Pasaron un par de días en los que no supimos nada de Chaeyoung. No contestaba ni miraba los mensajes del grupo y tampoco compartía cosas en Instagram. No queríamos insistir mucho, porque respetábamos su espacio, pero sí nos tenía bastante preocupada. Al tercer día Sana nos avisó que la había visto en la universidad, que se le veía bien, así que nos quedamos más tranquilas.
Yo había vuelto a trabajar en la biblioteca, aunque aún debía caminar con las malditas muletas, al menos no debía caminar mucho y trabajar me mantenía ocupada y distraída. También había vuelto a clases, había podido faltar porque no era con asistencia obligatoria. Me conseguí los apuntes con una compañera.
Consideré que tres días eran suficientes para darle su espacio a Chaeyoung, así que, pasados esos días, le escribí.
Mina: Hola Chaengie, como estás? (14:22 pm)
Mina: se que pediste espacio, pero han pasado tres días y quería saber de ti... (14:22 pm)
Mina: si quieres hablar de lo que sea, aquí estoy (14:22 pm)
Mina: te extraño. (14:22 pm)
Pasó otro día, ya era miércoles, Chae no había ni visto mis mensajes.
Mina: Chae, estás bien? (11:03 am)
Mina: necesito saber de ti (11:03 am)
Nada. Me estaba empezando a desesperar, quería hablar con ella más que cualquier cosa en el mundo. Por eso tomé la decisión de tomar el metro y plantarme frente a la salida de su universidad. Esperé un rato hasta que la vi entre la multitud de estudiantes.
—¡Chae! —la llamé.
Ella siguió caminando, yo la perseguí hasta alcanzarla, pero no dejó de caminar.
—Chaengie, ¿cómo estás? —pregunté, mientras caminaba a su lado.
—Mina unnie, no puedo hablar ahora —murmuró.
—¿Por qué no? ¿Estás apurada?
—Por favor —suplicó sin dejar de moverse.
—¿Por qué no miras los mensajes?
—No puedo —hablaba sin mover mucho la boca.
Dejé de seguirla y la observé caminar hasta subirse a un auto conocido para mí. Era el auto de Woobin. Maldición. Chaeyoung seguía con el idiota. Esperaba que en ese tiempo que había pasado sola se hubiese dado cuenta del daño que le había hecho el chico y de que ella merecía algo mejor, pero en el fondo sabía que lo perdonaría.
El viernes, apenas salí de clases, decidí tomar un taxi que me llevase a casa de Chaeyoung. Tenía que hablar con ella en persona para entender que es lo que estaba sucediendo. Cuando me bajé me encontré con el auto del imbécil estacionado frente a su casa. Caminé hacia la esquina más cercana y me escondí ahí. Pasaron unos quince minutos hasta que escuché ruido. Era Woobin subiendo a su auto y marchándose. Era mi oportunidad, toqué el timbre y Chaeyoung abrió enseguida.
—¿¡Mina!? —preguntó sorprendida.
—Hola, Chaengie, ¿puedes hablar ahora?
La chica abrió rápidamente la puerta y me hizo entrar casi arrastrandome.
—No deberías estar aquí.
—¿Qué está pasando? ¿Por qué no lees nuestros mensajes? ¿Por qué sigues con Woobin? —cuestioné con el ceño fruncido.
—Decidió darme otra oportunidad.
¿Qué?
—¿Él te dio otra oportunidad a ti? —no me lo creía.

ESTÁS LEYENDO
Malentendido 2 (Michaeng)
Romansa¿Habrá tiunfado el amor sobre la distancia en la relación de Mina y Chaeyoung? Las cosas no siempre salen como uno lo espera y nos toca enfrentar diversas adversidades. Lo importante es nunca soltar la mano de quienes nos aman. Mina tiene mucho que...