Bueno, la tercera no fue la vencida, pero también dicen que no hay tercera sin cuarta... ¿o era primera sin segunda? Da igual, esta vez sí que lo conseguiría.
Jueves, la lluvia había cesado y no había ni una sola nube en el cielo que opacara al brillante sol. Me levanté decidida, preparé mis cosas, me bañé, comí un buen desayuno, salí de mi casa puntualmente a las ocho y cuarto de la mañana. No tuve ningún inconveniente en el transporte. Llegué cinco minutos antes al trabajo, así que pude fumar tranquilamente. La señora Min me saludó alegremente, como todos los días, y me dispuse a realizar mis labores.
Parecía un día perfecto y estaba segura de que como el que la sigue, la consigue, hoy Chaeyoung accedería a hablar conmigo. Me sentía con suerte.
Llegó mi hora de almuerzo y decidí salir de la universidad a comprar algo por ahí. Había bastante tránsito de gente, imagino que, por ser la hora de almuerzo, pero ni aunque todo Corea estuviese en esa calle, podría haber pasado por alto su presencia. Definitivamente era mi día de suerte. Cruzando la calle en dirección contraria a mí, venía Chaeyoung caminando apresuradamente. Quizás había cambiado de opinión y estaba aquí para buscarme y darme una oportunidad de hablar. Me quedé de pie, esperando que terminara de cruzar para encontrármela, pero cuando estuvo relativamente cerca, me di cuenta de que tenía los ojos rojos y llorosos, miraba hacia todos lados como buscando algo con una expresión de preocupación. Pasó de largo sin notarme. La seguí y toqué su hombro.
—¿Chaeyoung?
Pegó un salto, asustada, y se volteó.
—¿Mina? —preguntó, notablemente agitada.
—¿Qué pasa? —pregunté.
—N-no es momento, mañana hablaré contigo, lo prometo, ahora estoy ocupada —dijo nerviosa.
—¿Te pasó algo?
—¿Podrías ayudarme? —ignoró mi pregunta.
—Sí —respondí sin dudar.
—¿Puedes pegar un par de estos en la universidad? —me entregó unas cuantas hojas.
—Sí, claro.
—Gracias —comenzó a caminar nuevamente.
Examiné los papeles. Eran unos carteles de "se busca" y aparecía el mismo perro que Chaeyoung siempre subía a sus historias de Instagram.
—¡Espera, Chae! —la llamé y corrí tras de ella.
—Perdóname, estoy apurada —esta vez había lágrimas cayendo de sus ojos.
—¿Qué pasó? —le enseñé el cartel.
—Soy una idiota —dijo afligida.
—¿Es el perro de tu novio?
Asintió con la cabeza, mientras se limpiaba las lágrimas.
—Saqué a Kwang a dar un paseo esta mañana, como hago casi todos los días, y se escapó —no pudo contener un sollozo—. ¡Soy una grandísima tonta! Debí comprarle una correa nueva hace días.
La chica se veía desesperada. Quería abrazarla y decirle que todo estaría bien.
—Dame algunos carteles más, los pegaré por aquí cerca —ofrecí.
—Gracias —me entregó unos cuantos papeles más.
—Tranquila, vamos a encontrarlo —puse mi mano sobre su espalda para demostrare mi apoyo—, pero mantén la calma.
Volvió a asentir con la cabeza.
—Gracias —repitió—. Si ves algo, o si alguien te dice que lo vio, por favor llámame.

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Malentendido 2 (Michaeng)
Romance¿Habrá tiunfado el amor sobre la distancia en la relación de Mina y Chaeyoung? Las cosas no siempre salen como uno lo espera y nos toca enfrentar diversas adversidades. Lo importante es nunca soltar la mano de quienes nos aman. Mina tiene mucho que...