Malentendido 2 (Michaeng)

3

Nunca dudé de Chaeyoung. Siempre confié en que lo que tuviera con Somi no pasaría de una amistad, a pesar de todo lo que hubiéramos pasado antes gracias a mis celos e inseguridades. Nunca sentí miedo, porque ella me hacía sentir segura. Por su parte, ella todos los días me preguntaba si acaso ya había encontrado una linda chica de ojos azules por quien reemplazarla, y a pesar de que eran bromas, no dudo que en el fondo realmente estaba asustada de que yo la cambiara por alguien, pero intentaba dejarle claro que solo tenía ojos para ella.

—¡Unnie, hoy la madre de Somi recordó realmente quien era ella! —dijo contenta.

—¿De verdad? ¡Eso es genial, Chaeng! —contesté con una amplia sonrisa.

—Estábamos en la cocina, cocinando unos brownies y de pronto se acercó a nosotras y le dijo "tus brownies siempre quedan mejor que los míos, hija". Ya sabes, ella siempre le dice hija, porque le dijeron que Somi era su hija, pero Somi no cocinaba brownies desde antes del accidente. Somi saltó a abrazarla tan contenta, la hubieras visto.

—Me imagino. ¿Y recordó más cosas?

—La llevaron al médico y recordaba casi todo en general, pero todo sobre Somi. Estaba confundida, porque no recordaba haber olvidado quién era Somi.

—Eso es muy raro.

—Lo es, pero lo importante es que está recuperando la memoria.

—Mándale saludos a Somi de mi parte, me alegro mucho por ella.

—En tu nombre —se acomodó en la cama—. ¿Qué harás esta noche? —cambio de tema drásticamente.

—Amy me invitó a una fiesta de su escuela, pero no sé si ir.

—Deberías ir, seguro lo pasarás bien, pero no bebas mucho, podría hacerte mal al estómago.

—Sí, mamá —rodé los ojos.

—Y nada de irte por ahí con algún chico o chica, recuerda que tienes una novia, Mina Sharon Myoui.

—Sí, mamá —repetí el gesto con los ojos.

—Hablo en serio, sé que habrán muchos chicos y chicas guapos, puede que finalmente encuentres a tu rubia de ojos azules por la que vas a cambiarme.

—Eres una ridícula —reí.

—No es que te esté amarrando, eres libre de hacer lo que quieras, solo que...

—Bien, no iré a la fiesta.

—¿Qué?

—No iré, no quiero que te sientas insegura.

—¡No, ve! Es una broma, Mina, sé que solo tienes ojos para tu bellísima novia, solo estaba molestándote.

—¿Segura?

—Sí, por favor, ve y diviértete, me sentiría horrible si supiera que no fuiste por mi culpa, estaba tonteando solamente, confío en ti... no en los gringos, pero sí en ti.

—Te amo mucho, Chaeyoungie, nunca lo dudes.

—Nunca.

Nuestra relación a distancia realmente funcionaba muy bien. Resistimos durante meses la distancia y mi amor no disminuía, solo aumentaba. Pero algo tenía que pasar...

Solo faltaba un mes para volver a vernos, cuando mi instructora me llamó a hablar con ella. Durante ese año había participado en un par de competencias, en las que siempre quedaba segunda o tercera, pero aun así dentro de la academia yo destacaba, por eso en nuestras presentaciones grupales, como academia de danza, siempre tenía roles principales o importantes. La instructora dijo, sabiendo que yo me iría en poco tiempo, que tenía una propuesta para mí. Me ofreció ser contratada como bailarina por parte de la compañía que manejaba a la academia, es decir con un sueldo estable y todo, ya no como parte de una clase, si no que de un elenco profesional.