Malentendido 2 (Michaeng)

18

Desperté con un terrible dolor de espalda. Jamás me había tocado dormir en el sillón en casa de Chaeyoung. Hoy, mi antiguo lugar en la cama de Chae lo ocupaba Sana. Por supuesto que no íbamos a dormir juntas, por muy bien que estuviésemos como amigas. Como amigas... Ahora que finalmente había admitido no haberla superado, ¿realmente iba a conformarme con ser su amiga?

La respuesta era NO, absolutamente no.

Pero... ¿cómo iba a recuperar a Chaeyoung? La chica tenía un novio, al que seguro amaba muchísimo, pues lo demostraba. Además Woobin era un gran chico. Tenía un trabajo estable, trataba bien a Chae y no era aprehensivo, no ponía problemas con que Chaeyoung se juntara con sus exnovias, si contamos a Somi, o al menos no parecía poner problemas. No sería capaz de separarlos, ni aunque fuese mi intención. ¿Quedaba esperar? ¿Esperar a que ellos terminaran y volviese a tener una oportunidad? Probablemente. No es como si fuese a dejar de querer a Chaeyoung. Si después de cuatro años seguía queriéndola, veía difícil que algún día dejase de hacerlo.

—¿Hasta qué hora piensas seguir mirando el techo? —escuché que me hablaban.

—¿Qué? —miré hacia un costado del sillón y ahí estaba Chae con su sonrisa, mostrando el hoyuelo que tanto me gustaba.

—Llevas un bueeeen rato mirando el techo con la mirada perdida —indicó hacia arriba—. ¿En qué pensabas?

En tí.

—En nada.

—¿Me ayudas a preparar el desayuno? —preguntó caminando hacia la cocina.

Enseguida me levanté, intentando no meter mucho ruido para no despertar a Momo y Dahyun, que dormían en un colchón sobre el piso de la sala.

—¿Te duele la pierna? —preguntó cuando entré a la cocina y la encontré poniendo agua en el hervidor.

—Ah, sí, por las mañanas me duele un poco, por eso cojeo más de lo que suelo hacer.

—¿Vas a operarte, no?

—Sip.

—¿Cuándo?

—En dos días.

—¿Tan pronto? ¿Estás nerviosa?

—Sip.

—No debes estarlo, todo saldrá bien —puso su mano sobre mi hombro y me sonrió.

—¡Buenos días! —exclamó una voz masculina a nuestras espaldas.

—¿Woobin? No te escuché entrar —Chae se acercó y le dio un beso en la mejilla.

—No quería meter ruido, supuse que seguirían durmiendo.

—Creí que vendrías más tarde.

—Quería compartir un rato con tus amigas —el chico me miró—. Hola, Mina, ¿cómo estás?

—Bien, gracias, ¿y tú?

—Mejor ahora que puedo estar con mi pequeña —desordenó el cabello de Chaeyoung con una mano.

—¡Hey! —se quejó.

—Voy a ir al baño y vuelvo a ayudarlas —dijo, saliendo de la cocina.

Chae volvió a acercarse a mí y siguió con lo que estaba haciendo.

—Ehm... ¿Chae?

—Dime.

—Woobin... ¿sabe que...?

—¿Que fuimos novias? —abrí los ojos, sorprendida— Claro que sabe, ¿cómo crees que sabía que Somi quería matarte? Pero no tiene problema con eso, confía en mí.