a un lado, dejando pasar a Hanbin junto a Hao. Hao no pudo evitar posar su mirada en aquel rubio al lado de su hermano -¿Será ese su omega? -pensó, pero al final decidió ignorarlo.

-Ustedes dos vienen conmigo. -susurró Jiwoong a los dos omegas detrás de él.

-¿Por qué yo? -preguntó Matthew.

-Porque así te lo ordeno. -dijo y comenzó a caminar, sin darle la oportunidad a Matthew de responder.

El rey de Seúl seguía a los demás a una sala donde había sillones y una mesa en medio. Todos allí se acercan y en un sillón se sentaron Hao y Hanbin y en el otro se sentaron Matthew, Jiwoong y Taerae.

-¿A qué vinieron? -pregunta el rey menor.

Hao suspira pesadamente. -Nos están atacando.

-¿Y a mí que? -pregunta sin interés.

-¡Están planeando entrar en guerra, Kim! -le grita. -Sabes que Seúl y Daegu están aliados debido a mi matrimonio con tu hermano, si nos atacan a nosotros los atacarán a ustedes.

-Tienes razón... pero yo protegeré sólo a mi pueblo. -responde.

-¡Jiwoong! Dos pueblos serán más fuertes que uno solo. -reclama Hanbin.

-¿De qué reino estamos hablando? -pregunta con algo de interés. -Si es uno fuerte, tal vez piense en ayudarte.

-Busan. -es lo único que responde, dejando a los demás sorprendidos, pues Busan era un pueblo demasiado poderoso y fuerte.

My King (zb1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora