41

333 36 1
                                    

Los días pasaron, Chayoung y yo no dejamos de hablar ni uno solo. Me preguntaba cuanto tiempo más necesitaría Chaeyoung para aceptarme, todo el tiempo parecía estar bien con mi compañía y atención, no entendía qué más tenía que hacer. No es que estuviera perdiendo la paciencia, pero cada vez me costaba más controlarme cerca de ella. Por otro lado, el asunto de Woobin aún no se resolvía, la policía no había dado con su paradero y puede que eso fuera lo que la tenía angustiada, quizás quería cerrar un ciclo por completo para comenzar otro.

—¿Qué es lo que te dije? —preguntó Sana, sentada frente a mí.

—Que tuviera paciencia —respondí rodando los ojos.

—¿Y tú qué es lo que siempre dices?

—Que tendré toda la paciencia del mundo —suspiré sonoramente.

—¿Entonces por qué me pides que venga justo un día antes de mi examen a conversar contigo sobre esto?

—¡Porque estoy desesperada! —me agarré la cabeza.

—Estas siendo muy impaciente para decir que esperarías mil años si fuese necesario, llevan un poco más de dos semanas con esta extraña relación en la que se supone que estás conquistándola y ya te quieres rendir.

—No quiero rendirme, pero siento que en cualquier momento voy a meter la pata y eso me da miedo.

—Calma esa ansiedad.

—Es fácil decirlo.

—Veamos... —le dio un sorbo a su bebida— ¿Qué es lo más difícil para ti?

Me sonrojé, no quería decirlo en voz alta.

—Si no me lo cuentas, entonces no puedo ayudarte —me miró con las cejas alzadas.

—Bien... que cuando estemos juntas... no pueda besarla.

—¿Eso es todo?

—Y... hacer otras cosas.

—Eres una pervertida.

—Te estoy contando mis deseos más íntimos, ¡no te burles!

—Entiendo, entonces te cuesta controlar tus impulsos sexuales cuando estás cerca de Chaeyoung, pero no quieres sobrepasarte con ella porque podría arruinar este juego de conquista en el que están.

—Me deja abrazarla y darle la mano, siento como si estuviéramos juntas, pero no lo estamos.

—Supongo que es porque es algo que hacen las amigas también y ella quiere mantener los límites.

—Si, lo sé —volví a suspirar—. A veces pienso que sería mejor si volviese a ser fría conmigo.

—¿Prefieres que sea fría contigo? —cuestionó.

—No, por supuesto que no.

—Mina, vas a tener que seguir aguantando, no hay nada más que puedas hacer si no quieres perder la cercanía con ella.

—Solo espero que atrapen a Woobin de una vez, quizás de esa forma Chae podría cerrar el ciclo y finalmente me acepte.

—Puede que sea una de sus razones, pero yo creo que la principal es que aún tiene miedo.

—¿De mí?

—Supongo que sí.

—¿Qué puedo hacer para ayudarla?

—Llévala a terapia.

—¡Sana!

—¿Qué? Es verdad, Chae ha pasado por muchas cosas, no hay nada más que puedas hacer, además de ser buena con ella y seguir esperando.

Malentendido 2 (Michaeng)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora