Capítulo final

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Hanbin y Junhyeon luchaban contra aquellos lobos que se abalanzaban sobre ellos. Ambos tenían sus espadas y no tenían piedad con ni un solo loo que los atacaba.

¡Hanbin, cuidado! -el grito de Junhyeon se escuchó por todo el bosque.

Hanbin sólo volteó, pero fue muy tarde, un lobo había logrado abalanzarse sobre él y morderlo, dejando al rey inconsciente.

Junhyeon corrió a auxiliar a su amigo y compañero. Mató a aquel lobo que lastimó al otro rey, siendo este el último que quedaba.

Las lágrimas recorrían las mejillas de Junhyeon, sólo pensaba en Hao, Gunwook y Hanbin, en qué sería lo que pasaría después.

Los cuatro omegas permanecían en la habitación junto a los cachorros. Hacia unos segundos los alfas habían salido y ya se sentían inseguros.

-Tae, no me siento muy bien. -dijo Hao mientras le entregaba rápidamente su cachorro a su primo.

Taerae le pasó el cachorro a Jay, ya que Matthew tenía el suyo en brazos, para acercarse a su primo, quien estaba tambaleando, hasta caer desmayado.

-¡Hao! -exclamó Matthew sintiendo las lágrimas en sus ojos. -¡Taerae, ¿qué le pasa a Hao?!

-¡No lo sé! -respondió.

Taerae recostó a Hao sobre la cama, notando cómo la temperatura de este aumentaba y se volvía pálido. El mayir agarró unos paños y los remojó en agua, para después colocarlos en la frente del castaño.

-Su pulso está disminuyendo. -dijo con preocupación.

-¿Qué...? -susurró Matthew.

Se escuchó un fuerte llanto y todos voltearon a ver a Gunwook, que aún estaba en brazos de Jay. El cachorro estaba mal, algo pasaba con él, podía sentir que algo estaba mal con sus padres a través del lazo familiar.

-Algo debe estar pasando. -susurró Taerae. -Hasta Gunwook lo puede sentir.

-¿Y si pasó algo con Hanbin? -preguntó Matthew, preocupado.

-No estoy seguro, sólo espero que estén bien. -respondió Taerae.

Jiwoong y Jongwoo corrieron hacia donde habían escuchado aquel estruendo. Cuando llegaron, vieron a dos hombres con unos pocos guardias detrás de ellos, uno de esos hombres era totalmente desconocido para los reyes; pero al otro ambos lo conocían perfectamente.

-Tío... -susurró Jiwoong cuando se acercaron a ambos hombres.

-Jiwoong, cuanto has crecido. -sonrió burlonamente el rey de Incheon.

-¿¡Qué hacen aquí!? -gritó con fuerza el rey de Seúl.

-Al fin estoy cara a cara contigo, rey Kim Jiwoong. -habló el desconocido, rodeando a ambos jóvenes reyes.

-Supongo que usted es el rey de Busan. -gruñó Jiwoong.

-Estás en lo correcto, sólo vengo a pedirte algo y me largaré. -respondió con una extraña tranquilidad el rey de Busan.

-¿Qué es lo que quiere?

-¡A mi hijo! ¡Quiero que me devuelvas a mi hijo!

-¡Él es mi omega, no nos pueden alejar!

-¡Tú lo secuestraste!

-¡No lo secuestré! ¡Él llegó a mi castillo solo, escapando del maltrato que le daban ustedes!

My King (zb1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora