Nos fuimos teniendo una amena plática con sus padres en el auto. Llegamos a su casa y me metí a bañar apenas llegué. Chaeyoung me prestó una sudadera y unos shorts de pijama, dijo que era adecuado para lo que haríamos el resto de la tarde. Nos acurrucamos un rato a mirar televisión en el sillón de la sala, los padres de Chae nos dijeron que no nos preocupáramos por el almuerzo, que ellos se encargarían. Comimos todos juntos, continuando con la plática del auto, todo estaba muy delicioso, disfrutaba mucho de compartir con Chae y su familia, aunque faltaba Jeonghoon, que estaba en clases.
—No se preocupen por los platos, nosotros los lavaremos, ustedes vayan a descansar —dijo la señora Son.
—Muchas gracias —respondimos ambas.
Subimos hasta la habitación de Chae y nos lanzamos a la cama. Dejamos escapar un suspiro al mismo tiempo y luego reímos.
—Debes estar tan cansada —dijo, acariciando mi mejilla cariñosamente.
—Lo estoy —no iba a mentir—, pero me siento bien por estar contigo.
—Tan linda —me dio un beso en la frente, luego en la nariz, uno sobre el labio, bajo este y luego en el mentón, donde estaban mis lunares.
Pensándolo bien, no habíamos tenido un tiempo para demostrarnos cariño de forma tan íntima desde hace mucho tiempo. Quiero decir, nos dimos un beso en el aeropuerto, pero después de eso nos separamos por casi dos meses y al volver habíamos estado rodeadas de personas hasta ese momento, dejando espacio solo para abrazos.
Mire sus ojos que demostraban nada más que amor y admiración, y luego su sonrisa que parecía no poder, ni querer, contener. Tenía claro que los sentimientos de Chaeyoung eran los mismos que yo sentía por ella. Sentí mi pecho inflarse de emoción y suspiré antes de acercarme lentamente para juntar nuestros labios. Su boca se movió con suavidad contra la mía, rozando con cuidado y gentileza. Años, habían pasado años desde que compartíamos un beso tan pausado. Recordé las tardes que compartimos en esa misma cama, disfrutando de nuestra compañía y el contacto físico que tanto ansiamos cuando estuvimos separadas.
Abrí un poco los ojos y justo ella también lo hizo, me miró fijamente.
—Te amo —susurró, sin separarse de mí.
La había escuchado decirlo por teléfono, pero verla a los ojos mientras esas palabras invadían mis oídos me hizo sentir en el cielo.
No pude más. Me separé y apreté sus mejillas con mis manos, aguantándome las ganas de estrujarla, como cuando quieres apretujar a un cachorrito o a un bebé.
—¡No imaginas cuánto te amo! —exclamé como con rabia, tensando los músculos de mi cara.
Comenzó a reír y yo me sumé. Luego tomó mis manos entre las suyas para quitarlas de su cara y me abrazó, haciendo que enterrara mi cabeza en su pecho.
—¡A dormir! —acarició mi cabeza repetidamente— Llevas muchas horas sin descansar y te estás volviendo loquita.
Me dejé mimar y me acomodé en su pecho, rodeé su cintura con mi brazo y enredé mis piernas con las suyas. Solo podía escuchar los latidos de su corazón y oler aquel característico aroma del detergente que usaban en su casa. No demoré mucho en caer rendida ante el cansancio.
Esa tarde dormí como un bebé. No desperté hasta que ya estaba oscuro. Los padres de Chaeyoung ya se habían ido y Jeonghoon había vuelto a casa, pero Chae seguía ahí, abrazándome mientras ojeaba su teléfono con una mano.
—¿Despertaste, bella durmiente? —preguntó con una sonrisa cuando me sintió mover.
Asentí con la cabeza, mientras estiraba mis piernas.

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Malentendido 2 (Michaeng)
Romance¿Habrá tiunfado el amor sobre la distancia en la relación de Mina y Chaeyoung? Las cosas no siempre salen como uno lo espera y nos toca enfrentar diversas adversidades. Lo importante es nunca soltar la mano de quienes nos aman. Mina tiene mucho que...