-¿¡Qué le hiciste!? -preguntó Taerae en cuanto vió a Jiwoong y Matthew, ya que se preocupó al ver al menor llorando.
-Yo no le hice nada. -se quejó. -Él fue solito a ver cómo decapitaban al alfa que se pasó de listo en el pueblo.
Matthew decidió dejar que ambos primos pelearan tranquilos, así que se fue y se dirigió a su habitación. Entró y lo primero que hizo fue quitarse la ropa que llevaba puesta, cambiándola por una un poco más cómoda.
La imagen de cómo aquel hombre fue ejecutado seguía rondando por su cabeza, pero lo que más le perturbaba era que sabía su mayor secreto. Él había llegado a Seúl para que nadie lo reconociera, pero al parecer aún estaba en peligro de ser reconocido y que se revele su secreto.
En este momento él sólo quería pensar en otras cosas, así que empezó a pensar en cómo podría ayudar a ese destruido pueblo. Matthew pensó en enviar dinero, pero sabía que Jiwoong no se lo permitiría, también pensó en pagar personalmente por arreglar algunas casas o lugares. -Pero, ¿de dónde sacaría el dinero? -pensó. Todo lo que tenía en ese momento era debido al rey y sus sirvientes. Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando la puerta de su habitación se abrió, dejando ver a Taerae entrado con algo de preocupación en su rostro.
-Siento que hayas tenido que ver eso. -dijo abrazando al menor.
-No es nada, ya pasó.
-¿Qué te pareció el pueblo? -trató de cambiar de tema.
-Muy... ¿destruido? -respondió apenado.
-Te entiendo. Jiwoong nunca se interesa por ellos, no gasta ni un centavo en poder arreglar los lugares. -suspira.
-Yo... en serio quisiera ayudarlos, pero no sé cómo.
-¿Por qué no vas a visitar el pueblo de vez en cuándo? Aún si Jiwoong no quiera ir contigo. -propone Taerae. -Ver que el omega del rey está con ellos les hará sentir mejor.
-¿Crees que estarán felices si voy? -preguntó con sus ojitos brillantes.
-Yo creo que sí, y yo iría contigo.
-¿¡Cuándo podemos ir!? -preguntó entusiasmado.
-Acabamos de ir hoy... ¿qué tal en unos días? -sonrió. -Aunque creo que con el escándalo de hoy ya sabrán quién eres.
Luego de eso Taerae salió de la habitación, dejando feliz al rubio, pero había un problema. -¿Qué pasaría si alguien lo reconociera? -pensó con preocupación, aunque no le preocupaba mucho más que el hecho de querer apoyar al pueblo.
—
Había pasado una semana desde la visita al pueblo, y Taerae le había dicho a Matthew que irían nuevamente ese día. El menor estaba muy contento, pero el problema es que aún no le decían nada a Jiwoong, pero Taerae lo tranquilizaba diciendo que después le dirían.
Era hora del desayuno, todos comían con calma; sin embargo Matthew estaba ansioso y Jiwoong lo notó, dándole una mirada confusa a Taerae, quien simplemente levantó los hombros en señal de no saber nada, cuando claramente sabía que pasaba.
Cuando terminaron de desayunar, Jiwoong se dirigió a quien sabe donde para empezar su trabajo, mientras que Taerae se llevaba a Matthew a la habitación del rey para que se vista formalmente. Esta vez el traje era blanco, combinando increíblemente con su cabello rubio.
Cuando ambos omegas ya estuvieron listos se dirigieron a la entrada y Taerae se acercó a un guardia, quien le estaba repartiendo órdenes a otros guardias.
-Ricky, necesitamos un carruaje.
-¿Un carruaje? ¿A dónde planean ir? -levantó una ceja, confundido. -No he recibido órdenes del rey.
-Vamos al pueblo, Jiwoong no sabe que nos vamos. -Taerae rodó los ojos.
-Lo siento, Taerae, no creo que al rey le guste que deje salir a su omega junto a ti.
-Por favor, Ricky. Si le digo a Jiwoong que nos iremos, no nos dejará salir. -respondió el pelirosa.
-Pero quién será regañado seré yo. -el alfa se cruzó de brazos.
-¿Por qué serás regañado? -se escuchó la voz del rey.
-Oh, Jiwoong. Matthew y yo estábamos por irnos, sólo le pedíamos un carruaje a Ricky. -sonrió Taerae para luego llevar a Matthew fuera del castillo.
-¿A dónde creen que van? -el rey los siguió, pero ambos omegas empezaron a correr. -¡Vengan aquí! -Jiwoong también empezó a correr tras ellos. Los sirvientes y guardias que presenciaban esto trataban de no reírse, pues era gracioso ver cómo el rey trataba de ir tras dos omegas que corrían; además de que estaban sorprendidos, pues era la primera vez que lo veían correr... la primera vez desde que tenía ocho años. -¡Regrese! -porfin pudo tomar el brazo de Matthew, haciendo que ambos tropezaran.
Matthew cayó encima de Jiwoong, quien cayó de espaldas, se miraron y se sonrojaron ante la escandalosa risa de Taerae que llenaba todo el lugar. Se levantaron del suelo y la ropa de Jiwoong estaba sucia debido al lodo, pero Matthew, al caer sobre él, felizmente no se manchó.
Taerae seguía riendo, por lo que el rey abrazó con fuerza al rubio, para después comenzar a reír junto a su primo. Todos los sirvientes y guardias se sorprendieron aún más, pues, después de tanto tiempo, el rey había soltado una carcajada.
Somi, que estaba allí parada viendo todo, sonrió al verlos. Ella sabía que ese chico era el indicado para cambiar al rey.
-Está bien, vayan al pueblo, pero. -Jiwoong se dirigió a su primo. -Taerae... cuida a Matthew. -dijo para después entrar al castillo y ordenar que le traigan ropa nueva.
-¡Ya escuchaste al rey, Ricky! ¡Trae el carruaje! -y Ricky se perdió de vista para buscar el carruaje.
Ambos omegas esperaron pacientemente, hasta que el mismo carruaje negro con detalles de oro apareció frente a ellos.
ESTÁS LEYENDO
My King (zb1)
FanfictionEl rey de Seúl, Kim Jiwoong, era un rey demasiado malo y despiadado. No cuidaba a su pueblo y usaba su poder como alfa para obtener lo que quisiera sin importarle nada. Un día cierto omega apareció en su castillo, poniendo su mundo de cabeza... y...