Una nueva semana había comenzado, el rey Junhyeon y el rey Jiwoong seguían viendo cómo podían atacar a Busan, pero algo que se les hacía extraño era que aún no llegaran armadas de Busan a Seúl.
Matthew y Taerae trataban de entretener a Hao, el peliazul casi no salía de la habitación y casi no comía, pues estar separado casi una semana de su alfa le afectaba. A los otros dos omegas les preocupaba eso, pues el hecho de que no comiera bien afectaría a su pequeño cachorro en su vientre.
-Vamos Hao, debes pensar en ti cachorro. -Matthew trataba de hacer razonar a Hao.
-¿Y qué pasa si Hanbin muere? ¿¡O qué tal si ya murió!? -al peliazul se le cristalizaron los ojos de solo pensar eso.
-Si Hanbin hubiera muerto, tu marca ya habría desaparecido. -dijo Taerae, dándole un poco de lógica.
-Pero... -Hao es interrumpido.
-Piensa en positivo, Hao. -dijo Matthew.
El peliazul no dijo nada más, sabía que los otros dos tenían razón, pero la preocupación era mucha sin saber cómo estaba su alfa.
—
-Su majestad, ya se han enviado tropas a Seúl. -se escuchó la voz de un hombre.
-Excelente, ¿dónde está el rey de Daegu? -pregunta el rey de Busan.
-Lo siento, señor, escapó. -el hombre se pone repentinamente nervioso.
-¿¡Y su omega!? -el rey frunce el ceño.
-El rey lo mandó a Seúl antes del ataque. En cuanto enviamos a Hyunjae allá a que matara al hermano del rey Kim, Sung lo envió a Seúl.
-¿¡Y ahora qué!? ¿¡Qué pasó con Daegu!? -grita el rey, con fuerza.
-Hemos logrado destruir parte del castillo, pero el rey escapó. Creemos que va directo a Seúl, donde está su omega.
-¿¡Y el pueblo!?
-Señor... el punto es asesinar a los reyes, los pueblos no tienen nada que ver... no podemos asesinarlos a todos. -trata de razonar. -No olvidemos que nuestro objetivo es el príncipe Matthew. -susurra el hombre, pero el rey logra escucharlo.
-Tienes razón, al pueblo lo pueden dejar en paz. -sonríe el rey. -¡Pero quiero que vaya a buscar al rey Sung Hanbin y a su omega!
-Señor... ¿por qué atacamos a Daegu?
-Sabemos que el hermano del rey de Seúl es Sung Hao, el omega del rey Sung Hanbin. Además, todos los pueblos que estén aliados a Seúl, sufrirán. -ríe el rey, con maldad.
—
-¿Matthew, te sientes bien? -pregunta Hao.
Había amanecido y Matthew se había quedado con Hao toda la noche, para hacerle compañía, pues el peliazul se sentía muy solo, pero en la mañana cuando el rubio despertó, había tenido repentinas náuseas y rápidamente fue a vomitar.
-Si.. creo que sólo me cayó mal la cena de ayer. -trata de sonreir.
-Matthew... -susurra el mayor.
-No te agaches, te puedes lastimar. -Matthew se levanta rápidamente, pero las náuseas volvieron, haciéndole vomitar nuevamente.
-Matthew... tengo entendido que tu celo llegó cuando estaban en Daegu, ¿no es así? -preguntó y el menor asintió. -Eso fue hace casi dos semanas y... -allí es cuando el rubio entendió.
-¡Hao! ¿¡Qué insinúa!? -se sorprendió demasiado. -Sólo tengo dieciocho años, no...
-Aún no es seguro, pero estoy casi seguro, tu aroma está más dulce de lo normal. Jiwoong lo va a notar.
-¿Cómo es que Hanbin se dió cuenta de que estabas en estado? -pregunta con curiosidad.
-Oh... fue una mañana. Desperté porque sentía la nariz de Hanbin haciéndome cosquillas, cuando le pregunté qué pasaba, dijo que sentía mi aroma diferente. -empezó a explicar. -Él estaba nervioso, lo sentía a través del lazo, pero yo aún no entendía nada.
-¿Y luego qué pasó? -preguntó el rubio, como si fuera un niño curioso.
-Entonces empezaron las náuseas en la mañana, y Hanbin dijo que llamaría a un doctor, y el doctor confirmó lo que ya sabes. Al principio yo estaba sorprendido, estaba asustado de cómo reaccionaría Hanbin, pero de repente lo vi llorar y me abrazó, dijo que estaba feliz. -Hao sonrió con nostalgia, pues extrañaba a su alfa.
-Yo... no me imagino un cachorro en mí. -susurró el rubio, posando una mano en su vientre.
-Si enserio es eso... ay... siento que voy a llorar. -al mayor se le cristalizaron los ojos.
-Hao...
-Llamaré a un doctor, tú espera aquí, no quiero que Jiwoong se entere aún. -dijo Hao mientras salía de la habitación.
Matthew estaba nervioso y desesperado, trataba de no mostrar tanto sus sentimientos, pues sabía que Jiwoong lo podía sentir.
No pasaron ni cinco minutos cuando Hao regresó y detrás de él venía el doctor que ya conocía.
-Majestad... -el doctor hace una reverencia. -El rey Hao me explicó todo, ¿me permitiría que lo revise? -el viejo beta sonríe y el menor asiente.
Hao estaba impaciente, no sabía lo que podía decir el doctor y Matthew no se quedaba atrás, él también estaba nervioso e impaciente. La puerta se abre repentinamente, asustando a los omegas.
-Hao, Jiwoong quiere que... ¿¡Matthew!? -era Taerae. -¿Qué pa... -él mismo se interrumpe al darse cuenta de lo que sucedía y abrió los ojos como platos.
-No le digas nada a Jiwoong. -pide Hao.
Ahora eran tres omegas los que estaban impacientes por saber cuál sería el resultado. A Taerae ya se le había olvidado el mensaje que le tenía que dar a Hao, debido a la emoción del momento.
-Muy bien, está confirmado. El omega Matthew está en la dulce espera. -sonríe el doctor.
Los tres omegas no lo podían creer. El primero en estallar en llanto fue Hao, quien estaba demasiado sensible debido al embarazo, después le siguió Matthew, quien estaba asustado por todo, por tener una vida dentro de él, una vida creada por él y por Jiwoong, su alfa. Taerae no lloraba, pero eso no quiere decir que no estaba emocionado. Los tres estaban demasiado felices.
Pero Matthew tenía miedo, pues estar embarazado en medio de una guerra no era algo que pasaba todos los días.
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My King (zb1)
FanfictionEl rey de Seúl, Kim Jiwoong, era un rey demasiado malo y despiadado. No cuidaba a su pueblo y usaba su poder como alfa para obtener lo que quisiera sin importarle nada. Un día cierto omega apareció en su castillo, poniendo su mundo de cabeza... y...